Hay muy pocas personas que quieran volver a pasar por la adolescencia. Es una época complicada para todos y, a no ser que fueras una persona popular y tuvieras una orientación sexual o un cuerpo normativos en ese momento, puede que incluso haya partes de esta etapa que tu cerebro haya preferido olvidar. O que las haya ocultado bajo la alfombra.
Para algunas personas fue un periodo en el que fuimos vulnerables y en el que nos escondimos bajo una coraza indestructible, víctimas de una incomprensión que nos alejaba de un mundo al que queríamos pertenecer o donde buscábamos encajar desesperadamente y al mismo tiempo.
Puede que muchos buscaran refugio en lugares determinados como la literatura, el cine o las series, y que con la perspectiva de un adulto ahora agradezcan haber visto en esa época una serie como My Mad Fat Diary. Una serie de ficción que al mismo tiempo es una especie de documental sobre un bicho raro con el que, por la razón que sea, fue fácil empatizar.
Creada por Rae Earl, la misma que escribió la novela en la que se basa, My Mad Fat Diary, es una serie británica para la que hemos tenido que esperar para poder verla en streaming. Y ahora que Movistar Plus+ la ha incluido en su catálogo, es un buen momento para descubrir a sus protagonistas. Porque una vez dentro, no querréis salir del mundo de Rae.
Situada en Lincolnshire en el año 1996, la serie tiene un total de tres temporadas y cuenta la historia de Rae (Sharon Rooney), una adolescente de 16 años que acaba de salir de un hospital psiquiátrico, donde ha pasado cuatro meses. A la salida se reencuentra con su mejor amiga, Chloe (Jodie Comer), que no es del todo consciente del estado de salud mental de Rae ni de sus problemas con la imagen corporal, creyendo que había estado en París durante los últimos cuatro meses. Rae intenta mantener esta información en secreto, mientras al mismo tiempo trata de encajar entre su grupo de amigos.
Nostalgia de los 90
Aunque pueda parecer una serie oscura y muy dramática si solo tenemos en cuenta su punto de partida y su sinopsis, lo cierto es que My Mad Fat Diary es realmente luminosa. Desde el primer momento nos adentramos en la mente de Rae Earl, un lugar repleto de excentricidades donde descubriremos que, en realidad, la protagonista es una niña grande que busca reírse del mundo y sentirse parte de él. Como cualquier otro adolescente.
Volver al mundo real no será fácil para ella, incluso a pesar de que cuenta con un fantástico grupo de amigos -del que cualquier espectador sin duda querrá formar parte- y un punto de apoyo importante en su psicólogo (Ian Hart)-, porque tiene que aprender a convivir con su madre (Claire Rushbrook) y a vivir consigo misma mientras arrastra un gigantesco trastorno de conducta alimentaria. Un problema añadido a lo que ya implica ser un saco de hormonas al que le cuesta de por sí entender lo que le está pasando. Y un asunto que, por cierto, se aborda de frente, con muchísima honestidad y de una manera muy refrescante.
Su forma de tratar este tipo de trauma con el sobrepeso que tanto condiciona la autoestima, la sexualidad y, en general, la vida de muchas mujeres es tan brillante y genial que pocas veces se ha vuelto a repetir después en otra serie de televisión.
Porque no se trata solo de caer en un pozo oscuro y recrearse en la caída o incluso llegar a romantizarla, sino más bien de cómo a pesar del dolor se pueden encontrar las herramientas para volver a levantarse.
My Mad Fat Diary es todo esto y también es pura nostalgia, mostrando que incluso los que no vivimos los 90 podemos retrotraernos a esa época escuchando de fondo la música de grupos como Oasis, Blur o The Stone Roses. Su música, la estética y efectos visuales nos ayudan a comprender lo que le pasa por dentro a la protagonista cuando ni ella misma lo entiende, y también contribuyen a que esta maravillosa historia sobre hacerse mayor se quede con nosotros cuando termine.
Hablemos del final
Está claro que el camino que recorremos junto a Rae a lo largo de la serie será una experiencia inolvidable, pero también hay que reconocer que el final de la serie está a la altura de las circunstancias. No solo es un desenlace satisfactorio, sino que plantea una cuestión que mucho tiene que ver con la realidad.
Al igual que ocurre con cualquier adolescente con problemas de salud mental, el proceso de recuperación de Rae no será lineal y seguirá sufriendo altibajos. No obstante, el desenlace es muy esperanzador, porque en él la vemos siendo consciente de que cuenta con el aprendizaje y las herramientas necesarias para lidiar mejor con sus emociones y cambios de humor.
Rae seguirá teniendo problemas, pero ahora será capaz de enfrentarse a ellos de otra manera, y también está preparada para ocupar su lugar en el mundo como persona adulta.
Sigue siendo la misma fanática de Oasis y de la buena música en general, sigue teniendo su carácter y grandes ideas, pero ha madurado y es tan consciente de lo que ocurre a su alrededor como de lo que le pasa por la cabeza. Es posible que le resulte difícil mantener la calma a veces, pero conseguirá salir adelante.
Un desenlace que puede no ser el esperado para algunos, pero que sin duda se mantiene fiel a la esencia y al realismo de la serie, y que sirve como broche final perfecto para una de las mejores series de televisión de los últimos años.
Ficha
- Dónde verla: Movistar Plus+
- Duración: 16 episodios de 47 minutos aproximadamente
- Años de emisión: 2013-2015
- Escrita por: Rae Earl (autora de la novela en la que se basa), Tom Bidwell y George Kay
- Dirigida por: Alex Winckler, Benjamin Caron, Tim Kirkby, Anthony Philipson, Luke Snellin y Vanessa Caswill
- Reparto: Sharon Rooney, Jodie Comer, Ian Hart, Claire Rushbrook, Ciara Baxendale, Dan Cohen, Darren Evans, Nico Mirallegro, Jordan Murphy