Aunque se trate de una muerte esperada dentro de lo que venimos llamando "ley de vida", el fallecimiento de cualquier ser querido es un momento duro y triste para los que se quedan. No solo durante los momentos iniciales del luto, en el tanatorio, el entierro o el funeral, sino mucho más en lo que viene después: afrontar de nuevo la vida sin que ellos estén. La humanidad entendió hace miles de años la necesidad de venerar a sus muertos, pero en estos tiempos de deshumanización parece que nos olvidamos de lo importante que es.
Entre los derechos laborales de los trabajadores figuran los permisos condecidos en el caso del fallecimiento de familiares de primer y segundo grado, los más cercanos, pero ese baremo no se aplica en muchas otras actividades, como por ejemplo la académica. Ha sido el médico intensivista Carlos Velayos, que trabaja en el hospital de Fuenlabrada y es activista en la humanización de los Cuidados Intensivos, quien ha relatado una situación vivida en una facultad de Medicina que ha suscitado unas 50.000 reacciones en Twitter.
Una alumna que estaba cursando allí Medicina, desconocemos en qué Universidad, no podía asistir a un examen porque había fallecido su abuelo y escribió a la coordinadora de la asignaturla, informando de lo ocurrido y pidiendo una alternativa para poder examinarse. Cualquiera con un mínimo de empatía hubiese buscado una nueva fecha, aunque fuese pidiendo el certificado de defunción o equivalente, pero lo que sucedió fue algo bien distinto:
La profesora le dijo que no tenía alternativa posible y que había perdido su oportunidad de hacer el examen porque "cada uno toma sus decisiones y tiene que asumir las consecuencias". Además, después de poner al mismo nivel la muerte de un ser querido que una prueba académica, también quiso comparar con que "otros alumnos decidieron hacer ese día el examen del carné de conducir". Velayo se pregunta, qué mensaje está dando con esta respuesta a la alumna:
Asegura que se trata de un mensaje "demoledor" que demuestra "la falta de comprensión" y la "nula empatía por el dolor y las dificultades de su alumna", además de suponer una "falta de respeto" comparar un examen con el fallecimiento de un familiar. Ha añadido el profesional que "la necesidad de humanización de la atención sanitaria empieza en la Universidad" puesto que "si no se ponen los cimientos en el período formativo, luego tendremos profesoras como esta":
Las reacciones al hilo del médico han sido variadas e incluso ha habido voces defendiendo a la profesora, pero también nos hemos topado con decenas de relatos que vienen a confirmar la deshumanización en muchos casos:
Aunque también se han podido leer otras historias que nos hacen seguir confiando en la bondad de la gente:
Otros tuiteros han puesto el foco en los derechos de la estudiante, a la que han recomendado acudir con un justificante al departamento o, en su defecto, poner una reclamación y llevar así la copia. También han apuntado que otra alternativa es acudir al servicio de inspección docente que haya en la facultad. Por todo ello, Carlos Velayos ha mostrado su agradecimiento:
Desde luego, si no paramos este tipo de conductas, nos esperan tiempos muy oscuros.