José Luis Núñez, de pinchar en El Bosque a "speaker" del Deportivo
Cada quince días es el responsable de cantar los goles en Riazor, pero este veterano locutor ha pasado por muy variadas cabinas: de pinchadiscos a la tele, pasando por la radio
4 febrero, 2020 06:00Cada quince días desde hace casi siete años, José Luis Núñez sube las escaleras que conducen a su cabina acristalada del estadio de Riazor. Allí se encuentra con su inseparable amigo, el micrófono. Este veterano locutor y periodista es el responsable de cantar los goles del Deportivo en cada partido como local.
Pero, en sus inicios, nada parecía prever que terminaría dedicándose a las retransmisiones deportivas. En los ochenta también se dedicaba a animar al público, pero en este caso en populares salas de fiesta como Pazos o El Bosque. Era un pinchadiscos con vocación de narrador, que poco a poco fue haciéndose un hueco en la radio y terminó en la televisión. Por si fuese poco, también ha hecho doblaje y figuración para cine y televisión.
Su llegada al periodismo deportivo coincidió con los fichajes de Mauro y Bebeto. Vivió los mejores años del conjunto blanquiazul, pero también los peores. Su debut como speaker, para suplir al mítico Naya, fue un 9 de febrero del 2013 y el Dépor perdió 0-3 contra el Granada. Le ha tocado la ardua tarea de levantar el ánimo de una afición muy maltratada en la última década. Pero, sin duda, ha merecido la pena: "Me alimenta ver a la gente feliz como en los partidos contra el Cádiz y Las Palmas".
¿Cómo se produce tu llegada a los micrófonos de Riazor?
Coincide con un momento en el que Naya, el anterior speaker, enferma. Tenía problemas de movilidad y no podía subir las escaleras. Me llamó Rafa Carpacho, jefe de prensa del club, para llevar la megafonía. Fue el propio Lendoiro quien se empeñó en que fuese yo el nuevo responsable, me lo pidió como un favor.
¿Cómo lo afrontaste?
Pensé que iba a ser solo por una temporada, como medida provisional. Pero al final se convirtió en un vínculo definitivo con el club hasta el momento.
¿Cómo fueron aquellos primeros meses?
Ha cambiado mucho. Todo está evolucionando en las locuciones deportivas. En aquel momento no se cantaban los goles en ningún estadio de España. Solo se hacían las alineaciones, los Amigos Dépor (locales de hostelería que patrocinan al club) y los cambios. Poco a poco, se ha ido especializando un poco la cosa.
¿Qué aspectos aportarte con tu llegada?
Por ejemplo, antes toda la megafonía era en castellano. Siempre hubo entre la gente esa demanda de que se introdujese el gallego, así que aprovechamos un derbi contra el Celta para hacerla entera en gallego y así quedó hasta hoy en día.
El hecho de que se cantasen los goles fue algo inaudito. ¿Cómo sentó a la afición?
La gente ya estaba acostumbrada. En otros países era algo que ya se venía haciendo. Aquí es cierto que nos costó un poco. Al principio cantaba yo solo el gol y poco a poco fuimos intentando meter al público, cantando el apellido del jugador. Hubo un poco de descordinación al principio porque se cantaba el gol en el momento en el que el jugador marcaba y, aunque había a gente a quien le gustaba, había quienes preferían que fuese la afición la que sonase. Por eso decidimos cambiar de formato y ahora tardamos 30 o 35 segundos en cantar los goles, para dar tiempo a la afición a celebrar. Así suena al unísono y se extiende la celebración.
Empezaste de pinchadiscos. ¿Cómo se dio ese giro hacia la locución?
Desde siempre tuve mucho amor por el micro. Me apasionaba desde niño el mundo de la radio. En el 82 tuve la oportunidad de empezar a poner música en una discoteca de La Marina que se llamaba Los Porches. A los pocos meses me ofrecieron marcharme para Herves, en Carral, a una discoteca que se llamaba Kings.
¿Cómo llegaste a la radio?
Tenía esa espinita de querer hacer radio. Como soy una persona desvergonzada, aproveche que se hacía en esta discoteca un programa llamado La noche coruñesa, que llevaba mi amigo Francisco Gutiérrez. Le propuse hacer algo nuevo y me consiguió media hora de su programa los sábados y los domingos para hacer un espacio musical. Recuerdo que lo grababa en la propia discoteca con cintas de casete.
¿Y de ahí a dónde pasaste?
Tuve la fortuna de que el director y propietario de Radio Coruña, Ángel Gómez Hervada, que falleció hace poco tiempo, le gustó lo que hacía. A los pocos meses quedó una plaza en los 40 principales y me ofrecieron entrar. Después estuve un tiempo sin hacer radio hasta que volvió a surgirme una nueva oportunidad, en esta ocasión en Onda Cero, cuando esta emisora estaba empezando a echar a andar, en el 92. Allí hice de todo.
¿Por ejemplo?
La gente todavía se sorprende mucho, pero yo llegué a hacer un programa de sexo con el doctor Vidal Pan, un médico muy conocido en A Coruña. Un día, con Santiago del Valle, director de Onda Cero, tomando una cerveza en O Castrillón, me comenta que no tiene a nadie para hacer Deportes. Yo, con toda mi desvergüenza le dije que lo hacía yo.
¿Sabías dónde te metías?
Yo tenía claro que el micro no me daba miedo y soy un apasionado de José María García. En aquel momento le escuchaba todas las noches. Poco a poco fui teniendo más espacio y trabajé con muchos profesionales como Siro López, del que aprendí muchísimo y mantengo una muy buena amistad. También llegué a participar en el programa de Pablo Portabales como unidad móvil durante la fusión entre Onda Cero y Radio Voz.
¿Cómo llegaste a la televisión?
Fue al regresar de Londres, de narrar un Arsenal-Dépor de Uefa en el año 2000. Me ofrecieron incorporarme a la TVG, donde estuve haciendo prácticamente de todo. Retransmisiones, inalámbrico, todo tipo de deportes… Estuve allí hasta finales de 2010. Después estuve un par de años sin hacer nada y después ya me incorporé aquí porque Lendoiro me lo pidió.
El cambio tuvo que ser radical.
La verdad es que me notaba raro al principio. Ya había hecho eventos parecidos, como presentar el Noroeste Pop Rock en el año 88. Pero estar ante 25.000 personas cada dos fines de semana imponía bastante. Los primeros minutos siempre son de nervios. Como quien sale a un escenario.
¿Volverías a hacer radio musical?
Siempre. Solo tengo una condición para volver a hacer radio musical o pinchar: hacerlo con vinilos.
¿En qué discotecas estuviste como pinchadiscos?
En la discoteca Kings, en Herves, primero. Después tuve la fortuna de inaugurar El Bosque. Fue en febrero del 91. El primer fin de semana, recuerdo. Allí estuve siete años. Antes llegué a pinchar también un año en Pazos, en A Laracha. Después ya me retiré.
Por lo que veo, pinchaste en las grandes salas de la comarca.
Tuve la fortuna de trabajar en discotecas grandes, la verdad. Por ejemplo, en El Bosque metíamos 3.500 personas por noche. Era una animalada. Pero tuve que dejarlo porque ya no aguantaba más el ritmo. Me acostaba a las seis un sábado y al día siguiente tenía que comentar un partido en Riazor junto con José Antonio Luque y no me aguantaba la garganta. En aquella época los pinchadiscos además de poner la música también animábamos el ambiente, de ahí que terminase en la radio.
¿Cómo ves el futuro de los speakers de fútbol?
Pues hay muy buen ambiente. Tenemos un grupo de Whatsapp con todos los de Primera y Segunda y nos gustaría hacer una convención a nivel nacional para regular un poco nuestra situación. No descarto que se haga dentro de poco.
¿Cómo crees que va a terminar esta temporada el Deportivo?
Como mínimo, espero que nos quedamos en Segunda. No quiero decir nada más para no gafarlo. Espero que el Deportivo vuelva a la máxima categoría del fútbol español, donde nos ha dado tantas alegrías. Tuve la fortuna de vivir la mejor época y espero que se mantenga ese espíritu. Esta afición se lo merece todo.