Ha quedado claro tanto en España como en el resto del mundo que las cámaras móviles han tirado por tierra a las cámaras dedicadas de toda la vida. No obstante, estas no están muertas ni muchísimo menos. La fotografía 'tradicional' sigue muy viva de la mano de firmas como Sony o Canon, que han seguido dedicando sus esfuerzos en lanzar modelos al mercado. La segunda, en su último intento por renovar su línea de cámaras, ha actualizado sus cámaras APS-C mirrorless con dispositivos como la Canon EOS R10.
Ya hace unos años que Canon lanzó su gama EOS R, su línea de cámaras de sensor completo o Full Frame para combatir contra las A7 de Sony o las Z de Nikon. Hasta hace muy poco, estas cámaras estaban compuestas principalmente por cámaras, de nuevo, de sensor no recortado. Ahora, Canon ha decidido ampliar su gama con modelos APS-C, como las EOS R7 y R10. En este caso, nos centraremos en la prueba del segundo modelo, el más sencillo de la familia.
Y es que esta Canon EOS R10 no solo supone un posible resurgimiento para las EOS APS-C sin espejo de la compañía, sino que se sitúa en un segmento muy competido: el de las cámaras de sensor recortado de carácter semi-profesional o entusiasta. Eso sí, a un precio, ya que esta EOS R10 se puede comprar actualmente en España por 1.029 euros.
¿APS-C de la gama R?
Primero, algo de contexto. De nuevo, la gama EOS R de Canon, la equivalente a las A7 de Sony por ejemplo, estaba conformada por modelos principalmente Full Frame. Estas eran las Canon EOS R y EOS RP como principales dispositivos, siendo delegados por las Canon EOS R6 (recientemente actualizada), la EOS R5 o la EOS R3, los modelos de gama superior.
Las cámaras de sensor APS-C de Canon en su variante mirrorless estaban embebidas en la línea EOS M, con cámaras como las M6 o M50. No obstante, este sistema lleva ya un tiempo sin demasiadas actualizaciones, y con el lanzamiento de las EOS R10 y R7, estas se convierten en las primeras APS-C de la gama R de Canon. Dando lugar por el camino a una montura nueva: la montura RF-S.
Mientras que la EOS R7 es el modelo de gama alta, reminiscente de las ya míticas Canon EOS 7D como cámaras APS-C profesionales, la R10 es la más básica. En este caso, la R10 vendría a ser una versión muy actualizada de las APS-C réflex de Canon de los últimos años, como las EOS 80D y 90D. Heredando así lo mejor de la tecnología EOS R, que tan buenos resultados ha dado en sus modelos Full Frame.
Para entusiastas y profesionales
Lo primero que hemos de resaltar de la EOS R10 es su construcción, ya que hay detalles muy interesantes. En este caso, Canon ha optado por formar un cuerpo híbrido entre una EOS M50 y una Canon EOS R. ¿Qué significa esto? Que nos encontramos con una cámara muy compacta pero con la robustez de las R.
Como ya es habitual en Canon. la construcción de esta cámara es soberbia. Se siente bien construida, bien rematada y con una solidez que no nos hará temer en caso de que se caiga al suelo. Cuenta con detalles interesantes, como un joystick en la parte trasera para el enfoque, una botonera relativamente simple y una pantalla táctil de ángulo ariable de 7,5 centímetros. Y sí, tiene un flash superior.
Si bien es cierto que la cámara se siente extraordinariamente bien en nuestras manos, la EOS R10 tiene ciertos aspectos a mejorar. La botonera viene heredada directamente de la EOS M50, siendo este uno de sus problemas principales. No se sienten del todo cómodos, y se constituyen como una botonera única; no hay un segundo dial que sí hubiéramos agradecido. Tendremos que 'conformarnos' con el anillo de los objetivos R, que se puede configurar como dial adicional.
No obstante, se compensa con otros detalles muy bienvenidos. Además de ser recia, la cámara integra una distribución de botones que los ya acostumbrados a la gama EOS R reconocerán, como el dial frontal, o el trasero. Tiene los botones suficientes para que los entusiastas y los profesionales que usen cuerpos APS-C secundarios estén cómodos para trabajar y para salir a usar la cámara sin sentir que llevan un mamotreto como pasaba antes con las réflex.
Pequeña pero matona
Que esta APS-C lleve la insignia 'R' no es moco de pavo. Cuando decimos que esta línea es una de las mejores del panorama fotográfico actual no es en absoluto una exageración, ya que en el pasado, incluso con los primeros modelos, nos hemos encontrado con ventajas increíblemente útiles. Lo hemos visto anteriormente, y se ven plasmadas en este modelo.
Y es que afortunadamente Canon ha introducido en esta EOS R10 lo mejor de las cámaras R. Para empezar, la montura; lejos del galimatías de las monturas RF o RF-S, Canon ha optado por 'simplificar' lo máximo posible su uso. La montura admite objetivos tanto RF Full Frame como RF-S, para sensor recortado. Dado que por el momento solo hay unas pocas lentes RF-S, podrás acoplar sin problemas un objetivo RF Full Frame en tu EOS R10; la cámara se encargará de realizar el recorte sin ningún tipo de problema.
No, no por ser una APS-C, la R10 tiene poco que decir. Estamos ante un sensor CMOS de 24,2 megapíxeles de nuevo en formato APS-C, con el sistema de enfoque Dual Pixel CMOS AF de segunda generación. Sí, el mismo que se puede encontrar en los modelos superiores como la R5 o la R3, que valen varias veces el precio de esta R10.
Todo ello se conjunta con una velocidad de obturación de 15 fotos por segundo en obturador mecánico y de 23 a 30 en obturador electrónico. Y es que la EOS R10 monta el Digic X, un procesador que sobre el papel permite según Canon enfocar en condiciones de baja luz con hasta -4 de EV.
Otros detalles incluyen una sensibilidad ISO máxima de 32.000, vídeo en 4K a 30 y 60P con sobremuestreo a partir de 6K y con 4K a 60p con un recorte horizontal en el sensor. En cuanto a conectividad, Canon no solo ha permitido que esta EOS R10 grabe streaming en directo en YouTube de forma directa, sino que integra Bluetooth y WiFi con tecnología image.canon.
Los dos puntos más a destacar de la R10 son su capacidad de enfoque (sobre todo en baja luz) y su versatilidad. Hemos de decir, sin rodeos, que esta es una de las APS-C con mejor enfoque de todo el mercado. Y nos basamos en el hecho de que el enfoque de esta R10 nos recuerda enormemente al de la EOS R3. Sí, esa cámara centrada prácticamente en su totalidad en la velocidad y cuyo sistema de enfoque nos dejó anodadados.
Como diría el streamer Ibai Llanos: es 'de locos'. Llega a dar miedo, incluso. Muy pocas veces nos hemos encontrado con una situación en la que la R10 no haya enfocado demasiado bien. Todo lo contrario; en situaciones de baja luz, con muchas personas juntas o en situaciones muy estrambóticas, el sistema de enfoque ha resultado ser una absoluta maravilla. Lo mismo aplica en vídeo, siendo ideal para vlogging o grabación de contenido.
Casi nunca falla el enfoque. Movimientos rápidos del sujeto a fotografiar, sujeto captado en enfoque incluso moviéndose entre objetos y otras personas... Llegamos incluso a ponerlo a prueba en una noche en la que se lanzaron fuegos artificiales. No solo la R10 clavó el enfoque de estos fuegos artificiales, sino que consiguió enfocar las luces correctamente con el cielo absolutamente negro. Todo ello con objetivos relativamente sencillos, que ni siquiera entraban dentro del sector profesional de Canon, como serían los 35 mm F1.8 o 24-105 F4-7.1 RF.
Es decir, nos llevamos en una cámara económica, compacta y portátil el sistema de enfoque y la fluidez fotográfica que nos encontraríamos en una cámara de, por lo menos, 6 veces superior en precio. Una absoluta locura que sin duda hemos de aplaudir por parte de Canon.
Mención especial al visor electrónico, que no solo se ve especialmente bien, sino que es fluido y se comporta genial en situaciones de alta luminosidad. Lógicamente, en cuanto a calidad de imagen, la R10 no tiene nada que envidiar a sus hermanas Full Frame, ya que es excelente.
No obstante, no todo iba a ser bonito. Canon ha optado por 'recortar' en ciertas especificaciones, como serían la batería y la tarjeta SD. Además de tener solo una tarjeta SD, algo esperable por el precio, la batería de esta EOS R10 es la LP-E17, el mismo modelo que montan las EOS M50 y EOS RP, con una duración teórica de 430 disparos. Os llegará para el final del día, pero quizás os convenga llevar más de una batería en los días más ajetreados.
Por otro lado, está el tema de los conectores. Integra conexión USB-C 2.0 de alta velocidad y una salida micro HDMI tipo D, así como un puerto de terminal tipo RS-60E3 y una entrada de micrófono. Nos hubiera gustado tener HDMI de tamaño completo debido a los problemas de durabilidad que arroja su versión 'micro', pero era difícil de esperar dado el tamaño de la cámara y su precio.
¿Me la compro?
Curiosamente, esta Canon EOS R10 ha venido a ocupar el puesto que antes ostentaba la EOS RP, la autoproclamada Full Frame más barata del mercado. Solo el cuerpo nos costará 1.029 euros, sin objetivos. Un precio bastante competitivo, que solo se ve superado por los últimos modelos Full Frame de otras marcas y que está por debajo de otras soluciones APS-C semi-profesionales del mercado.
Si estás metido dentro del sistema de Canon, sin duda alguna esta es la opción ideal. Tanto si eres un entusiasta de la fotografía y el vídeo, como si quieres un segundo cuerpo en caso de ya tener tu dispositivo principal de trabajo dentro del ecosistema de Canon, se nos ocurren pocas opciones mejores si quieres una APS-C competente pero que no se exceda en sencillez.