El kamikaze que se empotró en la A-30 contra el coche del diputado Miguel Ortega (PSOE): "Es cierto que consumí alcohol"
- El magistrado David Castillejos envió a prisión a Mohammed porque no se creyó su versión sobre el siniestro: "El investigado no ha explicado razonablemente la razón de tal conducta". "Esta versión no es creíble".
- Más información: El diputado del PSOE Miguel Ortega, tras sobrevivir al choque con un 'kamikaze': "Sólo vive uno de cada 1.000"
Mohammed llevaba una sintomatología de 'pleno al 15' en alcohol y drogas, cuando unos guardias civiles se entrevistaron con este joven, de 23 años, tras haber conducido su Mercedes C220 en sentido contrario -por la autovía A-30- hasta que se empotró frontalmente contra el Renault Kadjar del diputado autonómico del PSOE: Miguel Ortega.
EL ESPAÑOL ha accedido en exclusiva al atestado de la Agrupación de Tráfico donde los agentes exponen que este kamikaze presentaba "ojos brillantes y vidriosos", "halitosis alcohólica a notaria distancia", "rostro enrojecido", "habla pastosa", "repetición de frases o ideas", así como un "comportamiento desafiante" y "agresivo".
El resultado de las pruebas de alcoholemia a las que sometieron a Mohammed B. B. (España, 2000) fue el esperado, ya que la primera vez que sopló, arrojó 0,46 miligramos por litro de aire espirado, y la segunda vez, volvió a dar un positivo aún mayor: 0,47 miligramos por litro de aire espirado. Además, el test de drogas detectó "positivo en cannabis".
Tales resultados se produjeron a las 9.48 horas del martes 22 de octubre, según refleja el atestado de la Agrupación de Tráfico. Es decir, solo 58 minutos después de que Mohammed condujera en sentido contrario por la A-30, durante 6 kilómetros y 800 metros, estampándose contra el Renault del diputado autonómico del PSOE, Miguel Ortega, de 31 años.
Aquel martes, el parlamentario socialista se dirigía a la Asamblea Regional, por la citada autovía que conecta Murcia con Cartagena, para intervenir en un pleno donde iba a defender una moción exigiendo al Gobierno autonómico que cumpla la Ley LGTBI. Pero Miguel Ortega nunca llegó al Hemiciclo por culpa de Mohammed: un kamikaze que le envió directo al Hospital Virgen de la Arrixaca, para ser operado de urgencia para extirparle el bazo y coserle tanto el intestino delgado como el grueso.
Este veinteañero, empleado en una empresa de mensajería, y descendiente de una familia trabajadora de inmigrantes marroquíes, fue puesto a disposición judicial por los delitos de conducción temeraria, lesiones por imprudencia y por circular bajo los efectos de bebidas alcohólicas y sustancias estupefacientes. De modo que se acogió a su derecho a no responder a las preguntas del magistrado y del fiscal.
Tan solo fue interrogado por su abogado, el conocido penalista Jorge Novella, con una estrategia encaminada a rebajar la previsible condena que se le impondrá en la vista oral. Prueba de ello son las disculpas que pidió este kamikaze durante su declaración a la que también ha accedido en exclusiva EL ESPAÑOL: "Estoy arrepentido y siento mucho que haya una persona herida en el hospital".
Mohammed también confesó que se adentró bebido en dirección contraria, por la autovía A-30, aunque matizó que aquel martes no había fumado porros, para justificar el positivo en THC que arrojó tras el siniestro vial: "En la noche y las horas previas a los hechos, es cierto que consumí alcohol". "Pero la noche anterior al accidente no fumé cannabis, sí que es cierto que había consumido esa sustancia en los días anteriores". De hecho, lo concretó: "Comencé a consumir cannabis el viernes pasado".
A pesar de que uno de los conductores que auxiliaron a Miguel Ortega, a pie de autovía, llegó a grabar tras la colisión a Mohammed afirmando "estoy perfectamente", lo cierto es que durante su declaración en el juzgado, este joven aseguró que no recordaba lo sucedido en la A-30 el martes 22 de octubre: "No me acuerdo de nada de lo ocurrido justo antes del accidente". "No recuerdo haber circulado en sentido contrario".
Las lagunas mentales que verbalizó este kamikaze en sede judicial, solo le permitían recordar que antes de beber y sufrir la brutal colisión: "Iba a visitar a su novia". Tales afirmaciones contrastan con el relato de un testigo clave: Pedro José, un camionero que se encargó de liberar al diputado socialista del amasijo de hierros al que quedó reducido su Renault Kadjar y que antes de la colisión, iba persiguiendo desde el otro carril a Mohammed, para que abandonara la autovía:
"Observé cómo Mohammed se incorporó a la A-30 desde la salida 169, la salida de Balsapintada, circulando por la calzada en sentido a Cartagena, conduciendo en sentido contrario al habitual". Este camionero detalla que le fue haciendo luces al kamikaze, pero no evitó la colisión frontal que casi le cuesta la vida al diputado Miguel Ortega: "Circuló por ese carril hasta el momento del impacto, haciendo caso omiso a las señales que yo le hacía, desde la plataforma en sentido a Murcia". "Mohammed circuló con su vehículo, modelo Mercedes C220, con matrícula 'X', hasta el momento de la colisión frontal, en el kilómetro 162, contra un vehículo Renault Kadjar".
Este testimonio unido a los resultados de los test de alcohol y drogas, así como la inspección que la Guardia Civil realizó en la zona del accidente donde ambos vehículos estaban arrasados, lleva a la Agrupación de Tráfico a señalar a Mohammed como responsable del accidente. En este párrafo del atestado queda resumida la dinámica del siniestro vial:
"Un conductor se incorpora a la circulación en sentido contrario al habitual, circulando durante cerca de 6 kilómetros, de manera manifiestamente temeraria, bajo los efectos de bebidas alcohólicas y drogas tóxicas o estupefacientes, colisionando contra otro vehículo que circula en su mismo carril, en sentido correcto de la circulación, causándole lesiones graves [...]".
Las disculpas de Mohammed no evitaron que el juez decretara el ingreso en prisión de este veinteañero, al que una empresa de mensajería de talla internacional tenía contratado como fijo-discontinuo, y que se había reincorporado a su puesto de trabajo, solo un día antes de provocar escenas de pánico por una de las principales autovías de la Región de Murcia.
En el auto de prisión provisional, el magistrado David Castillejos expone varios argumentos por los que justifica esa medida cautelar. Uno de ellos es el riesgo de fuga existente porque el salario de Mohammed, de 1.300 euros mensuales, como repartidor de paquetes, no alcanza para responder a la indemnización económica que deberá afrontar, sin olvidar que se enfrenta a fuertes condenas de cárcel. Tan solo el delito de conducción con manifiesto desprecio por la vida de los demás, le podría suponer penas de prisión de 2 años y 6 meses hasta 5 años.
"En definitiva, los elementos de arraigo son débiles frente a las penas de los delitos que habría cometido, entendiendo que en este momento inicial de la investigación puede producirse riesgo de fuga [...]", tal y como recoge el auto dictado por el Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia. El magistrado llega a esa conclusión tras exponer la gravedad de los hechos protagonizados por este veinteañero y de poner en duda sus lagunas mentales sobre el accidente de la A-30:
"El investigado condujo varios kilómetros en sentido contrario por una vía rápida, como es una autovía, cruzándose con varios conductores hasta que finalmente impactó con el vehículo de la víctima, el señor Miguel Ángel Ortega López, que resultó lesionado grave. El investigado no ha explicado razonablemente la razón de tal conducta, entre otras cosas, por haberse negado a contestar a las preguntas del instructor y del fiscal de guardia", según expone el magistrado David Castillejos.
Pudo haber frenado
"A preguntas de su letrado [Jorge Novella], ha contestado que no recuerda nada, que consumió drogas y alcohol, pero no en las horas previas al siniestro, y ni siquiera recuerda si durmió". "Esta versión no es creíble, por cuanto el investigado reside en El Palmar o al menos iba a ver a su novia en tal dirección, como ha admitido, y mínimamente, podía conducir, puesto que lo hizo durante varios kilómetros, por una vía de doble carril y con curvas en ocasiones, sin padecer el siniestro hasta que se topó de frente con el vehículo de la víctima".
"En esas condiciones, al menos debía recordar cómo cogió el vehículo, dónde y qué hizo las horas anteriores. Igualmente, pudo haber detenido la marcha y parar en el arcén, en vez de continuar su marcha a pesar de que era consciente de que varios usuarios estaban en grave peligro".