Mediaset para Pier Silvio y Marina y Marta al frente de Forza Italia: el reparto del imperio Berlusconi

Mediaset para Pier Silvio y Marina y Marta al frente de Forza Italia: el reparto del imperio Berlusconi Arte EE / Gtres, EP, Reuters

Europa

Marina y Marta al frente de Forza Italia y Pier Silvio en Mediaset: así se reparte el imperio de Berlusconi

La muerte de Berlusconi deja la incógnita sobre quién heredará todo su imperio y qué pasará con Forza Italia, el partido que fundó hace 30 años.

13 junio, 2023 03:15
Roma

La muerte de Silvio Berlusconi a los 86 años a causa de una leucemia que sufría desde hace años ha dejado huérfano a buena parte del electorado conservador y liberal en el país transalpino, al que no termina de convencer ni la derecha 'ultra' de Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni, ni mucho menos la nueva Liga de Matteo Salvini, histórico socio en los Gobiernos encabezados por el ex 'Cavaliere', cuando a liderar la formación que soñaba entonces con la independencia del norte del país era Umberto Bossi. La desaparición de quien fuera tres veces primer ministro abre ahora una incógnita sobre el futuro de su partido, pero también sobre el reparto entre sus herederos de una inmensa fortuna valorada en casi 7.000 millones de euros.

Hace exactamente 30 años, Berlusconi fundó Forza Italia, un partido de centroderecha integrado en el PP Europeo, que en realidad funcionó siempre como una pieza más del conglomerado empresarial del magnate. Una formación política personalista que irrumpió como un 'tsunami' entre los partidos tradicionales italianos, envueltos en un escándalo de corrupción que se llevó por delante a sus históricos líderes.

Con Forza Italia, Berlusconi ganó por primera vez las elecciones en 1994 dando inicio a una controvertida carrera política salpicada por numerosos escándalos judiciales y sexuales, donde la confusión entre la vida pública y la privada fue siempre la regla, no la excepción. Sin embargo, el tres veces primer ministro nunca nombró a un sucesor. “Más que delfines, tengo sardinas”, solía decir cuando le cuestionaban sobre su heredero político. Algunos, como el politólogo italiano Giovanni Orsina, autor de 'El berlusconismo en la Historia de Italia' (Venice, 2013) es aún más explícito: “El cementerio está lleno de aspirantes a sucesor de Berlusconi”.

Antonio Tajani ha sido en los últimos años su brazo derecho. El expresidente del Parlamento Europeo es ministro de Exteriores y vicepresidente en el Gobierno de coalición que encabeza Giorgia Meloni, pero ni siquiera dentro de Forza Italia se atreven a cerrar filas a su alrededor. En cambio, todos los focos están puestos ahora sobre Marta Fascina, la diputada de 33 años con quien Berlusconi celebró una boda simbólica en 2022 a la que no por casualidad sólo asistió Marina, la mayor de los cinco hijos del magnate.

Marta Fascina es prácticamente una desconocida para los italianos. Apenas se conoce su voz ni su currículum antes de que se cruzara con el político mientras trabajaba en el gabinete de prensa del AC Milán, el equipo de fútbol propiedad de Berlusconi durante más de tres décadas. Pero en sólo tres años de relación, la joven napolitana ha conseguido ganarse la confianza de la primogénita y afianzar su influencia dentro de la formación.

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Durante las negociaciones en octubre del año pasado tras la victoria de la coalición de derechas que convirtió a Meloni en primera ministra, fueron Marta Fascina y Marina Berlusconi quienes lograron 'in extremis' llegar a un acuerdo con la líder de Hermanos de Italia para poner fin a una crisis que a punto estuvo de hacer saltar el gobierno antes de nacer. Y sólo unos meses más tarde, fue también ella quien promovió el relevo de la dirección del partido, acabando con las aspiraciones de algunos miembros históricos como Licia Ronzulli, durante años la mujer más poderosa del círculo estrecho del ex 'Cavaliere'.

Un asalto al poder que habría sido imposible sin la complicidad de sus hijos, especialmente de Marina y Pier Silvio, hijos de Berlusconi y su primera mujer, Carla Dall'Oglio. Los dos están muy bien colocados en las empresas del padre. La primogénita (56) es presidenta del grupo editorial Mondadori y de Fininvest, el holding empresarial que controla, entre otros, la Banca Mediolanum o el Grupo Mediaset, del cual es vicepresidente y administrador delegado su hermano Pier Silvio (53).

Tras la separación de su primera mujer, Berlusconi se casó con Verónica Lario, por entonces una desconocida actriz de teatro con la que mantuvo una dura batalla legal tras su divorcio en 2009. De esta unión nacieron otros tres hijos: Bárbara (39), Eleonora (37) y Luigi (35). Los tres últimos vástagos no ocupan puestos ejecutivos, pero sí forman parte del consejo de administración de Fininvest --la caja fuerte de la familia, que en 2021 declaró un beneficio de 360 millones de euros--, además de controlar una cuota idéntica a sus dos hermanos mayores, que equivale al 7,65% del accionariado.

Si el futuro del partido es aún incierto, todo apunta a que el magnate dejó bien cerrado su legado empresarial para evitar desequilibrios futuros, y es más que probable que Marina y Pier Silvio se mantengan al frente de las empresas del padre.

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La política, el fútbol y las mujeres fueron las tres grandes pasiones de Silvio Berlusconi, pero no necesariamente por ese orden. En 2017 vendió el AC Milan a un grupo de inversores chinos por 740 millones de euros, después de que el equipo acumulara más de 200 millones de deudas. Un drama para un amante del fútbol como él, al que trató de remediar un año después adquiriendo el equipo local de Monza, la ciudad a las puertas de Milán donde residía.

Berlusconi gastó tres millones de euros para comprar el club lombardo cuando estaba en la tercera división y lo llevó a rozar los puestos europeos en la última temporada gracias a una inversión de casi 200 millones de euros... y a sus dotes como motivador. “Ahora llegarán Juventus, Milan, Inter. Si ganáis a uno de estos grandes equipos, prometo que os llevaré a los vestuarios un autobús lleno de putas”, lanzó a sus jugadores en la última cena de Navidad.

Aún es pronto para conocer el futuro del Monza, que está controlada también por Fininvest, pero nadie en Italia descarta que Alessandro Galliani, uno de sus más íntimos amigos y administrador delegado del AC Milan durante más de 30 años, continúe al frente de la sociedad deportiva junto a Paolo Berlusconi, hermano del magnate y presidente honorario.