
Oriol Guasch posando con su clarinete
Oriol Guasch, el genio que lo bordó en Selectividad y ahora denuncia que no le dan la beca por estudiar música
El estudiante, que sacó la segunda mejor nota de la Evau de toda Aragón, no puede optar a la beca de excelencia por una negligencia legislativa
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Hay quien define el jazz como una pelea, un duelo constante entre grupos de músicos que rivalizan por deslumbrar en el escenario realizando malabarismos sinfónicos. Varios intérpretes se enfrentan para crear una tormenta perfecta a oídos del espectador, tocando así el piano, la batería, el clarinete… y las narices. Podría decirse que Oriol Guasch se encuentra inmerso en un concierto de jazz junto con la administración aragonesa. Pese haber sacado un 13,96 en la Evau la administración no le concede su correspondiente beca de excelencia de 2300 €. Todo porque Oriol estudia música en el Conservatorio Superior de Música de Aragón.
"Estudias música, ¿y qué más?" una pregunta recurrente que Oriol y sus compañeros han convertido en una broma interna. Este asegura que su indignación no radica en el dinero de la beca: "No es por el dinero, es para que se reconozcan mis méritos y para sentar un precedente con futuros compañeros que quieran estudiar música. Son muchas horas estudiando y ensayando para que luego no se reconozca."
Oriol se crió entre corcheas. A los 6 años ya tenía claro que quería estudiar música para convertirse en clarinetista o incluso en director de orquesta. Su vocación por la música era incuestionable, aunque no por ello iba a renunciar a una carrera universitaria. De hecho, se graduó de un bachillerato de ciencias con un pleno de matrículas de honor. De la misma forma, en el Conservatorio profesional obtuvo matrículas en 5 de las 6 asignaturas en el último curso.
Esto no fue todo, sus notas subían más que el bitcoin, y en 2024 sacó la segunda mejor calificación de la Evau de todo Aragón. "Me la preparé por si acaso, porque no tenía muy claro lo que quería hacer", comenta Oriol.
Se suele decir que la música y las matemáticas hablan el mismo idioma. Tras terminar la Evau, Oriol decidió compaginar sus estudios musicales en el conservatorio con una carrera de matemáticas en la UNIZAR (Universidad de Zaragoza). Por su salud mental, decidió matricularse de 5 asignaturas en la carrera de matemáticas. Así podía compatibilizar mejor la universidad con el conservatorio.
Visto su buen caché académico, la familia de Oriol decidió solicitar la beca de excelencia anunciada por el Gobierno de Aragón a principios de curso. Para optar a dicha beca, era imprescindible estar matriculado en al menos 60 créditos. Oriol se ha matriculado de 30 créditos en la carrera de matemáticas y de 60 créditos en el conservatorio, por lo que la combinación de las asignaturas alcanzaría sobradamente la cifra estipulada.

Oriol Guasch practicando con su clarinete
No obstante, en el formulario de la beca no existía la opción de seleccionar el Conservatorio Superior de Música de Aragón. Solo contaban los créditos de la carrera de Matemáticas, los del conservatorio no entraban en la ecuación. Esto reducía considerablemente sus opciones de optar por la beca, ya que la solicitud se realizaría seleccionando tan solo 30 créditos de los 60 requeridos.
En el caso de que la legislación no contemplase su situación Oriol se vería abocado a tragar saliva y asumir la injusticia. No obstante, la ley de Enseñanzas Artísticas aprobada en julio de 2024 estableció que los estudios artísticos eran equiparables a los grados universitarios. Bajo esta premisa, en octubre la madre de Oriol interpuso un recurso de alzada y otro contencioso administrativo.
Por caprichos del destino, se dio la casualidad de que Tomasa Hernández, la Consejera de educación, Cultura y Deporte, visitó el conservatorio donde estudia Oriol. Tras comentarle su tesitura, Tomasa le respondió "Tranquilo no te preocupes, tú echa la solicitud que ya lo arreglaremos". Un rayo de esperanza para Oriol Guasch, de no ser porque durante todos esos meses en la administración aragonesa ha reinado la ley del silencio. Ese golpe de frialdad le impulsó a volver a escribir a la consejería de educación, que le derivó a la de universidades, que también negó su competencia en el asunto. Tal y como dice Oriol, "se están pasando la pelota entre ellos y mientras yo estoy sin beca". Un partido de tenis que marearía a el mismísimo Rafa Nadal.
La convocatoria de las becas salió a principios de enero, y en ella, como era previsible, no aparecía Oriol. Ese mismo mes, una vez cumplió la mayoría de edad, este presentó otro recurso de alzada contra la resolución de las ayudas.
Con una urgencia prácticamente nula, el recurso de alzada que interpuso su madre en octubre obtuvo respuesta el pasado miércoles. La réplica, un documento de 16 páginas que argumenta que la ley de Enseñanzas Artísticas dispone de un plazo de 2 años para su articulación, que cada comunidad autónoma debe gestionar por separado. Aragón todavía no ha acelerado los procesos administrativos para hacerla vigente, por lo que su solicitud de beca queda rechazada.
Oriol conserva la esperanza, y está arropado tanto por su familia y amigos como por la propia directiva del Conservatorio Superior de Música de Aragón. Paradógico que habiendo un músico de por medio sea la administración aragonesa la que esté dando la nota.