Nadie pone en duda la fidelidad de los perros, pero encontrarse con historias como la de Mukhtar hace que nos demos cuenta hasta dónde son capaces de llegar estos animales por los humanos a los que quieren. En este caso, el pastor alemán se pasó más de una década acudiendo al paseo marítimo de Yalta, en la costa septentrional del Mar Negro, para aguardar un regreso imposible: el de su dueño fallecido. Ahora, el can ha muerto y la ciudad que lo llora quiere levantar una estatua al conocido como Hachiko de Crimea.
El apodo le viene de la historia del perro japonés, en aquel caso un akita, que acudió durante diez años a la misma estación de tren para esperar por su dueño, que había fallecido de un paro cardíaco. La película sobre su historia, para ver cuando uno esté bien de ánimo, con pañuelos cerca y solo una vez en la vida, la protagonizó Richard Gere en 2009. En el caso de Mukhtar, se cuenta que vagaba solo desde 2011, cuando su propietario murió durante un rescate en el mar. Desde entonces, acudía a diario al malecón para mirar a las olas y esperar.
Fue a mediados del pasado mes de agosto cuando Mukhtar murió, tal y como han confirmado tanto las autoridades de Yalta como sus vecinos en las redes sociales, pero ha sido durante estos días cuando la noticia ha empezado a conocerse en el resto del mundo. La despedida al Hachiko de Crimea ha llenado Twitter de fotografías del animal, al que parece que todos echarán de menos, recordando que esperó por su amo 12 años:
Mukhtar se convirtió en todo un símbolo de la ciudad de Yalta y su historia ha traspasado fronteras durante estos años, despertando además la curiosidad de los visitantes de esta ciudad costera, que no podían sino sentir un gran cariño hacia el animal que tan pacientemente esperó el regreso de su dueño:
En los últimos años, el perro se hizo amigo de un músico callejero, Viktor Malinovsky, quien toca la trompeta en el paseo marítimo sobre bases musicales y contando hasta ahora con el inusual acompañamiento de Mukhtar a los ladridos. Ha sido él el que ha confirmado que el can no murió de ninguna enfermedad concreta, sino por su vejez, ya que le calculaban cerca de 20 años, una edad de récord para estos animales:
La alcaldesa de Yalta, Yanina Pavlenko, ha trasladado a medios locales que se trata de "una gran pérdida para nosotros, porque Mukhtar era conocido y querido por casi todos los que venían a nuestra ciudad y era un perro muy leal". Además, ha confirmado la regidora que su idea es recordarlo para siempre y levantar para ello una estatua del can en el mismo lugar donde estuvo esperando tantos años, algo que también sucedió en la estación Shibuya a la que iba Hachiko en Tokio.