Si hace unos días el Ejército de Tierra probaba en Zaragoza los misiles Spike LR2, ahora es el turno de un robot de desactivación de explosivos de la Brigada Paracaidista. Estos sistemas los emplean las fuerzas armadas y algunos departamentos de los cuerpos de seguridad para no poner en peligro vidas humanas en la complicada labor de anular cualquier tipo de amenaza, como maletas o mochilas sospechosas.
El modelo elegido es el Med Eng Avenger de origen canadiense que ya sirve dentro del Batallón de Zapadores VI con sede en Torrejón de Ardoz (Madrid). El primer curso de operador de Avenger se llevó a cabo a finales de febrero del 2020 y fue impartido por los técnicos del propio fabricante. Aunque no ha sido hasta el pasado 5 de abril cuando oficialmente se entregó la primera unidad.
"El robot Avenger sustituirá paulatinamente al robot de desactivación pesado Teodor", según recogió un comunicado del Ejército de Tierra. "Supone una importante mejora en las capacidades de desactivación y reconocimiento remotas de los Equipos de Desactivación, al proporcionar prestaciones de movilidad y manipulación superiores al robot actual con un peso y tamaño inferiores".
El robot Vengador
El Med Eng Avenger (Vengador, en su traducción al español) fue adquirido por el Ejército de Tierra en 2019 como parte de un programa de renovación de robots de desactivación de explosivos. Este sistema entra dentro de los denominados UGV (Unmanned Ground Vehicle o Vehículo Terrestre no Tripulado) y desde su desarrollo han querido acaparar campos tan diferentes como las funciones robóticas policiales, de primeros auxilios y militares.
Además, cuenta con una construcción modular y un diseño electrónico simplificado que hace que "el mantenimiento y el soporte en campo sean simples y económicos", según recoge la propia Med Eng. Otro punto importante son las capacidades todoterreno del Avenger que puede pasar por encima de obstáculos gracias a su dos orugas y por debajo si se repliegan los brazos. También cuenta con un sistema de rayos X y todo tipo de sensores y herramientas para la desactivación.
Tiene un peso total de 115 kilogramos y la capacidad para levantar 50 kilos siempre y cuando el objeto se encuentre cerca. Al poder aplicarse en entornos exigentes del campo de batalla, dispone de refuerzos y ha sido certificado dentro de los estándares militares de resistencia. Algo que en el Ejército de Tierra han tenido muy en cuenta junto con su pequeño tamaño, que le hace apto para poder transportarse en un vehículo todoterreno URO Vamtac especialmente adaptado para acarrear equipos de desactivación de explosivos.
Otro de los puntos clave tiene que ver con la simplicidad de manejo y a la integración de un mando de PlayStation 4 para controlar a todo el robot que incorpora su propio ordenador y permite instalar aplicaciones de terceros. El brazo robótico principal cuenta con 7 grados de libertad de movimiento y es capaz de alcanzar hasta los lugares más complicados bajo vehículos o en los compartimentos elevados en los camiones o furgonetas.
El motor consigue una velocidad máxima de 8 kilómetros por hora y está alimentado por baterías convencionales, que le proporcionan mejor flexibilidad y disponibilidad en el campo de batalla, con una autonomía de hasta 4 horas. Descata por sus propiedades de operación ante amenazas nucleares, biológicas, químicas y radiológicas (NBRQ) que el Ejército de Tierra tiene previsto instalar a través de algunos sensores y accesorios.
Y es que, según recoge la propia Med Eng, el Avenger puede equipar hasta 20 complementos que van desde brazos extra, cuchillas, conexión por fibra óptica y hasta un accesorio para equipar una escopeta. Aunque el que destaca más es la expansión del brazo Boom.
El Boom Arm (brazo Boom) se integra en el brazo manipulador y permite al operario desplegar accesorios opcionales como cámaras, sensores de todo tipo o el emisor de rayos X. Asimismo, existe la Boom Camera que se proporciona imagen en alta definición con autoenfoque y estabilización óptica con un zoom digital x12.
El más grande
Actualmente el Avenger se integra justo en medio de los otros dos robots que ya operaban dentro del Ejército de Tierra con anterioridad. El más grande —y al que sustituirá— es el Teodor de fabricación alemana que tiene una longitud de 1,3 metros por 60 centímetros de ancho y un peso de 375 kilogramos. Además, el Teodor puede acarrear hasta 350 de carga útil con accesorios una velocidad máxima de 3 kilómetros por hora.
El Teodor equipa un total de dos cámaras de navegación más una extra capaz de capturar imágenes y vídeos en alta definición en tiempo real para el trabajo. Opcionalmente, puede llevar sistema de visión nocturna o infrarrojos.
También incorpora un sistema de rayos X para detectar potenciales amenazas y objetos sospechosos, así como un software de diagnóstico y armas para desbaratar explosivos improvisados. El Ejército de Tierra y el INTA adaptaron un sistema de radiación ultravioleta a este robot durante la pandemia de coronavirus para desinfectar grandes zonas sin poner en riesgo al personal.
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