En su audiencia en Bruselas el martes, la vicepresidenta y ministra Teresa Ribera, aspirante a vicepresidenta y comisaria europea y responsable de la Agencia Estatal de Meteorología y la Confederación Hidrográfica del Júcar, señaló al presidente de la Generalitat valenciana Carlos Mazón como responsable de la catástrofe en Valencia, por no seguir las alertas que su Ministerio había realizado a tiempo.
En su comparecencia en las Cortes Valencianas, Mazón ha señalado a Ribera como responsable de la tragedia que ha asolado dieciséis municipios valencianos, por no emitir las alertas debidas a través de la Agencia Estatal de Meteorología y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).
En realidad, Mazón ha hecho tres cosas. Intentar justificar sus acciones el 29 de octubre, señalar responsabilidades de otros y encargar a terceros la reconstrucción de Valencia.
Pero lo que no ha hecho es explicar sus dos profundos errores competenciales como máxima autoridad autonómica. Por qué centró la operación de alerta en el foco equivocado (la presa que podía romperse y no el barranco del Poyo) y por qué no pidió al Gobierno nacional que declarara el estado de alarma y/o la emergencia nacional.
Sobre lo primero, no es admisible reducir la capacidad de análisis y decisión de un amplio Comité de Emergencias de alto nivel, en plena era digital, al seguimiento del dedo voluble de la CHJ (del barranco del Poyo a la presa de la Forata y el caudal del río Magro) y su silencio durante horas, hasta que, a las 19:00 de la tarde, cuando el desbordamiento ya alcanzaba Paiporta, volviera a señalar aterrado al Poyo con su caudal multiplicado por cien.
¿Por qué no se consideraron todas las fuentes de información?
Sobre lo segundo, ambas opciones ponían al Gobierno central a cargo de la dirección de la emergencia. Bien por declaración del Gobierno comunicada al Congreso, o directamente por Interior mediante el sistema de Protección Civil, elevando la emergencia a nivel 3 (reservado a emergencias de interés nacional, que solo pueden ser decretadas por el Ministerio del Interior).
¿Por qué Mazón no lo pidió? ¿Le pidió Feijóo que lo solicitara?
En paralelo, a la vicepresidenta y ministra Ribera, aspirante a vicepresidenta y comisaria europea y responsable de la AEMET y de la CHJ, se le han abierto al menos tres nuevos frentes.
1. La constatación de la incompetencia del Ministerio de Transición Ecológica que dirige. No presentó el plan actualizado de riesgo de inundación que exigen las directivas comunitarias en vigor, y la Comisión Europea abrió un expediente de infracción contra España ¡hace nueve meses!
Los populares europeos ya han interpelado a la Comisión acerca del efecto de esta negligencia en la posible mitigación de la tragedia de Valencia.
No se trata de una cuestión menor. Los planes de gestión del riesgo de inundación que estas directivas europeas exigen a los gobiernos de los Estados miembros han de referirse precisamente a esa "triple P" de tan amplio uso en la UE: prevención, protección y preparación.
Y, entre las medidas recomendadas a los gobiernos para la prevención de inundaciones, está el mantenimiento o el restablecimiento de las denominadas llanuras aluviales. Más o menos lo que rechazó hacer en 2021 el ministerio de Ribera en el barranco del Poyo, por razón de una "nueva visión del coste-beneficio".
Su equipo alega que el incumplimiento no es achacable al Gobierno, sino al de "tres Comunidades Autónomas", Andalucía, Cataluña y Canarias, "que no actualizaron sus planes". Más balones fuera. La UE sanciona al Estado miembro, no a sus territorios. Cuestión de competencia.
2. La confirmación de su comparecencia en el Congreso de los Diputados que el Partido Popular Europeo le puso como condición para volver a evaluar su candidatura a la Vicepresidencia de la Comisión Europea.
No ha tardado en acceder, no le queda otra. Será el próximo miércoles cuando acuda a dar las explicaciones sobre su papel en la tragedia. Por qué un organismo público como la CHJ erró en su foco con una objetiva negligencia. Por qué Ribera llamó a Mazón después de que la rambla del Poyo ya se hubiera desbordado. Por qué su ministerio no ha ejecutado planes aprobados en la zona por razones peregrinas.
3. La denuncia contra la ministra Ribera que Hazte Oír ha presentado ante el Supremo por homicidio imprudente y prevaricación por su actuación en la Dana, que se suma a la querella ya presentada contra la CHJ por deficiencias en la previsión y gestión de los caudales fluviales, y a la registrada contra Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, por deficiencias en la gestión de la emergencia.
Hazte Oír mantiene asimismo activa su campaña para frenar la posible designación de Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea.
Diecisiete días y más de doscientos muertos después, ni Mazón dimite ni Ribera desiste. Ni Mazón aclara ni Ribera reconoce.
Las dos horas y media de intervención del presidente Mazón esta mañana en las Cortes Valencianas han dado para multitud de frases entrecomillables.
Pero voy a salvar una porque, al menos, alude a lo que considero que verdaderamente importa: "Construiremos una Valencia más preparada, consciente y resiliente. No estamos reconstruyendo infraestructuras, sino las esperanzas de los ciudadanos".
Esa reconstrucción profunda no es cosa sólo de los partidos políticos, ni siquiera de las instituciones públicas.
Medios de comunicación, agentes sociales, asociaciones de todo tipo… Toda la sociedad debe reflexionar sobre lo ocurrido y ponerse a la tarea, que es colosal.
El sujeto de esa reconstrucción somos, seremos, tenemos que ser, sí, nosotros. Los ciudadanos activos, capaces, competentes, cada uno desde nuestro espacio de contribución.