Cada vez son más las carreteras españolas que ofrecen en su paisaje una hilera de turbinas. Esto se debe a que en España el 17% de la estructura de generación energética está constituido por energía eólica. Sin embargo, esta apuesta por las alternativas limpias con las que reducir gases contaminantes también la encontramos en países como Reino Unido, con el parque eólico marino más grande del mundo. Aunque volviendo a pisar tierra firme, puede que no quede tanto tiempo para que veamos un parque eólico cuando bajemos a comprar el pan.
[El aerogenerador gigante con decenas de turbinas: un muro eólico tan grande como la Torre Eiffel]
Ese es el objetivo de la empresa israelí Flower Turbines, con sede en Estados Unidos y los Países Bajos, que ha creado pequeñas turbinas eólicas para implantarlas dentro de nuestras propias ciudades en forma de parque eólico. Habrá quien se extrañe de que a nadie se le haya ocurrido antes esta idea, ya que hasta la fecha el sector de la pequeña eólica del mercado de las energías renovables se ha quedado relegada a un segundo plano con respecto a la solar.
Su diseño elegante e innovador no impide que, pese a su eficiencia, cuenten con dos grandes problemas a la hora de implantarse. Uno de ellos se podría solventar si fuéramos por la calle con auriculares con cancelación de ruido, ya que la mayoría de las soluciones para la pequeña eólica no ofrecen precisamente un bajo nivel de ruido. Si este se limitara, se traduciría en una alta eficiencia inexistente. Por tanto, estamos ante unas turbinas inutilizables para la mayorías de las zonas habitables.
Pequeños parques eólicos
Además, los aerogeneradores no se pueden colocar sin que interfiera con el flujo de viento de los demás. Esto es, la instalación de las miniturbinas en la ciudad provocarían problemas como la seguridad de las aves, el aspecto físico y la rentabilidad. De hecho, las pruebas que se han realizado hasta la fecha no han proporcionado una solución viable y, sobre todo, a gran escala.
En este sentido, el director general de Flower Turbines, el doctor Daniel Farb, ha reconocido que ha tratado de "buscar una forma de resolver algunos problemas para que la energía eólica estuviera al alcance de todos". Además, según sus declaraciones a The Guardian, estas miniturbinas no suponen ningún peligro para los pájaros ni para el resto de fauna, destacando además en los entornos urbanos donde se pretenden instalar estos diseños de "ecoarte", como lo definen sus propios creadores.
Así, la idea surgió con motivo de la "monstruosidad" que suponían las grandes turbinas. Consideraban que producían "ruido, parpadeo y un cierto grado de degradación ambiental" que desde su empresa de energía verde han pretendido solucionar.
Sin embargo, la interferencia aerodinámica de una turbina con otra hace que tengan que estar muy repartidas, por lo que tendrían una menor rentabilidad en los entornos. También disponen de una línea de productos adicional de cargadores de bicicletas eléctricas conectados y no conectados a la red, algunos de los cuales se alimentan de sus turbinas eólicas. Aunque el crecimiento de este tipo de bicicletas genera un problema en todo el mundo debido a lo limitado por la infraestructura de recarga..
Aerogeneradores en la mochila
El tipo de turbina vertical de Flower Turbines cuenta con un "efecto de agrupación", con el que hace que una turbina mejore el rendimiento de su vecina entre un 20 y 50% más. Esta solución sería ligeramente más rentable que la energía solar, pero en una zona ventosa, donde el metro cuadrado es más productivo en este sentido.
Así, cuanto mayor es la velocidad efectiva cuando el viento golpea las palas, más energía produce la turbina. Una gran ventaja para aquellos lugares en los que el espacio es limitado. Además, "acompaña" a la energía solar, ya que el uso conjunto de ambas permite obtener energía durante más de un ciclo diario y estacional, con lo que se ahorra el costoso almacenamiento en baterías.
De esta manera, las microturbinas eólicas residenciales pueden convertirse un día en una forma popular para que la gente produzca su propia energía. Tanto en casa como allá donde se marcha, pues también hay diseños que prometen aerogeneradores portátiles que caben en una mochila, con la que se podría crear la electricidad en cualquier parte.