El pueblo de Asturias a una hora de Galicia con lengua propia, puerto y altos acantilados
La villa marinera de Cudillero presume de tener un dialecto de origen vikingo y alberga entre sus límites un pintoresco casco histórico enclavado entre montañas, acantilados y arenales de ensueño
3 marzo, 2024 05:00Enmarcado en plena costa occidental asturiana, a solo un paso de la frontera con Galicia, Cudillero se presenta al viajero como uno de los pueblos más bonitos del Principado de Asturias, e incluso también del territorio español. Con un callejero repleto de pintorescas viviendas marineras y un entorno paisajístico a medio camino entre el mar y la montaña, la belleza inherente de este pequeño rincón de la comarca de Avilés resulta indiscutible, pero además, así lo confirman redes como la de los Pueblos más Bonitos de España. De hecho, el encanto de Cudillero tampoco ha pasado desapercibido a nivel internacional, destacado como importante destino turístico por el prestigioso diario americano The New York Times, la revista National Geographic y hasta por el ranking de European Best Destinations dentro de la categoría de destinos secretos más bellos de España ―en el cual llegó a alcanzar un sexto puesto.
Una de las curiosidades sobre este concejo asturiano tienen mucho que ver con su idiosincrasia lingüística y cultural. También conocido como la Villa Pixueta, lo cierto es que en Cudillero pueden presumir de tener su propio dialecto: el pixueto o pixuatu, una variante del bable en la que muchos advierten un cierto paralelismo con el lenguaje de origen vikingo. Y no es de extrañar, pues la historia de este pueblo de pescadores y la subsistencia de sus gentes siempre han estado vinculadas al mar. No es de extrañar por tanto que la esencia de Cudillero se descubra entre la brisa cantábrica que abraza la localidad, desde los límites de su puerto pesquero hasta el colorido casco antiguo que se extiende bajo las faldas de varios montes entre pintorescas viviendas marineras y empinadas y estrechas callejuelas. Además, el entorno natural que envuelve a esta localidad asturiana resulta realmente extraordinario, llegando a albergar más de una veintena de arenales de ensueño en todo su territorio, algunos de ellos escondidos a los pies de gigantescos acantilados como es el caso de la famosa playa del Silencio, en Castañeras.
Entre las calles de un pueblo marinero asturiano
Sin levantar los pies del casco antiguo de Cudillero, este concejo ofrece al visitante una interesante oferta cultural, patrimonial e incluso de ocio. Desde la zona del muelle se puede disfrutar de un escenario mágico, configurado entre las aguas del Cantábrico y las pequeñas embarcaciones pesqueras. Una vez en el pueblo, la Plaza de la Marina conforma uno de los lugares más bonitos y el centro neurálgico de Cudillero. Allí se reparten un sinfín de terrazas de restaurantes, casas escalonadas y fachadas de colores que otorgan al lugar el semblante perfecto de un anfiteatro. De hecho, también en este punto exacto se encuentra uno de los inmuebles más emblemáticos de esta villa marinera, el edificio de la Lonja de Pescado.
Al margen del encanto marinero de Cudillero, entre los límites de este concejo también se localiza el conocido como "El Versalles asturiano", un conjunto arquitectónico formado por un palacio y un jardín de nueve hectáreas ubicado en la Quinta de Selgas. En el interior de la propiedad incluso reposan algunas obras de artistas de la talla de Goya, El Greco o Tiziano. Otro de los rincones más icónicos de la localidad se ubica ya un poco más alejado de la zona centro: la Capilla Humilladero, considerado el edificio más antiguo y cuyo origen se remonta al siglo XIII.
El encanto de Cudillero a través de sus miradores
En los terrenos más altos de Cudillero se localizan casi una decena de miradores que permiten a turistas y locales disfrutar de las panorámicas más increíbles sobre el casco histórico y el litoral de esta pintoresca villa marinera. De hecho, una de las mejores formas de descubrir la riqueza natural y paisajística de este concejo asturiano es hacerlo a través de cualquiera de las rutas de los nueve miradores organizadas por la Oficina de Turismo Local. Esta senda de apenas un par de kilómetros atraviesa el callejero de la localidad dividido en tres itinerarios que se encuentran diferenciados sobre el suelo empedrado con los colores rojo, verde y azul ― y también con los símbolos de anclas, peces y barcos. Cada uno de estos trazados asciende hasta uno o varios miradores secretos, descubriendo a su paso una parte de la historia de Cudillero.
El sendero rojo, bautizado como "El recorrido de la espera", sigue la estela de un camino que antaño utilizaban las mujeres para observar la llegada del barco de sus maridos y descender a su encuentro. El itinerario azul por su parte es el más corto de los tres, con apenas unos 300 empinados metros que separan el punto de partida del impresionante Mirador de la Garita-Atalaya, uno de los balcones naturales más visitados de Cudillero, el cual ofrece además una visión privilegiada sobre el horizonte del Cantábrico. "Recorriendo los barrios pesqueros" es el nombre que recibe la ruta teñida de verde: la senda más transitada de todas, que descubre a cada paso la esencia de tres barrios marineros de Cudillero antes de conquistar el mirador de Cimadevilla.
La playa del Silencio: la joya natural de Cudillero
El grueso del litoral asturiano se encuentra repleto de tesoros en forma de grandes y pequeños arenales vírgenes. Tan solo dentro de los límites territoriales del concejo de Cudillero se pueden encontrar cerca de una veintena de maravillosas playas de arena clara y cantos rodados. Una de las más conocidas es la de San Pedro, ubicada en pleno centro urbano de la localidad resulta perfecta para disfrutar de una tranquila jornada sol, pues la lengua de arena se encuentra rodeada de un buen número de restaurantes y chiringuitos. Por su parte, la playa de Aguilar también es otra de las más populares y visitadas de la zona debido, en gran medida, a sus aguas cristalinas, arena fina y dorada y la enorme cantidad de servicios para el bañista que rodean al arenal.
Pero más allá de las playas mencionadas, una de las joyas naturales más espectaculares de Cudillero se encuentra a unos 16 kilómetros del núcleo de la localidad (unos 15 minutos en coche), ya dentro del perímetro que abarca el pequeño pueblo de Castañeras. Si bien es cierto que se trata de uno de los arenales más apartados del municipio, la playa del Silencio ―también conocida como El Gavieru ― merece, sin lugar a dudas, un desvío en la ruta de cualquier viajero por la zona. Este arenal salvaje está considerado uno de los más bellos de toda la costa asturiana, enclavado en un entorno virgen y de difícil acceso que se encuentra oculto entre una densa vegetación costera y abruptos acantilados. Para acceder al lugar es necesario emprender una caminata a pie desde el pueblo, primero por una pista asfaltada y después por una senda de tierra que nos dirige a las vertiginosas escaleras que descienden hasta la propia orilla del arenal.