Las familias de los agentes que mató Igor el Ruso, sin indemnización: "No somos víctimas para Marlaska"
El Ministerio de Interior deniega a las familias de los dos guardias civiles hacerse cargo de la indemnización que no paga el asesino al declararse insolvente, aseverando que solo se abonan cuando el agente está vivo y no muerto.
25 septiembre, 2023 01:38Una medalla. Las familias de Víctor Romero y a Víctor Jesús Caballero, los dos guardias civiles que murieron tiroteados por Norbert Feher, alias 'Igor el Ruso' en Andorra (Teruel), tienen hoy y desde el día de su entierro, tres días después de sus muertes, una medalla cada uno a título póstumo. "Con distintivo rojo. El Gobierno les da una medalla y los entierra". Noelia Loren, la mujer de uno de ellos, Víctor Jesús Caballero, 'Tote', rompe a llorar.
Noelia perdió a Víctor el 14 de diciembre de 2017. Eva también perdió a otro Víctor, Víctor Romero. También perdió Ana a su marido, el ganadero José Luis Iranzo. Fue el primero en caer aquel día. Los dos agentes fueron abatidos después, tiroteados varias veces por la espalda, hasta la muerte, de forma indiscriminada y con una pistola en cada mano.
Seis años más tarde, el 17 de enero de 2023 Noelia Loren, Eva Lizana, la viuda de Víctor Romero, y Ana Febrero, la viuda de José Luis Iranzo, se reunieron con el ministro Fernando Grande-Marlaska en el ministerio. "Nos dijo que no nos preocupáramos de nada. Nos atendió con tacto y amabilidad. Le transmitimos nuestras inquietudes, y nos aseguró que iba a tratarlo con delicadeza". La respuesta delicada les ha llegado a las dos viudas de la Guardia Civil el último día hábil del mes de julio.
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Así que las dos familias tienen una medalla que les dieron el mismo día del entierro y, seis años largos después, una carta. Se trata de una resolución de la subsecretaría del Ministerio de Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska. En ella rechazan pagar los 500.000 euros que piden las familias de los dos agentes: 200.000 para una y 300.000 para otra. Esa cuantía en concepto de responsabilidad civil no es al azar: es la fijada por la Audiencia Provincial de Teruel en la pena impuesta a Norbert Feher, quien se declaró insolvente. El documento explica que el pago de estas indemnizaciones únicamente se hace cuando los empleados públicos son heridos y no cuando resultan muertos.
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Los agentes están amparados por el principio de indemnidad, pues son funcionarios públicos y si sufren daños durante el ejercicio de su cargo deben recibir la consiguiente reparación. No obstante, no siempre es así. La última sentencia que estimaron los tribunales al respecto data de abril de 2022 y condenó a Interior, que se había negado, a hacerse cargo de los más de 8.000 euros a un agente de la Guardia Civil por los daños personales sufridos durante una agresión en el que el condenado se declaró insolvente.
El abogado de las familias de Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, Mariano Tafalle, explica que solicitaron la indemnización de acuerdo con ese principio de indemnidad. "Desde 2018, gracias a una sentencia del Tribunal Supremo, a todos los guardias civiles que resultan lesionados o fallecen, si el agresor o criminal es insolvente, el Estado los indemniza. Esta denegación va en contra de los principios básicos del derecho de resarcimiento español, porque lo que dice Interior es que los daños personales solo se estiman cuando se es herido, pero no cuando muere en acto de servicio, y esto es una barbaridad".
La resolución, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, alega que en virtud de la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito, hay dos tipos de víctima. La directa, que es toda persona física que sufra el daño cuando se comete un delito. También la indirecta, fijada "en los casos de muerte o desaparición de una persona que haya sido causada directamente por un delito, salvo que se tratare de los responsables de los hechos". En este apartado entran los cónyuges, parejas de hecho, hijos, progenitores, hermanos...
"Pero estos daños (personales y patrimoniales) de los familiares y victimas indirectas son totalmente ajenos a la relación especial de servicio que vinculan a la guardia civil con la administración". La demoledora frase es la conclusión en la que se basa el ministerio para denegar la indemnización. "Esto es otra barbaridad y lo ha escrito el Ministerio de Interior", puntualiza el abogado, quien prepara ya el recurso contencioso-administrativo contra la resolución.
El dolor
Noelia se derrumba varias veces. "Vale, los han matado. Pero que nos digan que no somos víctimas directas... es tratarnos como a perros. Es humillarnos". Las familias corroboran que va a por todas "para que esto no le pase nunca más a ninguna familia del Cuerpo".
Víctor Jesús Caballero, era de Cádiz, del barrio de Loreto. Murió con 38 años. Hijo de Guardia Civil y con un hermano, Ángel, que también es agente de la Benemérita. Era, por tanto, polilla -como llaman a los hijos de los guardias-, y como polilla accedió al Cuerpo. A 'Tote' le encantaba las chirigotas y la playa, pero por amor se quedó en Teruel.
A Noelia la conoció comprando el menaje que le hacía falta para amueblar el pabellón, es decir, el domicilio que le habían asignado en la Casa Cuartel de Mas de las Matas (Teruel). "Le pregunté en qué trabajaba y me dijo que era panadero", recuerda. "Yo me reí y le dije que con ese acento no podía ser panadero".
Esas navidades Tote regresó a Cádiz, pero se las ingenió para conseguir el teléfono de Noelia y enviarle un mensaje. "Feliz Navidad, morena. Que sepas que me debes una cena". Ya no se separaron. Ella se fue a Mas de las Matas y luego a Alcañiz. "Once años juntos". Tote era un apasionado de su trabajo, hasta el punto de que ser guardia civil no era un trabajo para él. Lo vivía con pasión", explica Noelia.
Víctor Romero y él eran uña y carne. Amigos íntimos. "Era un hermano. de la familia que se elige", puntualiza Noelia. Los dos eran compañeros del Grupo Roca (Robos en el Campo) y vivían en la misma casa cuartel de Alcañiz. La foto que ilustra este reportaje es de la boda de Víctor Romero. Las familias pasaban parte de las vacaciones juntos, tanto en Cádiz como en Calanda (Teruel), de donde era Romero. Estaba casado con Eva y tenía una hija de pocos meses. La mujer de Víctor ha declinado hacer declaraciones, "pero está igual de indignada y dolida que yo".
-¿Cómo se enteraron de sus muertes?
-A mí no me lo dice nadie de la Guardia Civil. A mí me llamó mi hermana preguntándome dónde estaba, y le dije que trabajando. Me preguntó con quién y le dije que con Romero. Se echó a llorar. Ya había visto la noticia en un periódico digital, pero no se atrevió a decírmelo.
Las familias acudieron al hospital. "Vino el padre de Víctor Romero, vino mucha gente, vino el capitán... Y el padre de Romero preguntó al capitán si era verdad que los habían matado a los dos, porque ya había salido. El capitán debió de confirmárselo, porque el hombre se cayó al suelo. Yo le decía a mi padre, papá, no llores que no es Víctor. Pero sí que era".
Noelia se repone de las lágrimas y de los silencios que las acompañan. A EL ESPAÑOL ultima que "aquel día, mi padre me dijo que a Tote, desgraciadamente no lo íbamos a traer (de vuelta). Pero no vamos a permitir que se rían de él. Y no lo voy a permitir".