Juan Tamariz junto a Jandro.

Juan Tamariz junto a Jandro. Cedida.

Reportajes

Pablo Motos lanzó a Jandro, el premiado como mejor mago del mundo que cultiva pimientos

En el concurso, hizo desaparecer dos estatuas de la Libertad. Habla con EL ESPAÑOL tras su triunfo. 

10 octubre, 2021 01:15

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Alejandro López García (Valencia, 1977) vive, en los últimos tiempos, entre la alegría y la ilusión. El que fuera el popular mago de El Hormiguero de Pablo Motos, ha conquistado por cuarta vez consecutiva el premio Fool Us, uno de los trofeos más prestigiosos del mundo de la magia. Cara conocida y memorable en nuestra televisión tanto por sus trucos de cartas como por sus cámaras ocultas a niños, Jandro -como se le conoce desde ya tiempos inmemoriables- cuenta hoy en día con gran un prestigio más allá de nuestras fronteras.

Tanto es así, que su última hazaña no ha pasado desapercibida en Las Vegas, plató donde se graba el programa internacional Fool Us. En este concurso anual, el calvo favorito de nuestra televisión ha conseguido tomarle el pelo a Penn y Taller, los jurados especialistas en magia más implacables del mundo. Engañar a estos dos magos veteranos y escépticos, supone recibir de sus manos el galardón que cada año ansían cientos de personas del gremio hechicero y que Jandro ha conseguido durante cuatro años consecutivos desde 2019.

Esta última edición, Jandro logró superar a David Copperfield. Para ello, hizo desaparecer no una, sino dos estatuas de la Libertad frente a los ojos del jurado estadounidense. Pero como para el valenciano no importa el tamaño, estas estatuas eran más bien estatuillas, maquetas de la auténtica gigante de piedra neoyorkina. No obstante, junto a ellas se esfumaron también un amigo del mago, una abogada y un Policía. Estas personas se volatilizaron en pocos segundos, y sin hallarse explicación de cómo, del aeródromo de Requena, donde el valenciano grabó su actuación a distancia y fue aclamado en directo desde Las Vegas.

Jandro con Quique San Francisco vestido de Guardia Civil, David Otero y Jeff Toussaint.

Jandro con Quique San Francisco vestido de Guardia Civil, David Otero y Jeff Toussaint. Cedida

Tras su éxito, Jandro se sienta con EL ESPAÑOL. El mago que al igual que Cher, Prince o Camilo está orgulloso de ser conocido solo por un nombre y que nos recibe con calor, magia y sentido del humor. A través de un relato salpicado de risotadas, conocemos sus orígenes, su vida cotidiana, sus comienzos en el mundo del espectáculo o sus amistades con los ilusionistas más importantes de la historia reciente. También charlamos sobre su paso por televisión o cómo ha vivido la pandemia junto a su mujer y sus hijos.

— Acabas de ganar de nuevo el premio Fool Us de Las Vegas. ¿Cómo se siente haber engañado por cuarta vez consecutiva a Penn y Teller, los jurados de magia más estrictos del mundo?

— Se siente felicidad y mucha alegría, sobre todo por la gente de aquí que lo recibe ya cada año como un evento. Y es muy emocionante vivirlo desde aquí y disfrutar con los familiares, los amigos y los fans. A nivel personal me produce felicidad porque he trabajado sobre una idea loca que al final ha salido bien. Yo me muevo en el mundo de las ideas y a veces salen bien, a veces salen mal. Pero esta ha salido bien.

— ¿Cómo le surgió la idea de hacer desaparecer dos estatuas de la Libertad para superar humorísticamente a David Copperfield?

— La idea de hacer una especie de parodia y compararme cómicamente con David Copperfield la llevaba arrastrando desde hace tres años. Porque me hacía mucha gracia que él hubiera hecho desaparecer una estatua de la Libertad. Y yo quería superar esto, que es imposible, pero de forma cómica. Era una idea que ya tenía yo en la cabeza rondando, pero que no sabía cómo iba a poder llevarla a la realidad. Es de esas ideas que se te quedan ahí y que, tras cuatro años, de repente, la resuelves en una noche. Y no es que hayas ideado el truco en una noche, es que a lo mejor llevas mucho tiempo dándole vueltas y tú no te habías dado cuenta de la solución.

— ¿Le felicitó alguna persona sorprendente por su premio, tal vez David Copperfield?

— Creo que David Copperfield no sabe ni que existo. Y si lo sabe, ahora debe estar muy triste porque he hecho desaparecer una estatua de la Libertad más que él. Así que puede que esté muy deprimido y todavía no me haya felicitado. Eso sí, me han sorprendido algunas felicitaciones de amigos que hacía muchos años que no veía y, de repente, te mandan un mensaje muy cariñoso. Luego muchísimos magos de todo el mundo se han puesto en contacto conmigo. Me llegaron mensajes de Brasil, de Argentina, de China, de Italia. Porque el mundo de la magia es muy exclusivo. Al final nos conocemos todos.

El actor chileno Pedro Pascal posa junto a Jandro.

El actor chileno Pedro Pascal posa junto a Jandro. Cedida

Magia, humor y familia

A sus 44 años de edad, Jandro tiene bajo sus pies una larga trayectoria profesional, así como cuatro trofeos Fool Us con los que posa orgulloso. Sin embargo, confiesa que dos de esos galardones no los tiene físicamente, pues los ganó en plena pandemia con sus trucos a distancia. Así, si bien su propia magia le hizo ganar los premios, la magia del retoque fotográfico le permite ocultar que dos de sus ases de copas siguen esperando por él en La Vegas. No tiene prisa por ir, pues lo que más disfruta es permanecer junto a su familia en Valencia. Padre de dos niños y marido de una sola mujer, el carismático humorista decidió retirarse el pasado 2020 de El Hormiguero tras más de una década de colaboración.

No obstante, el ilusionista dice estar a día de hoy muy agradecido de su etapa televisiva. Su trayectoria en pantalla, que comenzó en la televisión local valenciana y terminó en las grandes cadenas, le permitió darse a conocer y promocionar sus espectáculos. “En el escenario es donde realmente disfruto”, cuenta Jandro. “Pero la tele te da una popularidad muy grande y eso es de agradecer”, continúa. El mago alcanzó grandes éxitos de audiencia en programas como Nada X Aquí, donde compartía espacio con Luís Piedrahíta y Jorge Glass, Hipnotízame o El Hormiguero, formato estrella donde cada día le veían más de tres millones de personas y al que le guarda un cariño muy especial.

En el talk show de Pablo Motos, Jandro sorprendió a infinidad de famosos con sus potentes trucos de magia e hizo sonreír a millones de espectadores con sus enternecedoras cámaras ocultas a niños. Pero fue precisamente su amor por la infancia, concretamente la de sus hijos, la que lo alejó de los platós de Madrid para llevar una vida familiar plena en Valencia. Y, aunque a día de hoy sigue viajando para realizar espectáculos, eventos y dar charlas sobre creatividad en distintos rincones del mundo, el mago siempre regresa a casa para estar con los suyos. Esta cercanía se incrementó, durante la pandemia, etapa que, por otra parte, le obligó a abandonar algunos proyectos para desarrollar su creatividad de una manera más hogareña.

Jandro de bebé en bañera de casa de sus padres.

Jandro de bebé en bañera de casa de sus padres. Cedida

— A pesar de que ya no está cada día en televisión, parece que participa en decenas de proyectos en distintas partes del mundo ¿Cómo compagina actualmente su vida laboral y familiar?

— Es cierto que cuando estaba en El Hormiguero era muy complicado encontrar el equilibrio porque yo vivía en Valencia y el programa era en Madrid. Allí tenía que estar muchísimas horas y además daba actuaciones en teatros los fines de semana. Ahora es un poco más sencillo porque al no estar cada día en la tele y vivir en casa, puedo compaginarlo todo más. Pero claro, tú tienes obligaciones como padre, como pareja. Y si un día estás ahí, pero de repente tienes que irte dos semanas a Las Vegas, un mes a Bilbao o dar una conferencia en Finlandia, todo sigue siendo complicado. De todas formas, mi mujer y mis hijos lo entienden y siempre encontramos la manera de estar cerca el máximo tiempo posible, virtual o físicamente.

— ¿Cómo influyó la pandemia en sus proyectos laborales?

— La pandemia la viví con mucha tristeza e incertidumbre, como todos. A nivel profesional fue un desastre porque yo tenía planeada una gira que iba a terminar en la Gran Vía de Madrid, actuando en un teatro frente a mil personas. Todo se canceló. Fueron muchos meses sin trabajo y sin ingresos. Lo peor a nivel profesional era que no sabía si iba a volver a actuar. No sabía si el mundo se iba a ir a pique, si iba a poder pisar un teatro alguna vez. A nivel creativo fue un desastre. Estuve varios meses bloqueado, porque cuando pensaba una idea luego reparaba en que mis espectadores no podían tocar la baraja o sujetar una cuerda.

— ¿Y a nivel familiar cómo te afectó el confinamiento?

— Echaba de menos a mis padres y tenía mucho miedo de que cogieran el virus. Lo bueno es que estuve en casa, con mis hijos y mi mujer. Durante aquellos meses fui el profesor de mi niño de 6 años y le enseñaba a leer. Es cierto que la pandemia me brindó la posibilidad de estar muy cerca de la familia y vivir una época muy bonita a nivel personal, a pesar de todo lo que ha pasado.

Jandro junto a sus premios.

Jandro junto a sus premios. Cedida

Una adolescencia mágica

A día de hoy, Jandro es mucho más que mago, humorista y padre. Autor de dos libros, La Oreja Verde y Guía para calvos, el ilusionista practica con gusto otras aficiones como la lectura, la escritura y el cultivo de pimientos de Padrón. Eso sí, ninguno le pica y todos no. Lo que sí le pica al mago cada cierto tiempo es la aguja de las donaciones de sangre. A pesar de su pánico a las inyecciones, el valenciano decidió regalarse por su 39 cumpleaños la valentía de ser donante para afrontar sus temores y ayudar a las personas. Y es que una gran parte de su filosofía de vida consiste en la superación de los miedos, pero, sobre todo, en buscar la felicidad. En su caso dedicándose a la profesión que ama, siendo un ilusionista que ha cumplido su gran ilusión.

Con 14 años, Jandro recibió de su padre los fascículos de Juan Tamariz, ídolo de su infancia con el que actualmente mantiene una bonita amistad. Con 16 años, empezó a realizar sus primeras actuaciones en teatros y el éxito cosechado durante ese tiempo le obligó abandonar su carrera universitaria de ingeniería de telecomunicaciones a tan solo dos asignaturas de lograr su titulación. A día de hoy no se arrepiente, porque eso le permite permanecer durante días creando ilusiones en su laboratorio. Así le llama al taller que gestiona desde hace meses donde, según él, entrena su músculo creativo y alcanza los mayores grados de abstracción posibles. Sin embargo, nadie salvo él y las personas que elija pueden entrar en ese santuario donde cada día se desarrollan ideas.

Y es que Jandro necesita de esa intimidad para pensar estructuras mágicas, preparar diálogos y volver a engañar a Penn y Teller el año que viene. Aquel muchacho que hizo su primera actuación en el Congreso Mágico de Almussafes, en Valencia, “rojo como un tomate”, hoy puede presumir en ser el mago que más rápido ha conseguido el premio Fool Us. Un truco de cartas con Juan Tamariz como implicado en la faena le brindó el primer galardón. El segundo y el tercer trofeo fueron logrados también con un gran perfeccionamiento del arte de dominar las cartas y los coches (cars and cards), así como el inglés ingenioso con el que Jandro consigue hacer reír a los estadounidenses. En su canal de YouTube, TV Jandro, se pueden ver todas las convocatorias del concurso a las que se ha presentado, así como varios vídeos caseros.

El mago en una de sus funciones de magia en su época adolescente.

El mago en una de sus funciones de magia en su época adolescente. Cedida

— ¿Cuánto tiempo le suele dedicar a crear y practicar sus mejores trucos?

— Realmente esto es algo que comienza hace 30 años. Yo empecé con los fascículos de Juan Tamariz con 14 años y ahí es donde empiezas con la base. Todo eso que vas aprendiendo: todos los principios, los conceptos, luego toda la experiencia televisión. Es decir, lo que llevas en la mochila y luego lo trasladas al mundo de las ideas es lo que funciona. Nunca sabes de dónde te viene la inspiración. Yo lo apunto todo, intento relacionarlo todo. Entonces al final, de repente salta la idea, salta la chispa y te sale. O sea que no es una cosa que puedas decir: hoy voy a empezar y en una semana lo tengo.

— ¿En qué consiste la preparación intelectual de un mago, se pasa más tiempo creando, practicando o leyendo?

— Leo todo lo que cae en mis manos. Muchos libros de magia en español y en inglés. Me interesa mucho la teoría, la psicología, la construcción, las técnicas, los métodos y todo lo que hay detrás. Me interesa eso mucho más que los trucos en sí. Pero, por otro lado, yo creo que con eso no basta. Tienes que formarte con otras cosas, tienes que leer otro tipo de libros. Luego puedes ir a un museo, puedes ver una obra de teatro, puedes ir a un restaurante, ver una serie y sobre todo hacerte preguntas. Antes me interesaban mucho las respuestas, ahora me interesan más las preguntas. Tienes que ejercitar el músculo de la creatividad consumiendo todo tipo de obras artísticas y espectáculos.

— Es amigo de muchos de sus ídolos como el mago Miguel, Mágic Andréu o incluso el propio Penn, con quienes va a trabajar en el teatro en noviembre. Sin embargo, sin duda su mayor referente es Juan Tamariz. ¿Qué le ha aportado este mago que nadie más haya podido hacer?

— Cuando Juan estaba en televisión, en todo lo alto, él hacía magia con humor. Si no hubiera salido en la tele, muchos lo hubiéramos hecho todo de manera diferente. Es cierto que la parte que hemos visto de Juan Tamariz es su faceta divertida, con una magia muy potente. Pero luego descubres todo lo que hay detrás, todos los libros que ha escrito para magos, todo su pensamiento, toda su psicología y descubres que ese señor es un genio.

Para nosotros es casi como un dios, pero es también una gran persona. Él me ayudó en el primer efecto que hice para el Fool Us de Las Vegas, escogiendo la carta que les iba a llevar a Penn y Teller desde España. Eso engrandeció mi espectáculo, porque ya no era una carta cualquiera, era una elegida por Juan Tamariz, el mago más querido del mundo. Era algo muy especial, que les encantó.

Actualmente, le tengo un cariño tremendo a Juan, a su familia y a su hija Ana. Por supuesto, tenemos una bonita amistad. Yo a ellos les quiero mucho y tienen una escuela de magia estupenda en Madrid, la escuela de Ana Tamariz, que realmente está haciendo una labor maravillosa.