Cada vez son más las series y películas con representación LGTBQ+, que aunque ha tardado en llegar más de lo que debería, lo ha hecho para quedarse. Y con la intención de que muchas personas puedan crecer con referentes o sentir que la pantalla es un reflejo de la realidad en la que viven.
Aunque a veces estas ficciones caigan en la repetición de estereotipos o condenen a los personajes del colectivo a un final trágico, también existen otros ejemplos que cuestionan estos tropos narrativos, convirtiéndose en un lugar seguro para todos los espectadores que se animan a descubrirlos.
Uno de ellos es Heartstopper, una serie entrañable para todo tipo de públicos, sean o no parte del colectivo LGTBQ+, que proporciona una descripción realista de la experiencia que viven muchas personas queer -que no son heterosexuales y/o cisgénero- en un entorno donde no siempre son bienvenidas. Y les invita a pensar que tienen derecho a ser felices, a pesar de todo lo malo.
La ficción basada en las novelas gráficas de Alice Oseman ha estrenado con su segunda temporada n Netflix el 3 de agosto e, consagrádose como una de las series con más encanto de la plataforma y es una excusa más para recomendarla.
En los nuevos episodios, Nick y Charlie se esforzarán por sacar adelante su nueva relación, Tara y Darcy afrontan desafíos imprevistos, y Tao y Elle intentan averiguar si podrían llegar a ser algo más que amigos. ¿Qué les deparará la vida, el amor y la amistad en esta nueva etapa? ¿Y cómo se las apañarán con los inminentes exámenes, un viaje escolar a París y la planificación del baile de fin de curso? La pandilla tendrá que hacer auténticos malabares para poder con todo.
La adolescencia ‘queer’
A diferencia del tipo de representación de la adolescencia que realizan otras series como Élite o Riverdale, Heartstopper ofrece una perspectiva alegre y entrañable, dejando a un lado la idea de que los jóvenes sólo fuman, beben o tienen relaciones sexuales.
Quizá tiende a ser idílica por renegar de lo anteriormente mencionado, pero al mismo tiempo hace hincapié en otro tipo de actividades que también realizan los adolescentes y, en especial, en la relación y la confianza que tienen con sus padres.
Además, el hecho de que la mayoría de sus personajes pertenezcan al colectivo LGTBQ+ no se utiliza como algo que les condicione de forma negativa. De hecho, según dijo el propio productor ejecutivo Patrick Walters, la intención era lograr un tipo de "representación queer que fuera alegre, juvenil y en la que no hubiera vergüenza por la condición sexual".
Para todas las edades
Por otro lado, Heartstopper también apela a todo tipo de audiencias, incluyendo a las personas que no son tan jóvenes y que no tuvieron la suerte de vivir libremente su sexualidad durante su adolescencia -especialmente aquellas que forman parte del colectivo LGTBQ+-.
De hecho, los sentimientos, la incomprensión y la incertidumbre de los que habla son universales y atemporales, y pueden trascender y traspasar todos los límites, dirigiéndose también al niño o adolescente que un día fueron.
Todas estas personas también desearon haber tenido una red de apoyo, un maestro comprensivo, un grupo de amigos leales y una familia que les quiera por ser quienes son. Y aunque no tuvieran una infancia o adolescencia ideal, la serie les recuerda que, a pesar de todo, merecen ser felices.
Porque todos son bienvenidos en el universo creado por Alice Oseman, enriquecido gracias a la serie de Netflix y capaz de incluir a todo el mundo en un lugar feliz que es posible y donde se muestra la diversidad de una forma auténtica, fresca y divertida.
La segunda entrega
Al igual que ocurrió en la primera temporada, la segunda entrega de Heartstopper volverá a conquistar el corazón del público, ondeando la bandera de la inclusión y la representación diversa mientras mantiene los pies en el suelo y habla de otros temas no tan agradables que también afectan a las personas queer y a los jóvenes en general.
Entre ellos destacan el hecho de verse obligado a salir del armario constantemente como forma de confirmar la existencia en el mundo, la ansiedad que provoca no saber ponerle nombre a lo que se siente -o a lo que no se es capaz de sentir-, o incluso los trastornos de conducta alimentaria. Todos ellos parte de una etapa como la adolescencia, que ya de por sí resulta difícil de llevar para todos.
Para los jóvenes y sus familias
“Queríamos que fuera una historia queer que los jóvenes pudieran ver, solos o con sus familias”, decía Alice Oseman de la serie antes de su estreno el pasado 2022. Más de un año después y tras convertirse en un fenómeno televisivo, el público ha podido comprobar que la serie cumple su propósito.
Además de ser una serie estéticamente preciosa, Heartstopper también se incluye entre las mejores historias LGTBQ+ de la televisión. El mundo que se dibuja en la serie está repleto de amor por todas partes y de momentos realmente emotivos, pero también lanza un mensaje muy poderoso: que todos merecen sentirse a salvo, no solo al amar libremente, sino también siendo quienes quieran ser. Porque ambas cosas son igual de importantes y válidas.
Netflix ha estrenado 'Heartstopper' temporada 2 al completo el 3 de agosto.