Estamos acostumbrados a cámaras convencionales como las DSLR réflex o las recientes mirrorless, sin embargo, hay que prestar especial atención las cámaras para profesionales. La masiva adopción de los móviles con grandes cámaras ha hecho que los fabricantes de cámaras se centren en cubrir las necesidades de quienes trabajan con ellas. son los dispositivos más ambiciosos, grandes equipos tecnológicos que juegan en la Primera División de la tecnología y que suponen demostraciones de fuerza de sus respectivas marcas. Esto es justo a lo que aspira la nueva Canon EOS R3 que ha llegado a España.
Después de que Canon haya presentado toda su gama de cámaras full frame sin espejo (las EOS R, EOS RP, EOS R6 y EOS R5), ahora le toca el turno a la R3, la que se sitúa en lo más alto de esta familia de cámaras. Entra directamente pensando en el sector deportivo de la fotografía, y con mucha fuerza, ya que esta cámara está pensada con una palabra en mente: velocidad.
Analizamos la que ahora mismo es una de las cámaras a batir en la gama profesional, con rivales como la Sony A1 o la recién presentada Nikon Z9. Una cámara que sorprende por muchos motivos más que su velocidad de disparo.
Antes de empezar con el análisis debemos contextualizarlo. Esta es una cámara pensada específicamente para profesionales fotográficos, trabajadores cuya Canon R3 será una herramienta de trabajo altamente exigente y en situaciones bajo presión. Así pues, este análisis no representa de forma fiel un entorno profesional puro, pero sí una experiencia de usuario.
En nuestras pruebas, hemos tocado todo tipo de escenarios, desde situaciones en las que hay que enfocar sujetos lejanos con ráfagas muy amplias hasta situaciones muy malas de luz. Todas han sido realizadas con dos objetivos: el Canon RF 24-70 mm F/2.8 L IS USM (2.519 euros) y el Canon RF 70-200 mm F/2.8 L IS USM (2.829 euros).
Estilizada pero robusta
Lo primero que vemos cuando cogemos esta Canon EOS R3 es que no es ni muchísimo menos similar a una cámara convencional como las anteriormente mencionadas. Es una cámara de doble empuñadura, que es bastante más voluminosa que otras cámaras más habituales y con una distribución de botones muy específica, de nuevo, pensada para entornos profesionales.
La primera sensación que recibimos de la cámara es que si bien es grande, es sorprendentemente compacta si la comparamos con sus equivalentes en réflex, como las Canon 1-D X Mark III (que por cierto, esta R3 lleva su mismo sensor de 24,1 megapíxeles). No sin dar una sensación de ser increíblemente robusta y resistente, con una solidez y una construcción exquisitas. Esta cámara aguantará lo que le echen y más, incluso en entornos muy complicados.
De hecho, la propia Canon deja claro desde el primer momento que esta R3 ha sido específicamente diseñada con eso en mente; su estructura interna y su construcción permiten, en teoría, que esta cámara soporte condiciones climáticas adversas y todo tipo de complicaciones climatológicas. Eso sí, si estamos acostumbrados a cámaras mucho más compactas, esta será todo un reto de llevar y aguantar durante sesiones de varias horas de fotos, ya que pesa 1.015 gramos con batería y tarjeta.
El hecho de que tenga doble empuñadura hace que el uso de la cámara sea toda una delicia. Tener una empuñadura lateral para hacer fotos en vertical es todo un gusto en esta EOS R3; la posición es natural y se siente casi diseñada para nuestra mano. La ergonomía, las líneas suaves del cuerpo y el diseño relativamente estilizado hacen que esta cámara destaque en diseño.
Esto viene con una contrapartida pero solo si estamos acostumbrados a cámaras más normales. Lo voluminoso de la cámara hace que en ocasiones manipularla de forma más invasiva (por ejemplo para cambiar una lente o para tocar ciertos botones) hace que a veces sea un poco engorroso. No obstante, esto se soluciona a la que llevas unas pocas horas con la cámara.
Pero de nada sirve tener una cámara bien diseñada si no funciona bien. La Canon EOS R3 está repleta de botones y de funcionalidades que pretenden diferenciar esta cámara del resto y lo vemos de primeras en su apartado físico. Solo en la parte delantera tenemos una serie de 4 botones junto a la montura principal y un puerto terminal tipo N3, usado en este tipo de cámaras de corte profesional.
En el lateral tenemos la distribución de puertos. Doble jack de 3,5 milímetros para micrófono y auriculares, un puerto Ethernet, una salida micro HDMI tipo D, y un puerto flash de sincronización.
En la parte superior y trasera tenemos el resto de botones. Tenemos en total 5 diales distintos (uno en los modos, otros dos al lado de los disparadores y otro en la parte trasera), 2 joysticks de control, los clásicos botones de control que encontramos en casi todas las cámaras Canon y botones de enfoque automático disociado.
En la parte superior vemos un pequeño interruptor para pasar de modos de foto a vídeo y el botón de encendido está al lado de la pantalla que es completamente articulable. Además, tenemos otra de las grandes mejoras de la EOS R3: la zapata inteligente, con 5 pines y con 21 pequeños pines adicionales, y es capaz de proporcionar tanto alimentación como comunicaciones para accesorios compatibles. Desgraciadamente, no hemos podido probarla en profundidad.
La distribución de los botones traseros es exactamente la misma para cada sujeción de la cámara. Es decir, que tanto si usamos la empuñadura vertical como la horizontal, tendremos casi exactamente la misma distribución de botones, con un botón de enfoque automático táctil, con un joystick y con diales propios en cada uno de estos grips, facilitando enormemente el trabajo a la hora de trabajar con la cámara. En el lateral tenemos dos ranuras para tarjetas CFexpress y SD.
Varios de los botones están retroiluminados para verlos de noche y en la parte inferior tenemos un pequeño altavoz. Esto es debido a que la cámara, por defecto, tiene activado el obturador electrónico y no el mecánico, por lo que cuando disparamos oímos un archivo de audio reproduciéndose e imitando el sonido de un obturador mecánico. Y sí, tenemos exactamente la misma pantalla y los mismos botones en la parte superior que los que vimos en la Canon EOS R5, su hermana menor.
Por cierto, aplaudimos la decisión de Canon de incluir la protección del obturador en el sensor. Cuando apagamos la cámara y queremos cambiar la lente, la cortina del obturador se bajará para proteger al sensor y que podamos, con calma, cambiar la lente sin temor a que el sensor de la EOS R3 sufra.
Increíblemente rápida
El 'alma' de la Canon EOS R3 es su sensor CMOS apilado y retroiluminado de 24.1 megapíxeles. Y sí, es una cantidad de megapíxeles considerablemente inferior a lo que hemos visto con cámaras de Sony recientes, como las Sony A7R IV, la Sony A7 IV o la Sony A1. Sin embargo, aquí no buscamos detalle, sino rapidez, y por ello la Canon EOS R3 presume de tener velocidades de ráfaga de hasta 30 fps, con estabilización integrada de hasta 8 pasos combinada con la de los objetivos de Canon RF. He aquí una fotogalería con la Canon EOS R3.
La cámara alcanza un ISO máximo de 102.400, integra una pantalla de ángulo variable de 3,2 pulgadas con 4,2 millones de puntos y un visor electrónico OLED de 5,7 millones de puntos con resolución 1.600 x 1.200, sin blackout y con una tasa de refresco de 120 fps que, además, cubre el 100% del sensor. El blackout es la pantalla en negro que aparece en el visor cuando sacamos una foto y que aparece en cámaras réflex más sencillas.
Dispone de seguimiento automático de ojos con sujetos como personas, animales y vehículos y además recupera una tecnología antigua de Canon: el autoenfoque con control de ojos. El procesador de la cámara es el DIGIC X y la montura elegida es la RF de Canon, y usa la tecnología Dual Pixel CMOS autofocus II. Por cierto, los 30 fps los conseguiremos mediante obturador electrónico; si queremos usar el mecánico, tendremos que bajar a 12 fps.
Respecto al vídeo, la cámara puede grabar 6K a 60p y 4K a 120 fps para realizar vídeos en cámara lenta. El 6K RAW tiene un muestreo de color de grabación interna a 12 bits, con una velocidad de transferencia de 2.600 Mbps. Le acompaña una pantalla articulable con relación 3:2 y 3,2 pulgadas de diagonal, con revestimiento antisuciedad.
El funcionamiento de esta Canon EOS R3 es absolutamente excelente en todos los apartados. Hemos probado todo tipo de situaciones en las que la Canon EOS R3 podía fallar y en todas ha sacado sobresaliente; enfoque perfecto en prácticamente todas las tomas a 30 fps, un rendimiento ISO en condiciones de baja luz brutal y con una estabilización óptica impresionante, que nos ha llegado a permitir rozar el segundo de tiempo de exposición para conseguir más luz todavía.
El enfoque y la detección de elementos (humanos, animales y vehículos) es sublime. Recordemos que esta es una cámara de acción, que hará enormes ráfagas de fotos de elementos a toda velocidad. Hemos estado revisando las cientos de fotos en ráfagas una a una y en casi todas el enfoque estaba perfecto; una vez la cámara detecta el elemento a seguir, no lo suelta en ningún momento y podemos quedarnos tranquilos de que ninguna foto saldrá ni trepidada ni mal enfocada.
Y hablamos del obturador electrónico, que en el pasado había sido un asunto a tener en cuenta en las primeras cámaras mirrorless del mercado debido a los problemas de distorsión que arrojaban en ráfagas altas de fotos. También destaca el obturador mecánico que, aunque es cierto que bajamos a 12 fotos por segundo, seguimos teniendo un nivel de enfoque y precisión absolutamente demenciales.
Lo mismo ocurre en situaciones de baja luz y en condiciones de enfoque complicadas. El seguimiento realizado mediante IA y aprendizaje profundo es perfecto incluso en tomas en las que apenas hay luz. Establecemos que la cámara 'enganche' un sujeto en específico y aunque nos movamos muchísimo, la cámara no lo soltará por nada del mundo. Por supuesto, esto también estará determinado por qué tipo de lente usaremos, pero obviamente esta EOS R3 debe usarse con lentes profesionales, como las usadas en estas pruebas.
Es en este momento en el que el proceso de tomar fotografías se hace mucho más agradable y seguro. El tener que sacar una ráfaga de 30 fotos por segundo, dejando cientos de fotos en tu tarjeta de memoria y saber que prácticamente todas estarán como mínimo bien enfocadas te permite desentenderte y permitir que la cámara trabaje por ti, y no tú por ella. Y esto es toda una delicia para los usuarios profesionales, que no tienen que preocuparse por estos detalles.
Mención especial al visor electrónico OLED de 5,76 millones de puntos. Sin duda alguna, es un visor apasionante, ya que es como tener un televisor OLED de altísima gama en tu ojo. Claro, nítido, brillante y con una reproducción de color perfecta.
Este es, sin discusión, uno de los mejores visores que hemos visto en una cámara nunca. Aunque si el fotógrafo que adquiera esta EOS R3 está acostumbrado a los visores óticos clásicos al venir de un sistema 1-D X, este visor ofrece un modo de simulación de visor óptico, para emular completamente la experiencia.
Aunque no es una cámara pensada para vlogging, el hecho de que alcance resolución 6K RAW y que tenga una pantalla de 3,2 pulgadas de ángulo variable que se pueda reclinar hacia adelante implica que esta cámara es también todo un monstruo en el apartado de la producción de vídeo. Cualquier usuario que necesite realizar un trabajo videográfico con esta Canon EOS R3 no tendrá problema alguno. Además, la estabilización es brutal, incluso cuando hacemos ráfagas que mantienen las sucesiones de fotos estables en todo momento.
Con esta cámara, Canon no busca superar en detalle a una Sony A1, ya que esta cuenta con más del doble de megapíxeles, sino postular su EOS R3 como una de las cámaras más rápidas del mercado, a la altura de lo visto en las Canon 1-D X réflex. Y podemos decir sin lugar a duda que esta EOS R3 ha establecido un nuevo estándar en el mercado de la fotografía deportiva, que obligará a otros a mover ficha.
No podíamos dejar pasar la tecnología de control de ojos del visor. Esta tecnología permitirá reconocer nuestros ojos mediante el visor y seleccionar puntos de enfoque en base a nuestra mirada. Básicamente, el visor reconocerá al punto al que estamos viendo y establecerá un punto en la escena. Si enfocamos con el disparador, la cámara enfocará en dicho elemento.
Y aunque parezca futurista, no lo es. Esta es una novedad introducida en 1992, con la Canon EOS A2E o también conocida como la Canon OES 5 y fue la primera cámara SLR de la firma en incorporar esta tecnología. Una tecnología que ahora ha vuelto con la EOS R3, evidentemente refinada gracias a los avances tecnológicos. Y aunque este modo nos ha gustado, creemos que aún tiene cierto recorrido que superar.
Un servidor usa gafas, y la cámara te pide realizar una serie de calibraciones guardando estos ajustes en distintos perfiles para mejorar la detección por si estamos viendo el visor con gafas, de forma vertical o en otras condiciones. Aunque una vez calibrada la detección es ciertamente precisa, este sistema flaquea si por ejemplo estamos viendo muchos elementos distintos en la escena como varios animales o varias personas.
Es un apoyo útil, por supuesto. Pero quizás no es un sistema lo suficientemente refinado, a día de hoy, para confiar en él a la hora de realizar ciertos trabajos fotográficos muy específicos. Afortunadamente se puede desactivar sin problema y es un añadido que no resta, ya que en todo momento tendremos control sobre los elementos enfocados.
Finalmente, pasamos a la batería, una batería de iones de litio recargable LPE-19. Una batería que usa un sistema de 'llave' en la parte del grip inferior y que, según Canon, se traduce en 860 disparos con LCD a 23 grados Celsius y en 620 disparos con el visor a 23 grados celsius. Una cantidad que hemos superado, demostrando que la autonomía también es otro punto en el que Canon ha hecho los deberes, ya que hemos conseguido rozar las 940 fotos con LCD y las 780 fotos con visor.
¿Me la compro?
La Canon EOS R3 juega en una liga diferente a su competencia. No así en precio, ya que tiene un precio acorde con el sector al que está dedicada. Solo el cuerpo vale 6.439 euros. Todo ello sin sumar los precios de las lentes usadas, que pueden hacer que el conjunto completo supere con creces los 10.000 euros. Sin embargo, recordemos que la EOS 1-D X Mark III de Canon, una cámara algo más antigua cuesta 7.419 euros.
Si bien es cierto que Canon aún tiene mucho margen para sorprendernos con su gama R. Los profesionales acostumbrados a cámaras de este estilo (sobre todo a las cámaras 1-D X de Canon) verán en esta EOS R3 un dispositivo fiable y que se ajusta a todas sus necesidades, ya que suplirá con creces las necesidades fotográficas de cualquier fotógrafo, por exigente que sea.
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