Biden reabre los canales de comunicación con Rusia mientras cae el apoyo público a Ucrania en EEUU
El encuentro entre Blinken y Lavrov sugiere que Washington, a pesar de condenar la guerra, espera seguir hablando con Moscú en otras cuestiones como el acuerdo nuclear.
3 marzo, 2023 02:52Breve e inesperado. El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, y el de Rusia, Sergéi Lavrov, se vieron las caras el jueves por primera vez desde la invasión rusa de Ucrania en un encuentro de apenas diez minutos que no estaba programado y que tuvo lugar al margen de la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores del G20, celebrada en Nueva Deli, India.
Esta extraña reunión, que Blinken aseguró dos días antes que no se daría, sugiere que la Administración Biden está dispuesta a mantener abiertos -o a reabrir- los canales de comunicación con el Kremlin, a pesar del constante aumento de las tensiones entre ambos países que ha marcado los últimos meses. Y no sólo por sus posturas totalmente antagónicas respecto a la guerra -Moscú sigue insistiendo en que es una "operación militar especial" justificada y Washington continúa armando al ejército ucraniano y exigiendo el fin de la agresión-, sino porque las relaciones bilaterales en otros ámbitos también están en su peor momento.
Recientemente, por ejemplo, el presidente ruso, Vladímir Putin, congeló unilateralmente el New START, el único tratado sobre el control y la reducción de armas atómicas existente entre las que son las dos mayores potencias nucleares. Una decisión que hace temer una nueva carrera armamentística similar a la de la Guerra Fría. La vuelta de Moscú al acuerdo fue precisamente uno de los puntos que trataron ambos ministros en la corta conversación que, de acuerdo con la agencia de noticias rusa Interfax, fue solicitada por EEUU.
"Le dije que no importa qué más suceda en el mundo o en nuestra relación, Estados Unidos siempre estará listo para comprometerse y actuar en el control de armas estratégicas, tal como lo hicieron Estados Unidos y la Unión Soviética incluso al principio del apogeo de la Guerra Fría", explicó Blinken en una rueda de prensa posterior. No obstante, parece que "no hubo ningún tipo de negociación" entre Blinken y Lavrov ni sobre el fin de la guerra ni sobre el tratado nuclear, de acuerdo con la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova.
[Rusia y EEUU: ¿regreso a la Guerra Fría o estrategia?]
Cae el apoyo en EEUU
El cara a cara entre Lavrov y Blinken se produce en un momento en el que Occidente ha aumentado la presión sobre Rusia para que ponga fin a la guerra. Pero también, justo cuando la inversión estadounidense en Ucrania comienza a pasar factura. Si bien Joe Biden prometió seguir apoyando al pueblo ucraniano "el tiempo que hiciese falta" e hizo un viaje sorpresa a Kiev la semana pasada para demostrar su solidaridad en el primer aniversario de la guerra, lo cierto es que los estadounidenses empiezan a dar signos de agotamiento.
Según dos encuestas de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, el apoyo público a la ayuda a Ucrania ha caído del 60% en mayo pasado al 48% ahora. Asimismo, la cantidad de ciudadanos que creen que EEUU le ha dado demasiado al ejército de Zelenski aumentó hasta el 26% en febrero con respecto al 7% registrado el año pasado, de acuerdo con el Pew Research Center.
[Putin escenifica su soledad con un discurso vacío, paranoico y sin capacidad alguna de reacción]
El escepticismo sobre la asistencia a Ucrania no sólo ha aumentado en las calles: también se ha instalado en el Congreso de Estados Unidos. Esta misma semana, dos comités republicanos de la Cámara de Representantes interrogaron a altos funcionarios del Pentágono sobre los miles de millones de dólares en ayuda militar entregada a Kiev, según recoge el New York Times.
Estas audiencias, lejos de ser una exhibición de músculo de la formación conservadora que controla ahora el Legislativo, han aumentado las dudas sobre si la Administración Biden podría obtener el visto bueno del Congreso de cara a más paquetes de ayuda o a aprobar fondos para reponer sus propias reservas armamentísticas.