Portugal, un país lleno de bellas ciudades repletas de tradiciones, buena comida y alegría

La Península Ibérica guarda auténticas joyas y no siempre son valoradas como se deberían por sus habitantes. Muchas veces se está deseando viajar a Europa, olvidando lo que se tiene al lado, sin ser España, que también guarda importantes destinos, sino nuestra vecina Portugal. Portugal se presenta como un destino ideal con hermosas playas bañadas por el Océano Atlántico, ciudades preciosas repletas de tradiciones y culturas y unos paisajes espectaculares. Hacer un recorrido por el país pasando por las ciudades y pueblos más emblemáticos será un gran viaje para recordar. De norte a sur, estos serían los lugares más destacados:

Braga: esta ciudad combina a la perfección la historia y la cultura con sus monumentos turísticos. También se considera como el centro religioso de Portugal, algo que se puede apreciar con la gran cantidad de Iglesias que alberga. Es aquí donde se encuentra la catedral más antigua del país luso. También destaca la Iglesia Bom Jesus do Monte, famosa por su escalinata barroca representando el ascenso al cielo. Entre sus laberínticas y estrechas callejuelas se encuentran iglesias góticas, grandiosos edificios barrocos y, como contraste, modernas calles comerciales.

Guimarães: su colorido centro histórico está calificado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y su castillo declarado Monumento Nacional se considera una de las siete maravillas del país. Los edificios góticos del centro histórico, junto a las casas tradicionales y las plazas, además de las impresionantes vistas, como las del castillo situado en la cima del Monte Largo o el Palacio de los Duques de Braganza son sus mayores atractivos. Su cercanía con Oporto la convierte en un popular destino para visitar en un día.

Oporto: se trata de una de las ciudades más románticas de Portugal y en su visita, no dejará a nadie indiferente. Su principal encanto reside en que es en ella donde se encuentra la desembocadura del río Duero y su popular Puente Don Luis I. Pasear por sus callejuelas será una aventura, un espectáculo para la vista; sus numerosas iglesias y templos religiosos llamarán la atención por su estructura; y monumentos como la Torre de los Clérigos o el Palacio de la Bolsa dejarán boquiabierto a aquel que los visite. El primero por las magníficas vistas panorámicas que se ofrecen de la ciudad desde su punto más alto, y el segundo por la majestuosidad y la belleza de cada una de sus salas. La estación de metro de San Bento repleta de azulejos retratando la historia de Portugal y la librería Lello, donde se inspiró J. K. Rowling para las películas de Harry Potter, son otros dos lugares de gran belleza.

Coímbra: ésta es una de las ciudades universitarias por excelencia de Portugal, ya que cuenta con una de las universidades más antiguas de Europa. Hacer un recorrido por sus múltiples cuestas visitando lugares como la Plaza del Comercio, con el monumento al político del siglo XVIII Joaquim Antonio de Aguiar, la rúa Ferreira Borges o la rúa do Arco Almedina es una forma de descubrir el encanto de esta ciudad que fue capital lusa. No conviene olvidarse de la Catedral Vieja, la Plaza 8 de Mayo, la Iglesia de Santa Cruz o la de San Antonio de Olivares, además de las Escaleras Monumentales de la universidad.                             

 Lisboa: la espectacular capital de Portugal es una de las ciudades más vibrantes y carismáticas de Europa. En el punto más alto de la ciudad se encuentra el Castillo de San Jorge, una opción ideal para divisar su gran belleza. Como símbolo de la ciudad se encuentra la mayor plaza de Lisboa, Terreiro do Paço. Se trata de un espacio fantástico para disfrutar de un paseo a la orilla del río, y no hay que dejar olvidados los dos monumentos Patrimonio Mundial de la ciudad: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, dos joyas de arte gótico manuelino. También es importante pasar por el Museo Nacional del Azulejo y el Museo de los Coches. 

Algarve: la zona más austral de Portugal dentro de la Península Ibérica. Es como un pequeño paraíso donde sus grandes protagonistas son sus hermosas playas, el buen clima y los miles de turistas que no dudan en visitar este paraíso. Sus más de 200 kilómetros de costa bañada por aguas turquesas del océano ofrecen unos escenarios espectaculares para disfrutar de baños salvajes y pintorescos pueblecitos con casas en el color blanco característico.                                                             

No hay que olvidarse tampoco de la fantástica gastronomía de Portugal, y disfrutar de sus platos más típicos como el bacalao dorado, la francesinha, el pastel de nata y, también, el pastel de Belén.

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