Desireé, de Cádiz a hacer historia en el Muay Thai: pelea en un estadio vetado a mujeres en Tailandia
Comenzó a practicar hace 5 años, hoy es la número 3 del ránking mundial y va a competir en el estadio más antiguo del país, vetado a mujeres.
18 julio, 2022 02:00Desireé Rovira se pasó un mes mirando por la ventanita del gimnasio cómo se desarrollaba la clase de Muay Thai. Por aquel entonces tenía 30 años y vivía en Cádiz, la capital en la que nació. Era 2017. Tres años después de estar mirando aquella clase se convirtió en campeona del Mundo de Muay Thai, o boxeo tailandés, en categoría amateur, y ahora vive de manera semipermanente en Tailandia. Allí entrena y se prepara para competir este agosto el Rajadanerm, el estadio más antiguo de Tailandia, donde histórica y culturalmente las mujeres han sido vetadas para poder luchar.
Licenciada en Traducción e Interpretación de inglés y alemán, Desireé miraba la clase. Nunca en su vida había hecho artes marciales, pero acudía al gimnasio para perder peso y ponerse en forma. Los mismos monitores del gimnasio la invitaron a probar una clase. "Ese día probé, y lo demás vino ya rodado", cuenta a EL ESPAÑOL.
Disputó su primer campeonato en 2017. "Al principio me lo tomaba como una forma de fitness", rememora. Simultaneaba los entrenamientos con dos trabajos, por lo que intentaba sacar el tiempo de donde podía para entrenar. "Pero entonces me di cuenta de que el Muay Thai me gustaba mucho".
Que Desireé tuviera la oportunidad de practicar el boxeo tailandés en una capital de provincia como Cádiz no es casual. El gimnasio, el Chok Muay Thai, lo preside el también gaditano Carlos Coello, quien es púgil profesional (nak muay). Coello, como haría luego Desireé, también lo dejó todo hace años y se fue a Tailandia a entrenar y acabó convirtiéndose en campeón del mundo. No una ni dos, sino tres veces.
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La gaditana se marchó a Tailandia por vez primera al año y medio de comenzar a practicar este deporte que aúna budismo y cultura. "Quería conocer este deporte desde su cuna, así que me fui". Con sus ahorros, estuvo tres meses. Al regresar a España, se dio cuenta de que su vida ya no era la misma. "Tenía trabajo estable, familia y amigos, pero no era feliz", resume.
Luego volvió antes de la pandemia. Iba para un mes, pero tuvo que quedarse en Chakpong, a 200 kilómetros de Bangkok y a 100 de Pattaya. Es un pequeño pueblo costero, alejado de los epicentros turísticos. Está en el centro del país asiático. Allí se encuentra el 7 Muay Thai, un pequeño complejo hotelero de alto rendimiento, especializado en el entrenamiento y la práctica de este deporte.
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Regresó a Cádiz las pasadas navidades, y se volvió en marzo. "Ahora es al revés: paso periodos cortos en España. Es importante estar aquí para que los promotores deportivos de Muay Thai te tengan en cuenta", explica.
-¿Por qué es distinto entrenar en Tailandia?
-Porque entrenas con tailandeses, y porque creces desde la raíz. Aquí me dedico totalmente al deporte.
Desireé cuenta por teléfono a EL ESPAÑOL que entrena de lunes a sábado y que solo descansa dos domingos al mes. Vive de sus ahorros y de un patrocinador, Hualaan Muay Thai, de Carlos Coello. "Cuantas más competiciones disputas más estatus, y cuanto más estatus, el sueldo va aumentando. Ahora mismo me mantengo".
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En 2019, la gaditana se convirtió en campeona del Mundo de Muay Thai en la categoría amateur, y subcampeona del mundo en categoría semiprofesional. Antes ya había logrado ser dos veces campeona de España y tres veces de Andalucía. Actualmente es la número 3 del Mundo por la WBC Muaythai en su peso (50,8 kilos).
"Dedicarme profesionalmente a esto es un sueño", explica desde Tailandia. Actualmente, "las chicas que practican Muay Thai están en auge". También indica que en el país asiático entrena y se enfrenta a tailandesas que llevan practicando desde los 10 años, "y también con extranjeras que tienen el mismo sueño que yo. Competir con las locales es un privilegio".
Vetadas y con premios irrisorios
En estos días la deportista gaditana está entrenando muy duro. Competirá en agosto en el Estadio Rajadamnern, el estadio de boxeo estándar más antiguo de Tailandia. Nunca antes ha habido un combate de boxeo femenino en este estadio.
Construido en 1941 en Bangkok, la Segunda Guerra Mundial retrasó su inauguración, que no tuvo lugar hasta 1945. Se trata de una meca de este deporte: los boxeadores tailandeses sueñan con pelear aquí, ya que es el máximo galardón pelear y ganar en el Estadio Rajadamnern. Es un aspecto cultural, porque en Tailandia, el Muay Thai es el deporte nacional, los combates se retransmiten por televisión y los boxeadores de más éxito son considerados estrellas mediáticas.
Hasta hoy, ninguno de los estadios señeros ha permitido peleas de mujeres o que las mujeres toquen las cuerdas o entren al cuadrilátero. Porque el Muay Thai se rige por antiguas tradiciones, rituales y supersticiones, una de las cuales es que la presencia de mujeres viola el espacio sagrado del ring y desagradará a los poderosos espíritus que algunos creen que están presentes durante los combates.
Por eso, las mujeres que compiten deben entrar al ring desde debajo de las cuerdas y no desde arriba, como sí pueden hacer los hombres. No poder competir en los mejores estadios ha sido siempre un gran inconveniente para las mujeres que compiten, comenzando porque los premios por los que concurren son irrisorios en comparación con los de los torneos masculinos.
Desireé, que mide 1,68 metros y pesa 53 kilos y medio, competirá el próximo 12 de agosto. Para entonces debe haber bajado hasta los 50,8 kilos de su categoría. Tiene que trabajar durante 3 semanas con nutricionista que le supervisará los menús. "No es muy difícil, porque hay un mes por delante y aquí hace mucho calor y humedad". Es por esto, por la climatología, por lo que también es distinto entrenar y competir en Tailandia.
La española hará historia y competirá en el Estadio Rajadamnern junto a otras 7 luchadoras (4 tailandesas y otras 3 extranjeras) en un formato clasificatorio. Las dos ganadoras de cada grupo se disputarán un premio de 1 millón de baht (unos 30.000 euros), una cifra que en Tailandia es una importante suma.
"Yo he ido a ese estadio, lo he visto. Y deseché la idea de competir allí. Por eso, que te llamen para participar... me siento pionera y orgullosa. Además, es un paso importantísimo para el Muay Thai femenino aquí. Me siento feliz por hacer historia".