Desde que los intelectuales de la generación del 98 dedicasen vida y obra a descubrir y enfrentar el "problema de España", el "problema" perdura irresuelto hasta hoy. Lo viejo contra lo nuevo, lo de aquí frente a lo de allá, estancamiento o progreso... Actualmente nada se parece más al "problema de España" que el asunto de la educación. Quien crea que es cosa superada es que nunca ha compartido cena de nochebuena donde el tío o la madre hiciesen de sus tiempos estudiantiles una epopeya frente a unas supuestas nuevas generaciones cada vez menos preparadas. Los datos, además, dicen que nunca fue tan fácil aprobar Selectividad como ahora, con la actual Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU). Pero ¿es realmente cierto?
Si hay un mes nuclear a este respecto es junio, y no solo por su posición en el calendario. Cada año, junio congrega a más de 200.000 estudiantes durante las tres jornadas de Selectividad. Y cada año, junio congrega también al resto de quienes ya hicieron Selectividad, políticos incluidos, para debatir los resultados y la deriva del país. Por si fuera poco, la pandemia dejó entre sus muchos efectos secundarios un aumento considerable de las calificaciones que solo contentó a quienes se beneficiaron.
En 2015, año más antiguo del que ofrece estadísticas el Ministerio de Universidades, el 12% de quienes acabaron Bachillerato y se presentaron a la convocatoria ordinaria de Selectividad lo hicieron con sobresaliente. En 2019, último curso prepandemia, los sobresalientes subieron hasta el 15%. En 2021 (de 2022 aún no hay datos), el 21% acabaron con sobresaliente. Es decir, cerca de duplicar los de 2015.
Las notas medias y los aprobados también han ido en aumento. En 2015, la nota media con que llegaron los alumnos a Selectividad fue de 7,1. En 2021, había subido a 7,8. La nota media que tenían tras Selectividad era de 6,4 en 2015 y de 6,9 en 2021. Además, el porcentaje de aprobados también fue superior en 2021: 94% frente al 92%. Algunos comunidades, de hecho, experimentaron un incremento en los sobresalientes de Selectividad que ya quisiera su renta per cápita: Andalucía, por ejemplo, los duplicó en seis años, pasando del 8% al 18%.
Con el objetivo de dilucidar a qué responde este incremento anual en las notas de corte para acceder a las universidades, EL ESPAÑOL ha reunido a tres profesores de secundaria del Colegio Internacional SEK-Ciudalcampo (Madrid), uno de los 100 mejores del país según el ranking de este periódico. Estos profesores, que cuentan con una amplia experiencia, han analizado comparativamente exámenes de Selectividad de 2012 y 2022 para ver qué ha cambiado en esta última década.
Lengua y Literatura
Como el examen de Selectividad es distinto en función de la comunidad autónoma y de las optativas elegidas, se les ha facilitado una copia del examen de convocatoria ordinaria de 2012 y 2022 de la Comunidad de Madrid, únicamente de la fase general común a todos los estudiantes: Historia de España, Lengua y Literatura e Inglés (que es el idioma escogido por la mayoría).
El 90% de los 30.251 alumnos que hicieron este examen lo aprobaron, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Un gran porcentaje, aunque considerablemente inferior al 95% del año pasado en Madrid y cuyo modelo es el mismo que se sigue este curso.
Don Ricardo Vera -así lo llaman sus alumnos- explica que "antes había una opción A y otra B, como ahora". Tanto en el examen de 2012 como en el de 2022 la estructura es la misma: un texto a partir del cual se hacen tres preguntas, un ejercicio de análisis sintáctico, otro de morfología, un tema teórico para desarrollar y, por último, una pregunta acerca de una lectura.
"No veo diferencias significativas en cuanto a la dificultad de ambos exámenes", dice don Ricardo. "En 2012 cayeron textos humanísticos, mientras que ahora han sido un humanístico y un periodístico, pero si saben atacar bien el texto no hay diferencia", analiza. Sin embargo, sí que hay algunos matices que tienen que ver con la mejora en los resultados.
"Antes de la pandemia era opcion cerrada: o escogías el modelo A o el modelo B. Desde la pandemia, escoges el texto que quieres, la sintaxis que quieres, el tema de teoría que quieres y la lectura que quieres. Puedes ir saltando de modelo". Es decir, los alumnos tienen el doble de opciones, pues pueden hacer las preguntas del texto A y la sintaxis del modelo B.
Por otro lado, el período histórico y temario que entran también es más reducido que hace diez años. "En 2012 entraban el siglo XVIII, el XIX y la literatura hispanoamericana. Ahora mismo solo se pregunta el siglo XX español". En total, ahora entran tan solo ocho temas, mientras que en 2012 entraban 12. "Yo no lo tengo en cuenta en mi preparación, pero el alumno una vez que lo sabe empieza a descartarlos", comenta.
Esto también influye en las lecturas, que son tres del siglo XX: "Una escrita entre 1900 y 1939; otra entre 1940 y 1974; y otra de 1975 a la actualidad", explica don Ricardo. Este profesor ha escogido tres clásicos como La casa de Bernarda Alba (Federico García Lorca, 1936), Réquiem por un campesino español (Ramón J. Sender, 1953) y Las bicicletas son para el verano (Fernando Fernán Gómez, 1977).
"En este examen en concreto no veo diferencias en la dificultad de las frases de sintaxis, pero es verdad que están tendiendo a ser más sencillas, con menos subordinadas", enumera don Ricardo como última diferencia. Él lo tiene claro: "Que haya más porcentaje de aprobados ahora evidentemente tiene que ver con la posibilidad de elegir, porque el nivel de exigencia que yo pongo es el mismo".
Historia de España
El examen de Historia de España de 2012 es, a primera vista, más bonito que el de 2022 en la EBAU, con una fotografía de Sánchez Portela de la proclamación de la Segunda República en abril de 1931. Claro que eso nada tiene que decir acerca de la dificultad de los exámenes.
Pocas personas saben más de cómo ha evolucionado la educación que doña Carmen Márquez, cuya experiencia docente empezó hace 33 años en estas mismas aulas del SEK Ciudalcampo. Pero, como Unamuno, Ganivet, Azorín o Valle-Inclán, que vivieron y murieron con el "problema de España" sin resolver, ella tampoco ha apreciado grandes cambios en estas más de tres décadas: "Cuando yo empecé, que era COU, entraba Historia del Mundo, no de España, y solo la daban los de Sociales. Ese ha sido el mayor cambio. A los chavales los veo siempre más o menos igual, ni más listos ni menos preparados".
Doña Carmen recuerda que "en 2012 los chicos elegían si se examinaban de Historia de España o de Filosofía, ahora tienen que ir por Historia". Doña Carmen cree que Filosofía era "más complicada pero tenía un programa más cortito", por lo que había que estudiar menos. Aún así, el 60% de sus alumnos iban por Historia, algo que dice mucho y bueno de doña Carmen.
En cuanto al examen, se divide en tres grandes partes: cuestiones de la prehistoria al siglo XVIII, fuente histórica del siglo XIX o XX y un texto o tema teórico. "En 2012 hacían una sola pregunta de la fuente y este año son dos. Cayó una fotografía y este año una tabla, que puede ser más fácil para sacar datos e interpretar...", analiza doña Carmen, que no ve grandes diferencias.
Como en Lengua y Literatura, la gran diferencia está en que ahora se pueden elegir las preguntas. Antes, se escogía un modelo y las cuestiones que se preguntasen tenían que ser las de ese modelo: cuatro de las seis. Ahora se siguen escogiendo cuatro, pero de las 12 totales contando los modelos A y B.
"También se elige cualquiera de las dos fuentes y cualquiera de los dos textos o temas. El modelo covid les permite elegir más, porque el contenido al final es el mismo. Si tú hace diez años querías optar a un 10, tenías que estudiarte toda la materia. Ahora puedes optar a un 10 estudiándote solo las cuestiones y un siglo. Eso ha hecho subir las notas, pero me parece un arma de doble filo, porque uno solo puede elegir de verdad cuando sabe", reflexiona esta profesora.
Inglés
Italiano, francés, portugués, alemán... hay varias opciones a escoger como segundo idioma en la fase general de Selectividad, pero sin duda el inglés es del que se examina la mayoría de estudiantes. Don Philip Chambers, de Manchester por nacimiento y del United por corazón -aunque últimamente "ya no pueda presumir de ello"-, abandonó las islas en 1985 rumbo a España y ha vivido todo este auge de su idioma en la península.
Don Philip analiza los dos exámenes y concluye que "la única diferencia realmente significativa está en la pregunta 5 de redacción, que antes eran 100-150 palabras y ahora son 150-200. Objetivamente, ahora sería más difícil para un alumno malo y beneficia al que sabe más, que puede desarrollar mejor sus ideas. 50 palabras más es un 25%, no es poco".
Además, "el modelo covid de elegir preguntas favorece en otras asignaturas, pero en inglés no hay diferencias". En este caso, el cambio de modelo sería el que favorecería que los mejores alumnos pudieran sacar más nota, aunque no explicaría el aumento de aprobados. Una causa puede estar en los textos que se ponen ahora, más actuales, frente a los que se ponían en 2012, mucho más generales.
"Antes el que hacía el examen ponía algo que había leído recientemente. En 2012, por ejemplo, vemos que pusieron un texto sobre diamantes que, en fin... En 2022 los textos han sido sobre cómo encontrar trabajo y sobre impacto medioambiental", observa. Es decir, la dificultad de los textos es la misma, pero la temática hace que sea más fácil de contestar para alguien que no domina el idioma.
No obstante, la gran diferencia que encuentra don Philip está en la preparación del alumnado: "Hace 15 años eran incapaces de hacer una redacción, mientras que ahora cualquier alumno es capaz de escribir sus 150 palabras. Los niños, y en especial en este colegio, están en contacto con el inglés a través de la música, las redes, internet... Sus competencias son mayores que antes", zanja.
Conclusiones
Por tanto, tras escuchar las observaciones de los que saltan al coliseo de las aulas cada mañana, se puede concluir que los exámenes de selectividad, en especial desde el covid, son más fáciles de aprobar. Pero, además, también se aprecia una subida de nivel de los alumnos con respecto a los de antes en asignaturas como inglés.
El examen de 2012, debido a las condiciones de ese año -elegir entre opción A o B- y la cantidad de materia que entraba, gana en dificultad respecto al de 2022. No obstante, esto es solo una variable más de la ecuación para explicar el incremento en las calificaciones, sin que entrañe automáticamente una consideración peor o mejor del alumno.
Sí hay una cosa que, como el "problema de España", parece que no cambiará: la generación que hizo el examen en 2022, dentro de 20 años, será la próxima en decirle a sus hijos que ellos salieron mejor preparados.