Un año más, el Estado Mayor de la Defensa convoca a las tres ramas de las Fuerzas Armadas de España para realizar el ejercicio Eagle Eye. Tras la edición de 2023 llevada a cabo en aguas castellonenses, las maniobras se trasladan en esta ocasión hasta la Base Aérea de Málaga —aledaña al aeropuerto de la ciudad andaluza—, la Costa Tropical y el mar de Alborán. Comienzan este mismo lunes día 12 y terminarán el próximo viernes 16 de febrero.
El objetivo de la activación de Eagle Eye —Ojo de Águila, en español— es integrar las capacidades del Ejército del Aire y del Espacio, el Ejército de Tierra y la Armada en el sistema de defensa aérea nacional, según indican desde el estamento militar. Este ejercicio es clave para "mejorar la eficiencia en el desarrollo de las operaciones de presencia, vigilancia y disuasión" que se llevan a cabo las 24 horas de los 365 días del año.
Durante el ejercicio, el Grupo Central de Mando y Control, ubicado en la Base Aérea de Torrejón, será el encargado de ejercer la vigilancia del espacio aéreo. Empleará los datos proporcionados por los diferentes Escuadrones de Vigilancia Aérea (EVA), situados en tierra firme, y por los medios terrestres y navales desplazados.
Participan en el despliegue 6 Eurofighters provenientes del Ala 14 desplazados desde la albaceteña Base Aérea de Los Llanos en misión QRA (Quick Reaction Alert o Alerta de Reacción Rápida). Los cazas se encargarán de las funciones asignadas a la vigilancia aérea con un total de 56 militares movilizados entre tripulaciones y personal de mantenimiento y apoyo.
Por parte del Ejército de Tierra, la Unidad de Defensa Antiaérea Hércules liderada por el Grupo de Artillería Antiaérea I/74 (San Roque, Cádiz) desplegará en las localidades granadinas de Motril, Salobreña y Torrenueva sistemas de armas Hawk, NASAMS, Mistral y cañones. La representación de la Armada corre a cargo de la fragata F-105 Cristóbal Colón, perteneciente a la clase Álvaro de Bazán, que permanecerá en aguas del mar de Alborán.
El mejor caza español
Los Eurofighter trasladados a Málaga son las aeronaves de su clase más modernas, avanzadas y capaces de cuantas tiene en su flota el Ejército del Aire y del Espacio. Diseñados y fabricados por Airbus, están presentes en los países europeos que participaron en su día en el desarrollo de la plataforma, como Alemania, Italia y Reino Unido. Incluyendo cierto éxito de exportación a algunos ejércitos del golfo Pérsico.
Se trata de un caza de cuarta generación que entró en servicio en el Ejército del Aire de España en mayo de 2004, momento en el que se creó el primer escuadrón de este modelo en el Ala 11 de Morón (Sevilla). Desde entonces, la plataforma ha ido evolucionando en el plano tecnológico a medida que las diferentes compañías han ido desarrollando nuevos sistemas y mejorando los originales.
La apuesta del Ministerio de Defensa por esta aeronave continúa hasta la actualidad y recientemente se ha aprobado la adquisición de un total de 45 nuevos Eurofighter con la finalidad de relevar a los cazas F-18. Primero serán los de la Base Aérea de Gando (Gran Canaria) por ser los más antiguos y con posterioridad los de Torrejón de Ardoz (Madrid) y Zaragoza.
En cuanto a especificaciones, el Eurofighter tiene una longitud de casi 16 metros, envergadura de 11 metros y un peso máximo al despegue de 23.500 kilos. Para ello, emplea un par de motores Eurojet EJ200 con postcombustión capaces de impulsar al caza hasta doblar la velocidad del sonido (2.400 kilómetros por hora) y alcanza una altitud máxima de casi 20.000 metros.
En la autonomía de combate, el Typhoon alcanza los 1.300 kilómetros gracias a los 5.500 kilogramos de combustible que puede llevar en sus depósitos. Esto le permite participar en diferentes frentes como la guerra electrónica o la convencional con misiles guiados capaces de alcanzar a otras aeronaves, objetivos en tierra e incluso barcos.
Fragata Cristóbal Colón
La Cristóbal Colón es la quinta embarcación de la clase de fragatas Álvaro de Bazán, las más avanzadas de las que dispone España. Con el numeral F-105, tiene su base en el Arsenal Militar de Ferrol (La Coruña) y se asignó a la Armada en octubre del 2012.
La nave estará desplegada en aguas del mar de Alborán proporcionando capacidades de vigilancia y defensa antiaérea. "Complementará la cobertura de los Escuadrones de Vigilancia Aérea y de la Unidad de Artillería Antiaérea" dispuesta en tierra firme.
"Su sistema de combate AEGIS, unido al radar multifunción SPY-1D, le proporcionan una gran capacidad de defensa aérea", señalan desde el Estado Mayor de la Defensa. Al mismo tiempo que indican que la fragata está optimizada para actuar como buque de mando y control en un escenario de alta y media intensidad. Es "capaz de operar integrada en una flota aliada y de proporcionar cobertura a fuerzas expedicionarias".
Todas las unidades de F-100, incluida la Cristóbal Colón, están construidas con un casco de acero de alta resistencia que les proporciona protección balística. Asimismo, los motores están montados sobre piezas elásticas que evitan la transmisión de vibraciones al casco lo que dificulta el trabajo a los sensores de los submarinos enemigos.
La embarcación tiene 147 metros de eslora por 18,5 de manga y un desplazamiento de 5.800 toneladas. Un peso pesado de la Armada española impulsado por un sistema de 2 turbinas de gas que ofrecen más de 46.000 caballos de potencia y otro par de motores diésel menos potentes para cruceros por debajo de 18 nudos (33 km/h), donde consigue una autonomía de 9.000 kilómetros.
En el apartado de armamento, la F-105 cuenta con misiles antibuque Harpoon —que se sustituirán por los NSM próximamente— y un lanzador de misiles vertical de 48 celdas, desde donde se despliega munición antiaérea SM-2 y ESSM, ambas de factura estadounidense. También dispone un cañón, dos ametralladoras y lanzatorpedos.
Sistemas antiaéreos
El Ejército de Tierra desplegará sistemas de armas Hawk, NASAMS y Mistral. El Estado Mayor de la Defensa no ha detallado el número de baterías movilizadas desde el cuartel en San Fernando (Cádiz), pero sí que estarán ubicados en los términos municipales de Motril, Salobreña y Torrenueva Costa.
El Hawk es uno de los más veteranos del Ejército y entró en servicio en España en los años 60. Los últimos reportes indican que se descontinuará su uso en los próximos años en favor del sistema antiaéreo Patriot. Cuentan con un alcance de 40 kilómetros, un techo de vuelo de 18.000 metros y 3.000 km/h de velocidad en crucero.
Por su parte, los NASAMS españoles están desarrollados por la compañía noruega Kongsberg y la estadounidense Raytheon. Comenzó su vida operativa a finales de los 90 y, a partir de entonces, ha ido incorporando novedades y actualizaciones. El Ejército de Tierra lleva operando este sistema desde el año 2003 gracias al marco compensatorio industrial por la compra de Noruega de 5 fragatas a Navantia.
El radar Sentinel, integrado y fabricado por Raytheon, puede identificar objetivos hasta un rango de 120 kilómetros y monitorizar más de 60 amenazas al mismo tiempo. Una de sus particularidades son los 1.800 kilogramos que pesa —como un coche grande— que le permite transportarse con una eslinga mediante helicóptero y emplazarla de este modo en azoteas o lugares complicados.
Los lanzadores españoles emplean munición AIM-120 de medio alcance, que va desde los 7 a los 10 km de rango operativo a una altitud máxima de 10.000 metros. Defensa tiene actualmente 4 baterías NASAMS a la espera de una quinta que se anunció en enero de 2023.
Por su parte, el Mistral supone la tercera capa de la defensa antiaérea de España. El pasado 2023 se aprobó la adquisición de nueva munición de la tercera generación de este sistema que se apoya en los vehículos para proporcionar movilidad. La primera versión data de finales de los años 80 del siglo pasado, la segunda de finales de los 90 y la tercera se puso en servicio en 2019.
Los misiles están diseñados para derribar objetivos aéreos como helicópteros y cazas desde todoterrenos como los URO Vamtac presentes en el Ejército de Tierra. La última versión tiene un rango operativo de 7 kilómetros y dispone de un nuevo sistema buscador por infrarrojos.
Además, el Mistral III dispone de una mayor maniobrabilidad (30 G) a velocidad extrema y una ojiva de fragmentación altamente explosiva, que guarda en su interior 1.800 bolas de tungsteno de alta densidad para provocar mayores daños. Desde MBDA, el fabricante, también han mejorado el motor cohete de combustible sólido, que alcanza el equivalente a 3.600 km/h y una altitud máxima de 4.000 metros.