Hace poco más de un año, la tarifa eléctrica PVPC (mercado regulado) se cambió para adaptar el recibo al final de mes en función de las horas de consumo. A partir de enero de 2023, volverá a cambiar.
El Gobierno acaba de lanzar a consulta pública para llevar a cabo la modificación de la metodología de cálculo para la tarifa regulada eléctrica, el denominado Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC). Queda por conocer el detalle y si será más cara o más barata, pero se busca conseguir precios más estables en el tiempo.
"Aunque estamos en un estadio muy previo de lo que puede ser la nueva composición de la factura de la luz, lo primero que hay que decir es que no hay soluciones fáciles ni rápidas", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Mario Berná, socio de la empresa Ingebau, una consultoría especializada en mercados eléctricos.
Con la luz verde de la 'excepción ibérica' aprobada por Bruselas, España se comprometió a desvincular el PVPC a los precios diarios del mercado mayorista.
Un sistema que comenzó a funcionar con la eliminación de las subastas CESUR en 2013, al existir sospechas de alteración artificial de los precios por parte de las compañías eléctricas.
Pros del PVPC
"Históricamente, el contrato PVPC ha sido siempre el más barato para hogares y pymes", explica a su vez a este diario Francisco Valverde, experto en el sector eléctrico y consultor en desarrollo del área de renovables de eficiencia energética del grupo Menta Energía.
Pero, desde hace un año, están sometidos al vaivén de la volatilidad de los mercados energéticos internacionales. Por eso se busca una fórmula alternativa que vincule las facturas de la luz de las familias a otros índices de precios de referencia.
[Así afectará el 'tope' del gas en tu factura de la luz]
El Gobierno propone elaborar una cesta haciendo un cálculo con los precios de los mercados a largo y a medio plazo, pero también manteniendo la referencia de lo que ocurre en el pool diario. Para ello, ha sacado a consulta pública el borrador de su propuesta en el que habrá una combinación de señales a corto, medio y largo plazo, para incentivar el ahorro y el consumo eficiente.
De acuerdo con la propuesta, la variación entre el precio máximo y el mínimo se reduce un tercio, pasando del 27% al 17% durante la jornada diaria, y del 23% al 16% en la media mensual durante el año completo. Una estabilidad de precios que daría certidumbre al consumidor final sobre el coste total de su factura de la luz.
Contras de indexar a plazo
"Por ejemplo, para 2023, el mercado de futuros de electricidad está por encima de los 200 euros/MWh, así que no sería una buena solución", añade Berná. "Y habrá que ver qué pasa con los mercados de futuro cuando se elimine el tope al gas por la 'excepción ibérica'. Hasta ahora ha contenido los precios".
"Además, los mercados a plazo, si son a largo plazo aún más, puede que no tengan suficiente liquidez y al final pase como con las subastas CESUR, que cuando se convocaban, los precios de la electricidad que salían a oferta eran superiores a los de otras subastas que se sabía que no iban a vincularse con la factura eléctrica", añade Berná.
"El borrador parece que plantea una solución adecuada, pero lo que tendrían que hacer es dejar sólo la tarifa regulada para los vulnerables", explica a su vez Javier Colón, socio fundador de la consultora especializada Neuro Energía.
"Deberíamos acostumbrarnos a comparar y elegir el mejor contrato de electricidad, como ya se hace con el sector de las telecomunicaciones. Debemos educar a la población a que sean autónomos para gestionar sus facturas energéticas", puntualiza el socio de Ingebau.
La reforma reducirá progresivamente la vinculación del PVPC al mercado diario para incorporar las referencias de los mercados de futuros, de modo que éstos representen el 25% en 2023, el 40% en 2024 y el 55% en 2025.
Pero se prevé también que por medio de orden ministerial se pueda modificar esta distribución e incorporar, en su caso, una referencia a las subastas de energía inframarginal, gestionable y no emisora (que todavía no se han desarrollado).
El modelo portugués
La opción que plantea el Gobierno se parece a la que se utiliza en Portugal. "El regulador ERSE convoca subastas de compra de energía a plazo (leilões) para fijar el precio de las comercializadoras de último recurso que venden la tarifa regulada", explica en redes sociales Joaquín Coronado Galdos, co-founder de Digital Five Investment y Chairman de Build to Zero.
Este sistema se revela ahora muy ventajoso, porque "elimina completamente la volatilidad horaria, diaria, y mensual del mercado mayorista", asegura el experto. También porque "hace previsible el coste de adquisición de energía para la tarifa regulada" y porque "se trata de un mecanismo fácilmente replicable por las comercializadoras del mercado libre, que pueden fijar sus precios siguiendo la misma estrategia si quieren".