En Lebrija, el pequeño Sáhara donde cada año celebran haber sido la provincia 53 de España
En la localidad viven 25 familias que conmemoran con tristeza cada 27 de febrero el aniversario del abandono de España tras la Marcha Verde.
26 febrero, 2023 03:13Mohamed Saleh tenía entonces 18 años."Aquello (la salida de España del Sáhara Occidental) fue para nosotros como un paro cardíaco", ilustra Rah, como le llaman familiarmente. Hoy tiene 65 años y habla desde un patio ajardinado en Lebrija (Sevilla), donde vive desde hace más de 20 años. Su padre era cabo 1º del Ejército de Tierra y murió con solo 40 años. Era tan saharaui como español. La madre de Rah y sus 10 hermanos vivían en El Aaiún. El ataque al corazón al que se refiere el hombre es que todos eran españoles, y de golpe y porrazo, en noviembre de 1975 llegó la Marcha Verde, y luego, tal día como hoy, un 27 de febrero de 1976, su tierra dejó de ser española y ellos también. Se convirtieron en refugiados, apátridas... o en las dos cosas a la vez.
Cuando se cumplen 47 años desde que España abandonase el territorio, EL ESPAÑOL visita a los 130 saharauis que hacen que Lebrija sea el pequeño Sáhara Occidental, la perdida provincia española número 53. Componen una numerosísima comunidad para un pueblo de 28.000 habitantes en el que viven con plena integración.
Son unas 25 familias que en estos días conmemoran el triste final que los convirtió en refugiados sin tierra. Este año ha sido especialmente doloroso. Han vivido con estupor el último mazazo: cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se posicionó al lado de Marruecos en su postura con el Sáhara, cambiando la política española con respecto al conflicto durante 40 años.
Pero ¿porqué en Lebrija viven tantos saharauis? La respuesta la tiene Esperanza Jaén. Es la presidenta del grupo Sáhara de la Plataforma por la Solidaridad de Lebrija. Y activista prosaharaui. Lo del activismo le llegó a través del corazón. En 1994 acogió por primera vez a una niña saharaui dentro del proyecto 'Vacaciones en Paz', que trae a España a niños que residen en los campamentos de refugiados.
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"La frase que yo siempre digo es que estos niños no vienen faltos de cariño: vienen faltos de justicia. Y tú acoges al niño y acoges su causa. Y ahora viene la segunda generación", cuenta a EL ESPAÑOL mientras sienta en su falda a Emma. Es su 'nieta': hija de un niño saharaui a quien acogió.
Porque tras esa primera niña, llegó otro niño. Y otro. Algunos se quedaron a estudiar. Y se sumaron muchas más familias acogedoras: más de cien en todo Lebrija. Esperanza llama a los niños y niñas que ha acogido como sus hijos.
Tanto, que hay uno, uno especial, que le ha hecho abuela. Vivía en Lebrija, fue a los campos a visitar a su familia, se enamoró, se ha casado allí y ahora se ha traído a su mujer, Munira, de 21 años, y su hija, la pequeña Emma, de dos. Munira recaló en Lebrija con 6 años y se quedó a estudiar. Su abuelo es uno de aquellos saharauis que fueron españoles y que cobra la pensión del Gobierno español por haber formado parte del Ejército.
Cuenta Esperanza que ahora en el Congreso "se ha presentado una moción para equiparar a los saharauis a los sefardíes para conseguir la nacionalidad. A los sefardíes, que salieron de España en el siglo XV", subraya indignada la mujer. No obstante, advierte que la medida no es la solución. "Para ellos la solución es volver a la tierra que les robó Marruecos".
Las diferencias entre lebrijanos y saharauis son difusas. "Aunque son musulmanes, ellos no discriminan a la mujer para que no estudie. Les gusta la Semana Santa, la Navidad, las procesiones... no hay fanatismos", dice la mujer. "Incluso las comidas son parecidas. El puchero es el mismo pero sin tocino, igual que los potajes". "Aquí trabajamos en el campo, de camareros... y la segunda generación ha estudiado y ha ido a la universidad", cuenta Rah. Coincide con Esperanza en que las costumbres son parecidas: "casas abiertas por hospitalidad y la forma efusiva de saludarnos", puntualiza.
Braica tiene 54 años. Vive en Lebrija con su mujer, Ghalia. Tienen 3 hijos. Vivió desde los 7 años en los campos de refugiados. Su familia era oriunda de El Aaiún. Del Sáhara español solo recuerda "el colegio y los vecinos". El padre de Braica, además, estuvo ocho años en prisión tras la salida de España del territorio. En los campamentos viven sus cuatro hermanos, a quienes va a visitar cada año. Ghalia, su mujer, tiene 38. Nació y se crió en el campamento de refugiados. Ambos se asentaron en Lebrija en 2012. "Vine con un visado y ahora soy una lebrijana más", cuenta con una enorme sonrisa a este periódico.
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Las traiciones
Rah atesora su DNI español y recuerda que hasta 1976 apareció en el censo español. Tenía un número de la Seguridad Social de cuando trabajó en Cubiertas y Tejados, una sociedad anónima española que operó en el Sáhara español. "Yo era muy jovencito, pero recuerdo la primera manifestación que se hizo en El Aaiún para pedir la independencia de España con el apoyo del Frente Polisario".
Como contrapartida, el régimen franquista creó el P.U.N.S. (Partido de Unión Nacional Saharaui) en 1974, un año antes de que llegara el final. Mientras el PUNS y el Frente Polisario se enfrentaban, "Mauritania y Marruecos partieron el territorio saharaui".
Era 1975 y en octubre, en pleno conflicto, Juan Carlos I visita la capital del Sáhara. "Le prometió a las tribus que siempre defendería al pueblo saharaui. Pero al regresar a Madrid cambió de postura", recuerda Rah.
Porque al regresar, el jefe de Estado firmó los Acuerdos de Madrid por los que cedía la administración del Sáhara a Marruecos y Mauritania. Los acuerdos posteriormente fueron declarados nulos por la Organización de las Naciones Unidas, por lo que todavía hoy el territorio se encuentra todavía entre los dieciséis territorios no autónomos supervisados por el Comité Especial de Descolonización de la ONU.
"Pero esto -continúa- es responsabilidad del Gobierno español, no de los españoles. Para nosotros los españoles son más que hermanos". Y se extiende Rah en que el giro de Pedro Sánchez "no lo comparte ni los de su mismo partido. No están de acuerdo. Pero lo cierto es que los presidentes (de Gobierno) del PSOE siempre han traicionado a los saharauis".
Esperanza explica que "los saharauis son un pueblo muy digno que merece recibir más que limosna en los campamentos de refugiados. Arroz, aceite... la política no puede ser solo humanitaria: lo que necesitan es justicia, y que puedan decidir si quieren ser de Marruecos, independientes o de España, que es lo que dice la ONU. Que tienen derecho a decidir".
La vinculación de Lebrija con la causa saharaui es tal que desde hace muchos años, todos los veranos los balcones del pueblo se llenan de banderas del Sáhara Occidental. "Y se quedan puestas todo el verano. Lo hacemos para recibir a los niños de Vacaciones en Paz".
También se celebra una media maratón solidaria. Lo cuenta Juanma Sánchez Falcón. Implicado desde hace diez años, "Yo me puse a buscar una iniciativa que uniera solidaridad y deporte, y le dije a mi hermano Paquito que me iba a los campamentos. Me dijo que se venía conmigo". Aquella chispa que buscaban la encontraron en el Sáhara Maratón. Además de recaudar fondos durante meses y llevar alimentos, durante 8 o 9 días acudían al Sáhara para la prueba deportiva.
"Íbamos todos los años. Pero el 23 de marzo de 2019 falleció mi hermano". Y aunque ha seguido viajando allí, en Lebrija, y en homenaje a su hermano, organiza la Carrera Solidaria 'Paquito' para recaudar fondos. En su primera edición contó con la presencia de Abel Antón y Martín Fiz. Fue multitudinaria. La prueba, que se celebra en septiembre, contará este año con el respaldo deportivo de Reyes Estévez.
¿Y el Ayuntamiento? Volcado. Gobernado por el PSOE, un año más ha apoyado institucionalmente la reivindicación de su 'Little Sáhara' coincidiendo con la efeméride de que dejase de ser territorio español. A las 12 del mediodía suena el himno saharaui y se iza la bandera para recordar con tristeza el día en el que España, al menos, recuerde el día en el que perdió una provincia. Ya saben que muchos han olvidado que ellos, además, perdieron su patria y dejaron de ser considerados españoles.