Canarias cierra 2023 con más de 37.000 inmigrantes llegados desde enero, su mayor registro histórico

Y es que la 'crisis de los cayucos' de 2006 ya es historia. Aquel año se registró la llegada total de 31.678 inmigrantes a la isla. Sin embargo, según los últimos datos del balance quincenal elaborado por el Ministerio del Interior, han llegado al archipiélago canario 37.187 inmigrantes en 561 embarcaciones desde el 1 de enero al 15 de diciembre.

Sólo esta semana se ha observado la llegada de más de 400. En 2022 se registaron, por estas mismas fechas, 15.466 en 344 embarcaciones. Esto supone un incremento del 140'4% con respecto al año anterior, que cerró con un total de 15.682 migrantes. 

Los meses más intensos, según recuerda a este diario Juan Carlos Lorenzo, coordinador de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Gran Canaria, fueron octubre y noviembre. Septiembre cerró con la llegada de 14.976 inmigrantes, pero la cifra aumentó a 23.537 en la primera quincena de octubre. Sólo el fin de semana del 20 de aquel mes más de 1.700 llegaron a la isla a bordo de 14 embarcaciones. Aquel sábado los servicios de rescate de Canarias socorrieron un cayuco con 320 personas a bordo, el más numeroso del que se tiene constancia en la isla. 

Rescate de 51 migrantes de origen subsahariano. EFE

Con esto, no existe una cifra exacta del número de fallecidos, pero Lorenzo expresa que hay una estimación por parte de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de más de 600 personas —exactamente 634, según los últimos datos de noviembre—, una cifra que supera la de los 559 inmigrantes fallecidos en 2022.

Se trata de la tercera peor cifra anual de víctimas en la ruta atlántica desde 2014 —por detrás de 2021 (1.126) y 2020 (877)—, año en que OIM comenzó a registrar estos incidentes. Aún así, estos datos otorgan una estimación a la baja, ya que "no recogen los naufragios invisibles, es decir, embarcaciones de las que no se tienen constancia porque han desaparecido, por lo que la cifra, previsibiblemente, es bastante más alta", explica. 

"Este año hemos experimentado un aumento significativo en la intensidad de las llegadas por costa a Canarias", arroja Lorenzo. El coordinador apunta que las causas son diversas: a la situación de empobrecimiento y persecución por los conflictos bélicos se ha añadido la convulsión política y social que vive Senegal.

"En 2023 hemos observado una diversificación en la ruta canaria. Hemos recibido de una manera significativa embarcaciones que proceden de las costas senegalesas y gambianas y, en menor medida, mauritanas. Ha habido cierto cambio en la orientación de los puntos de salida y se debe, principalmente, a esta convulsión política y social que vive la población senegalesa. Además, las situaciones de inestabilidad que viven los países extranjeros repercuten en las rutas e intensifica, consecuentemente, los flujos migratorios o los desplazamientos forzados de personas", continúa.

Pero ¿qué similitud existe ahora con respecto a 2006? Aquel año el cayuco se convirtió en la embarcación más utilizada en el tránsito migratorio por mar hacia Canarias. Lorenzo afirma que en 2006 estos desplazamientos estaban también protagonizados por senegaleses: "Coincidió con una gran crisis económica en el país".

Un gran esfuerzo humano

Lorenzo cuenta que se ha experimentado una gran intensidad en el trabajo, no sólo en la recepción, sino también en la acogida y derivación de estas personas. La primera influye directamente en el salvamento marítimo, en los cuerpos y fuerzas de seguridad, en los grupos de Cruz Roja y en los propios servicios del área de salud, entre otros, que han tenido que movilizar, sobre todo en El Hierro, a personal sanitario que pudiera estar allí en el momento de la llegada.

Esto se debe al sistema de acogida y atención humanitaria de emergencia que, en la segunda mitad del año 2020, comenzó a dar una respuesta, dada su capacidad de actuación y flexibilidad, a la acogida de las personas inmigrantes.

No obstante, dentro del contexto de las políticas migratorias, la medida de las derivaciones regulares hacia la península se han acelerado para que exista una alta capacidad de rotación de la ocupación de las plazas con el fin de que el sistema no colapsara.

"Esto se ha tensionado, ya que ha sido necesario, en un momento dado, generar plazas extras para poder hacer frente a esta situación que se caracterizaba por la alta velocidad y el alto ritmo de la llegada de migrantes en tan poco tiempo", explica Lorenzo. 

El canario señala que el periodo medio en que estas personas eran trasladadas hacia la península ha pasado de ser de 30-45 dias a dos semanas "y, en ocasiones, menos". Pero gracias a estos traslados más ágiles hacia península se ha podido oxigenar la situación en Canarias, agradece. 

Previsión futura

El coordinador desconoce la previsión futura de esta crisis. Asegura que, de momento, siguen recibiendo regularmente llegadas, pero con una menor intensidad. El canario explica que en los meses de octubre y noviembre la media de llegada eran, al rededor, de 400 personas diarias. 

"Seguimos experimentando situaciones de partidas y salidas de las personas migrantes hacia Canarias. Nada nos dice que vayan a concluir ni a decrecer. No obstante, se están desarrollando políticas de contención y se está cooperando con los países de origen y tránsito de estas personas y embarcaciones para que refuercen el control migratorio en sus costas", cuenta. 

El pasado viernes, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, expresó que el despliegue de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Senegal ha frenado el 46 por ciento de las llegadas irregulares a Canarias en los dos últimos meses, con la interceptación de 59 embarcaciones y 7.213 personas en las costas de Senegal y Gambia. Con esto, Lorenzo asegura que el sistema está funcionando racionalmente.

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Aumento de MENA

El coordinador explica que, además, Canarias vive otro problema: el aumento de personas menores extranjeras no acompañadas, que ya son 4.500. "Es muy complicado gestionar una direccion cuantitativa tan alta en estos menores desde un punto de vista garantista, inclusivo, educativo e integrador. Es muy difícil abordar todo esto. Por ello siempre analizamos la situación proponiendo un reparto equitativo, responsable y respetuoso entre todos los territorios del estado español para oxigenar el sistema de la infancia no acompañada", añade. 

Para que la situación se estabilizase, la única constante de política migratoria actual es la "legitmización del discurso del retorno y externalización de frontera, es decir, el control de los flujos migratorios desde el punto de vista de la seguridad, más que la acogida respetuosa en el marco de derechos de las personas migrantes". El canario expresa que para CEAR es una exigencia y reclamación reiterada la puesta en marcha del refuerzo de vías legales inseguras "que hace que estas personas se jueguen la vida en el mar". "Falta la valentía política suficiente para que esto sea una realidad instalable y genere algún efecto transformador", concluye.