Ante la ausencia de mano de obra cualificada, se están impulsando diferentes formaciones profesionales que eduquen a los aspirantes en materia de electricidad y electrónica. Los instaladores eléctricos ocupan una de las primeras posiciones en la lista de ocupaciones de difícil cobertura.
Según informa el último estudio realizado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) acerca de las ocupaciones de difícil cobertura, la profesión de instalador eléctrico tiene un 100% de empleabilidad. Se posiciona así como uno de los oficios más demandados del sector laboral.
Otras profesiones que poseen un nivel muy alto de empleabilidad son los conductores y operadores de grúa, los carpintores y montadores de carpintería metálica, aluminio y PVC, y los camareros y cocineros para buques.
No obstante, la gran ventaja del ámbito de las instalaciones eléctricas es que cuentan con ciclos de formación profesional que van a parar directamente en estos puestos tan demandados. Algunos como el de Técnico en Instalaciones Eléctricas y Automáticas que imparte el Centro Oficial de Formación profesional CCC se centran exclusivamente en este tipo de empleos.
Pese a que se ha dado un aumento del 16% de contratos para este grupo ocupacional durante la última década, y a que se firman aproximadamente 12.000 contratos de esta clase al año, sigue existiendo un desequilibrio entre la oferta y la demanda. La oferta de puestos es muy superior a la demanda.
¿Por qué se da este fenómeno? Una de las posibles causas residiría en la descarbonización de la actividad industrial que se ha estado llevando a cabo durante los últimos años con miras a lograr la tan anhelada transición a la economía verde.
Mercedes Pérez Ortega, directora de FP del Centro Oficial de Formación Profesional CCC, sostiene esta tesis. “La alta cantidad de proyectos que pasan por la descarbonización de la actividad industrial está generando numerosas oportunidades de empleo para titulados en ciclos de la familia de la Electricidad y la Electrónica”, afirma la directora.
El estudio del SEPE asegura que la Formación Profesional es un requisito indispensable para los aspirantes a instaladores eléctricos. Mientras que en el 58% de los casos se exige un grado medio en Electricidad y Electrónica, en el 26% se llega a demandar el grado superior.
El ciclo de Técnico en Instalaciones Eléctricas y Automáticas cuenta con las últimas actualizaciones en el ámbito de las eléctricas. Entre ellas destacan la enseñanza en instalación de energía solar fotovoltaica o en domótica.
El alumnado deberá egresar de este ciclo con el conocimiento suficiente como para dedicarse, además, al montaje y mantenimiento de infraestructuras de telecomunicación en edificios, sistemas automatizados y máquinas eléctricas.
La directora del CCC nos explica que la gente que ingresa en el ciclo de Técnico en Instalaciones Eléctricas y Automáticas suele reponder a tres clases de perfiles. Por un lado se encuentran las personas jóvenes que buscan aprender lo necesario para desempeñar un oficio muy concreto.
Por otro, estarían las personas que ya se hallan en puestos relacionados con las instalaciones eléctricas y que necesitan ampliar sus conocimientos con el objetivo de adaptarse a los avances del sector y, sobre todo, para quedar acreditados mediante un título oficial.
Nos dice Mercedes que es muy notable el número de personas que cuentan con conocimientos base muy válidos en temas de electricidad pero que, al no estar amparados por una formación profesional, con sus implicaciones técnicas, pueden pecar de ser demasiado rudimentarios y pueden quedar obsoletos con mayor facilidad.
Por último, los llamados "reciclados", que serían las personas de una edad más avanzada que se han quedado "colgadas" en el mercado y que buscan reinventarse a través del aprendizaje de las últimas actualizaciones tecnológicas para conseguir un empleo.
"Como es normal, ahora los jóvenes prefieren algo con mayor empleabilidad y cuyos resultados sean más inmediatos que en el caso de una carrera o, incluso, que el bachillerato", dice Mercedes Pérez. También hace hincapié en que este es un gran momento para la incorporación de las nuevas generaciones, dada la falta de relevo generacional existente.
Para lograr estos objetivos, el CCC ha establecido acuerdos con La Fundación Talgo y con Carrefour. La Fundación Talgo busca llenar el hueco dejado por aquellos empleos desocupados, de modo que invierten en la educación de las personas con miras a que logren tener las aptitudes necesarias para desempeñar una serie de actividades que no dejan de renovarse.
Así, la Fundación Talgo ofrece la incorporación de ofertas de empleo en Talgo a la bolsa de CCC. También pone becas a disposición del alumnado, además de iniciativas y concursos diseñados para fomentar la formación profesional y el empleo.
"En Talgo tienen muchísimo alumno en prácticas de formación profesional de distintas ramas, y una de ellas es la de sistemas de electricidad, entonces, en cuanto a cantera, esto les viene muy bien. Es una forma de que hagan las propias prácticas ahí y ya se puedan quedar en la empresa", señala Mercedes.
En Carrefour sucede algo similar: gracias a los acuerdos con CCC pueden ofrecer una educación a todos los empleados que están en el servicio de mantenimiento y en su área interna, de modo que otorgan una formación personalizada según los requerimientos de Carrefour pero a través de los recursos educativos del Centro Oficial de Formación Profesional.