Macron 0-Meloni 2: la derecha radical supera a los liberales en la UE y Roma pide más poder
Los líderes europeos deben pactar la nueva cúpula comunitaria el 27 y 28 de junio: Von der Leyen, Costa y Kallas se mantienen como favoritos indiscutibles.
23 junio, 2024 02:18En la mayoría de las fotografías tomadas en la cena informal de líderes europeos celebrada el pasado lunes, Giorgia Meloni aparece entre enfurruñada, atónita y furiosa. Una imagen que contrasta con las sonrisas que prodigaba en la cumbre del G7 Bari celebrada en Bari durante el fin de semana anterior. En cuestión de horas, la primera ministra italiana había pasado de ser la anfitriona protagonista a una actriz secundaria aislada y condenada a esperar a que los personajes principales entren en escena.
En el reparto de los altos cargos de la UE, la voz cantante la llevaron los negociadores de las tres grandes familias políticas que configuran la 'gran coalición'. Donald Tusk y Kyriakos Mitsotakis hablaban en nombre del Partido Popular Europeo, Olaf Scholz y Pedro Sánchez representan a los socialistas y Emmanuel Macron y Mark Rutte son los portavoces liberales.
Los seis celebraron una reunión restringida previa mientras el resto de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos Meloni, aguardaban en la gran sala del edificio Justus Lipsius de Bruselas. "Si quiere contar, debe decidir con quién está", era el mensaje de Macron y Scholz a la primera ministra italiana. Meloni milita en el grupo de derecha radical de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), donde está también Vox o los polacos de Ley y Justicia. Una de sus pocas reuniones fue con el también ultra Viktor Orbán.
[Los 27 fracasan en su primer intento de elegir a los nuevos altos cargos: el PPE pide más poder]
Al final, los negociadores de la gran coalición fracasaron en su intento de pactar la nueva cúpula de la UE para el periodo 2024-2029. El PPE reclama más poder escudándose en su clara victoria en las elecciones del 9-J, pero los socialistas se niegan.
La decisión final se ha aplazado a la cumbre del 27 y 28 de junio. La quiniela de favoritos no ha cambiado: Ursula von der Leyen repetirá como presidenta de la Comisión; el exprimer ministro portugués, António Costa, será el nuevo jefe del Consejo Europeo; mientras que la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, sustituirá a Josep Borrell como jefa de la diplomacia europea.
Un reparto que no contenta en absoluto a Meloni, que ahora reclama más poder para Italia y también para su familia política. "Queremos obtener una vicepresidencia de la Comisión Europea, una comisaria fuerte y una buena política europea a favor de la industria y de la agricultura", ha dicho este sábado el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani.
"Hubo un problema con la coreografía de la cumbre. La reunión de los negociadores de la gran coalición se prolongó más de lo previsto y provocó la desagradable situación de que durante una hora y media algunos líderes estaban en la habitación y otros no, lo que creó una impresión extraña", relata un diplomático europeo.
"Está claro que la primera ministra italiana es importante y debe formar parte del acuerdo. Pero ella no habla en nombre de su familia política, porque los polacos de Ley y Justicia ya han dejado claro que no apoyarán a Von der Leyen. Ella es la líder de Hermanos de Italia y la primera ministra italiana. Es una situación que no todo el mundo ha entendido correctamente y que ha llevado a sentimientos negativos", explica.
Meloni ha visto reforzada su posición durante la semana pasada porque los Conservadores y Reformistas Europeos han superado en número de escaños en la Eurocámara a los liberales de Renew, el grupo apadrinado por Macron. Se sitúan así como la tercera familia política del Parlamento, sólo superada por el PPE Y los socialistas.
Según el último recuento, ECR cuenta ya a 83 miembros tras sumar a Marion Maréchal, la sobrina de Marine Le Pen, y otros tres disidentes de partido francés Reconquista; a 5 diputados de la Alianza para la Unión de los Rumanos; así como a un representante de Dinamarca, otro de Bulgaria y otro de Lituania.
En contraste, los liberales de Renew han caído hasta 74 escaños. El mayor golpe ha sido la salida de los 7 eurodiputados del partido ANO, dirigido por ex primer ministro checo Andrej Babis. "Fuimos a las elecciones europeas diciendo que lucharíamos contra la inmigración ilegal, que queríamos derogar la prohibición de los motores de combustión y cambiar fundamentalmente el Pacto Verde. Por encima de todo, queremos que la República Checa siga siendo un país soberano. Las negociaciones hasta ahora han demostrado que esto no será posible en Renew, por lo que hemos decidido abandonarlo", argumenta Babis.
"La salida de Ano de Renew es un divorcio que debería haberse hecho hace mucho tiempo. Ano ha escogido una senda populista que es incompatible con nuestros valores y nuestra identidad", ha respondido la líder del grupo y cabeza de lista de Macron para las europeas, Válerie Hayer.
El segundo revés para los liberales ha sido la negativa del partido paneuropeo Volt a sumar a sus filas a sus cinco eurodiputados: se irán al grupo de los Verdes. "Lo que realmente marca la diferencia para nosotros es que los Verdes son más creíbles en lo que respecta a la lucha contra los populistas de derecha", alegan en Volt.
Y es que Hayer habían amenazado con expulsar de sus filas al VVD de Mark Rutte por haber aceptado entrar en el Gobierno de coalición holandés liderado por el partido del ultra Geert Wilders. Una amenaza que al final se ha quedado en nada. En su lugar, Renew enviará una misión de observadores a Países Bajos para verificar si el partido está cruzando alguna línea roja en términos de los principios y valores liberales.
Frente a la contundente victoria de Meloni en Italia y el ascenso de su familia política, Macron ha quedado debilitado tanto en París como en Bruselas por su derrota a manos de Marine Le Pen y su decisión de convocar legislativas, para las que los sondeos relegan a su partido a la tercera posición.
En todo caso, la 'gran coalición' todavía suma 399 escaños de los 720 de la Eurocámara. Es decir, Ursula von der Leyen podría en principio alcanzar la mayoría absoluta de 361 diputados que necesita para ser ratificada (aunque de forma muy justa una vez descontadas las defecciones).
Meloni se enfrenta ahora al dilema de sumarse a la gran coalición (y aportar 24 escaños extra) o bien decantarse definitivamente por formar un gran grupo de ultraderecha, lo que supondría en principio votar contra la alemana y dejar en el alambre su confirmación en la Eurocámara.
Sin embargo, el eterno objetivo de crear este supergrupo de derecha radical parece que tampoco se alcanzará esta legislatura. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya ha anunciado que no integrará a los 10 diputados de Fidesz en los Conservadores y Reformistas Europeos. "La Alianza para la Unión de los Rumanos, conocida por su extrema posición antihúngara, se ha sumado al grupo ECR. Fidesz nunca compartirá facción con un partido así en el Parlamento Europeo. Esto es innegociable", asegura el partido de Orbán.