La esperada última temporada de The Crown, que ya ha estrenado su primera parte en Netflix, empieza con una secuencia en la que se escucha de fondo el accidente de coche de 1997 en el que la princesa Diana y Dodi Al-Fayed murieron tras ser perseguidos por un agresivo grupo de paparazzi en París y en el segundo episodio recrea cómo se obtuvo la imagen que originó el acoso.
En gran parte de estos primeros episodios, la serie profundiza en la complicada relación de la familia real con los medios de comunicación, tanto para permear la percepción pública en general, como en particular, las polémicas prácticas de la cultura sensacionalista británica de las que fue víctima Diana de Gales las semanas previas a su muerte.
El segundo episodio, titulado Dos fotografías, muestra ambas vertientes a través de dos fotógrafos con enfoques muy diferentes de su profesión. Uno es Duncan Muir, un profesional humilde dedicado al retrato tradicional de bodas, bautizos y comuniones, cuya pasión es fotografiar a la Familia real en actos públicos, como muestra su cercana relación con la reina Isabel.
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Muir es el encargado de realizar la bucólica sesión de fotos del príncipe Carlos con sus hijos en los jardines de Balmoral. El otro es Mario Brenna, interpretado por Enzo Cilenti, que en el episodio durante una entrevista en la que habla a cámara explica su profesión.
"Todo el mundo quiere fotos de famosos. Fotos que muestren a gente famosa. Ellos no son diferentes, igual que nosotros. Cometen errores como nosotros", dice el personaje en un largo monólogo. "La gente paga cien o doscientos mil dólares por la foto adecuada. Pero es difícil acertar. Hay que ser como cazadores. Asesinos".
Quién es Mario Brenna
Brenna saltó a la fama por su trabajo con modelos para marcas de grandes diseñadores y sus fotografías de la élite mediterránea. En 1997 vivía en Mónaco y era el fotógrafo oficial de marcas como Versace.
El fotógrafo ha afirmado que nadie le filtró información sobre el paradero del yate. En aquella época, todos los veranos estaba en Cerdeña para poder hacer fotos a gente famosa, dijo, y toparse con Diana y Dodi fue simplemente un "gran golpe de suerte."
En entrevistas realizadas en agosto de 1997 en medios como The Independent, Brenna dijo que se estaba en la zona haciendo otro trabajo y se acercó al yate Jonikal de Al-Fayed en el que estaban Diana y Dodi tras confundir con una conocida a la mujer rubia que vio en la cubierta superior. Al acercarse, se dio cuenta de que se trataba de la princesa. Tras avistar a la pareja, Brenna dijo que pasó los días siguientes acechando el barco y buscando la mejor vista.
Teorías de la filtración
La serie, sin embargo, ha optado por afirmar que fue Mohamed Al-Fayed quien lo contrató para que captara la imagen que revolucionó la prensa rosa en el verano de 1997, algo que ha negado Michael Cole, exportavoz del multimillonario egipcio, dijo a Deadline que "es una absoluta tontería".
Hay otras teorías que implican a la princesa Diana en la consecución de esa imagen. Tina Brown escribió en su libro The Palace Papers que "Una y otra vez, Diana optó por invadir su propia intimidad".
Hablando de esta fotografía en concreto, escribe: "Fue ella quien avisó al objetivo italiano Mario Brenna para que enviara un mensaje al verdadero amor de su vida, Hasnat Khan". Khan era un cardiocirujano pakistaní que salió con Diana durante dos años (aparece en la quinta temporada de la serie) y al que muchos creen que Diana seguía teniendo afecto en el momento de su muerte.
En el último episodio del podcast Still Watching de Vanity Fair, la experta en realeza Erin Vanderhoof afirma que le sorprendió la insinuación de The Crown de que fue Mohamed Al-Fayed quien orquestó la icónica foto.
"Hay mucho debate sobre quién puso a Mario Brenna en la pista", dice Vanderhoof. "Hay mucho debate sobre si fue alguien cercano a Dodi, alguien cercano a Diana. Es una de esas cosas que realmente no se pueden probar definitivamente".
Ya fuera por azar o por un encargo, los tabloides iniciaron una intensa puja por la exclusiva de esa primera foto del romance de la pareja. Fue el Sunday Mirror el medio británico que se hizo con los derechos para publicarla en su portada del 10 de agosto, con el titular "El beso".
Los Angeles Times informó de que Brenna recibió 5 millones de dólares por la venta de los derechos internacionales de la imagen.
El acoso mediático
Tras el revuelo que causó esa primera imagen, los paparazzi redoblaron sus esfuerzos por conseguir su propio premio yendo a la caza y captura del que pudiera ser el siguiente gran momento de la pareja.
Un informe de 2006 de la policía metropolitana británica afirma que la fotografía de Brenna fue la responsable de poner toda esa maquinaria de acoso en marcha. "Esta fotografía no sólo atrajo la atención de los medios de comunicación hacia la pareja, sino que se cree que la cantidad de dinero ganada por Brenna centró la atención de los paparazzi", dice el informe.
La mera idea de que sus imágenes "pudieran haber contribuido a alimentar la caza de Diana y Dodi obviamente me entristece", dijo Brenna a The New York Times. Pero no cree que su trabajo contribuyera significativamente al furor en torno a la princesa.
"Si no hubiera sido yo, sin duda otra persona habría captado esas imágenes", afirmó.