El enfado por los F-16 y la amenaza nuclear: crónica de la reunión más urgente entre Sánchez y Zelenski
Ambos mandatarios exhibieron la buena sintonía que les une en el encuentro que mantuvieron este sábado en Kiev, pero el presidente Ucraniano no anduvo con rodeos a la hora exponer sus demandas
2 julio, 2023 03:42Con 40 minutos de retraso, Pedro Sánchez y Volodímir Zelenski hacían su entrada en la sala de prensa del Palacio de Quimeras de Kiev –una sala demasiado pequeña para la cantidad de periodistas, fotógrafos y cámaras que estábamos esperando–, tras el encuentro a puerta cerrada entre las delegaciones española y ucraniana.
Entraban dispuestos a escenificar el apoyo que Europa sigue brindando a Ucrania. Un apoyo sin fisuras que, dijo Zelenski, "alentaba a sus combatientes en el frente" en un momento tan delicado como éste –en el que la contraofensiva no avanza tan rápido como todos esperaban–.
En el rostro del presidente ucraniano se reflejaba la preocupación, y probablemente el cansancio provocado por el vertiginoso ritmo de entrevistas con líderes internacionales, mecenas y hasta directores de la CIA que han pasado por Kiev durante los últimos días.
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Sánchez, por su parte, estaba exultante estrenando su mandato al frente de la Unión Europea: sonriente y portando un traje sin corbata que le otorgaba un aspecto más juvenil, traía bien preparada la lista con el desglose de las ayudas que Europa le ha entregado a Ucrania hasta la fecha. Dejó para el final el anuncio de 50.000 millones de euros de los fondos europeos, que se van a inyectar a lo largo de los próximos 4 años, además de los compromisos de cada país a nivel particular.
En el caso de España, estos compromisos incluyen 55 millones de euros para la reconstrucción, 4 carros de combate Leopard que faltaban por entregar –sumando así un total de 10–, más vehículos blindados y un hospital de campaña con capacidad quirúrgica, además de la formación de 10 médicos ucranianos para su manejo.
Y aunque la asistencia sanitaria cerca de los durísimos frentes de combate ucranianos nunca es suficiente, Zelenski no se mostró muy impresionado con el hospital de campaña, y aprovechó su turno de palabra para pedir –una vez más– los F-16 que necesita para remontar su contraofensiva.
"Acordamos y confirmamos con una serie de países que empezarían a adiestrar a los pilotos ucranianos, pero aún no hay un calendario para las misiones de entrenamiento. Creo que algunos socios están retrasando esto", dijo el presidente de Ucrania en un momento de su comparecencia en el que le cambió incluso el tono de voz, mostrando una mezcla de enfado y frustración.
Una amenaza real
Zelenski arrancaba su intervención asegurando que sin libertad en Ucrania, tampoco la habrá en el resto de Europa. Cogía al toro por los cuernos nada más salir a la arena y, aunque hizo una breve pausa para agradecer a España la ayuda recibida desde que comenzó la invasión rusa, también tenía bien preparada su lista de demandas: la adhesión a la Unión Europea, recibir artillería y aviación lo antes posible y su pertenencia a la OTAN garantizada "cuando acabe la guerra".
Y para demostrar lo acuciante de sus peticiones, no dudo en alertar ante la posibilidad real de un ataque ruso en la central nuclear de Zaporiyia –la más grade de Europa–. En este sentido, el presidente ucraniano aseguró no entender por qué no se han decretado sanciones que obliguen a la empresa rusa Rosatom –la mayor empresa nuclear del Kremlin– a devolver el control de la central al organismo de la energía atómica ucraniana.
Iba un paso más allá al explicar que este proceso se debía hacer con garantías internacionales porque, según la Inteligencia ucraniana, Rusia podría aprovechar para volar la central nuclear si ve obligada a abandonarla, y "culpar después a Ucrania como sucedió con la presa de Nova Kajovka".
"Nuestra unión tiene que ser más fuerte que la dictadura rusa", aseguró Zelenski, para volver a centrarse en la necesidad de que Ucrania pertenezca a la UE y España les facilite el proceso desde la presidencia de Sánchez.
Pidió el apoyo de España, también, para la próxima cumbre de Vilnius: "Necesitamos una señal muy clara y comprensible de que Ucrania puede y tiene el derecho de convertirse en un miembro igualitario de la OTAN después de la guerra"
Crimea de vuelta
Llegado el turno de preguntas, la nutrida delegación de periodistas españoles que estábamos presentes acordamos preguntar al presidente español si se veía capaz de mediar entre Ucrania y América Latina para dar la vuelta a la peligrosa –y creciente tendencia– que justifica la invasión rusa por estas latitudes.
Sin embargo, Sánchez restó importancia a este hecho –a pesar de que presidentes como Lula da Silva se hayan posicionado públicamente en este sentido–, y dijo estar seguro de que al otro lado del Atlántico todos condenaban la invasión y los crímenes de guerra rusos.
Tal vez desconociendo hasta qué punto ha calado la propaganda rusa en países de América Latina, como Brasil, Venezuela, y cada vez más Argentina y México, Pedro Sánchez no se mostró preocupado por estas campañas de apoyo a Rusia –que han saltado de la esfera online y las redes sociales, a los parlamentos de algunos países–, y concluyó reiterando el apoyo al proceso de paz de Ucrania.
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Zelenski fue preguntado, en este último tramo de la comparecencia, por la posibilidad de aceptar como válidas las fronteras previas a la invasión lanzada por Rusia el 24 de febrero de 2022. Rotundo, el presidente ucraniano respondió que no: "sólo aceptaremos las fronteras que contempla el Derecho Internacional".
Estas fronteras incluyen la península de Crimea como parte legítima del territorio ucraniano, ya que la ONU no ha reconocido hasta el momento su anexión a la Federación Rusa. De ser cierto que Ucrania está dispuesta a llegar hasta Crimea, tal vez la guerra no haya hecho más que empezar.
Buena sintonía, pero pocos titulares
Sánchez, que llegó a la capital ucraniana en tren desde Polonia –igual que en las dos visitas anteriores– fue recibido por Zelenski a los pies de la escalinata del Palacio de Quimeras, donde se fundieron en un sentido abrazo antes de comenzar su reunión.
La cordialidad y la cercanía marcaron el tono del encuentro en todo momento, y prueba de ello fue que durante la comparecencia conjunta ante la prensa, el mandatario ucraniano se dirigió al presidente español por su nombre de pila, "Pedro", un detalle que no pasó desapercibido para los presentes.
Tras un almuerzo privado, el encuentro oficial concluía por la tarde en el Hospital del Servicio de Fronteras del Ministerio de Interior de Ucrania. Allí tampoco pudimos acceder los periodistas, a quienes nos resultó algo escaso el poco tiempo durante el cual pudimos observar las reacciones de los dos líderes que tienen entre manos el asunto de la paz en Europa en estos momentos.