‘Das Crebas’, madera de deriva de las playas de Ferrol convertida en piezas exclusivas
José Luis trabaja desde hace más de un año en darle una segunda vida a la madera que se encuentra en la playa, conformando auténticas piezas de colección
3 noviembre, 2021 09:09Al más puro estilo de los tres protagonistas de ‘Todo é silencio’ de Manuel Rivas, a José Luis siempre le ha fascinado recorrer las playas en busca de objetos arrastrados por la marea y jugar a hilvanar su historia desde la tala del árbol, pasando por los usos que se le dieron, hasta el momento del hallazgo. Hace más de un año se decidía a darle una segunda vida a las ‘crebas’ que iba encontrando y así nacía su propia marca, con la que volvió a reconectar con el trabajo manual y con la que genera piezas únicas como portavelas, espejos o lámparas.
‘Das Crebas’ es artesanía y también narrativa porque José Luis explica a Quincemil como siempre le invadió el miedo de "dejar de ver formas en las nubes" y precisamente es esa capacidad figurativa, que no le ha abandonado, la que traslada al mundo de la madera con la que mantiene un diálogo tranquilo que le permite "liberarse" y dar rienda suelta a su creatividad.
Como Gepetto dando forma a su niño de madera, José Luis expone cómo el simple "olor del taller ya me produce cosas" y desgrana, además, el papel que juega esta comunión con los elementos dentro del proceso creativo que le permite conformar distintos objetos únicos que irradian luz propia.
Trabajo de investigación
Hablar con José Luis sobre las ‘crebas’ trasciende la palabra y a través de su mirada detectamos su pasión por el concepto y lo que va más allá del propio término. "Imaginar toda la historia que hay detrás de la madera, formar parte del relato es único", detalla José Luis, que procede del mundo de las artes escénicas y la interpretación y siempre ha sentido "inclinación por las cosas bellas".
La RAG define una creba como "restos de naufraxios ou cargas dos barcos que o mar arrastra ata a costa". Desde ese punto de partida, José Luis se dispuso a recabar toda la información posible sobre estos objetos antes de iniciar el proceso creativo de sus piezas.
Un sesudo trabajo de investigación con el que que tomó conciencia de la importancia de las crebas en la cultura popular de la Galicia de costa y en las enormes posibilidades que le brindaban las piezas de madera que iba encontrando en las playas de Ferrolterra.
Ensayo-error
Sin más afán que el de sentirse bien y liberar toda esa sensibilidad que, confiesa a este diario, "en muchas ocasiones de la vida estuvo refrenada", José Luis se propuso convertir esos maderos de deriva en distintos objetos que permitiesen dotar a este elemento natural de una nueva vida y, por tanto, continuar su relato.
Desde el punto de vista técnico, es fundamental "el proceso de secado de la madera" porque llega húmeda e hinchada del mar y es necesario conocer a la perfección su ductilidad y limitaciones. Un largo proceso de ensayo-error le ha permitido depurar la técnica y avanzar hacia "una composición perfecta".
A pesar de que es más fácil encontrar crebas en los meses de invierno porque en la temporada estival se limpian las playas, José Luis requiere de tiempo para alcanzar un resultado óptimo. "Hay veces que está todo montado y vuelvo a empezar porque encuentro otras posibilidades mejores", detalla.
Proyecto de futuro
Este ferrolano, que vivió en Francia durante un largo período, guarda en su memoria la imagen de cuando se despidió con su familia de la ciudad a la orilla del mar, capturando ese momento para poder recuperarlo cuando fuese necesario.
José Luis ha encontrado, con ‘Das Crebas’, el modo de recuperar esas sensaciones y materializarlas en piezas exclusivas de las que "no hay dos iguales" y añade, además, que le encanta que las personas que se hacen con uno de sus objetos le envíen fotografías de cómo quedan integrados en su hogar, permitiendo prolongar la vida útil de las crebas con unos usos muy íntimos y ligados a la vida cotidiana y a la luz.
Portavelas, espejos o lámparas son algunos de los objetos que empezó a conformar este artista que en "una rifa entre amigos" se percató del recorrido que podía tener su trabajo y que, avanza, irá compartiendo a través de las redes sociales.
"Para mí esto es como ir de fiesta" y eso es "algo a lo que no quiero renunciar", expone José Luis que busca ahora "ir un paso más allá" y empezar a comercializar sus obras sin perder la esencia.
Con la ayuda de su pareja, Catu Martínez, se ha introducido en el mundo de las redes sociales para visibilizar su trabajo y, además, ha buscado colaboración en una diseñadora para crear el logotipo de su marca. "Hay que saber delegar y esto es el resultado de un trabajo coral", detalla este artesano de la madera.
Una vez dado el paso de hacer pública su obra, solo queda comprobar en qué dirección le lleva la corriente. Lo que tiene sumamente claro este emprendedor es que "la ilusión es lo que más importa" y este proyecto continuará mientras le siga aportando esas buenas vibraciones con las que empezó todo, aquí donde se acaba el mar.