Chile vuelve a la casilla de salida: los 4 escenarios que se abren tras el rechazo a la nueva Constitución
El Gobierno podría convocar una nueva Convención, crear un comité de expertos o reformar parcialmente el texto de 1980.
6 septiembre, 2022 02:55Los chilenos quieren una nueva Constitución que deje atrás la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet y que data de 1980. Pero no les sirve una cualquiera.
Si hace casi tres años el inicio de un proceso constituyente fue ampliamente aceptado por la población -un 78% votó a favor de un cambio de Constitución tras el estallido social de octubre de 2019-, este domingo, el 62% de los ciudadanos chilenos, convocados obligatoriamente a las urnas, rechazaron el texto propuesto por una Convención paritaria y elegida ex profeso para la tarea.
Así, los votantes dijeron un rotundo 'no' a la nueva Carta Magna, escrita de cero y que ambicionaba ser "la más progresista e inclusiva del planeta". Sin embargo, los resultados del histórico plebiscito no deben ni pueden interpretarse como una ratificación del texto constitucional que permanece vigente.
Porque puede que haya triunfado el "rechazo", pero los 19 millones de habitantes del país siguen queriendo una nueva carta fundamental que transforme la sociedad y recoja más derechos humanos que la anterior. Aunque no de manera tan drástica como la propuesta que descartaron este domingo.
Tras los comicios, Chile está lejos de quedarse como estaba. Sólo a nivel político, el presidente del país, Gabriel Boric, se ha visto perjudicado por los resultados, ya que apostó por la carta del "apruebo" frente al del "rechazo" desde el principio.
[Editorial | No es un 'sí' a Pinochet, sino un 'no' al populismo]
Ahora, en un país profundamente dividido y con su popularidad cayendo en picado, el Gobierno de Boric se ve obligado a buscar el consenso con la oposición para liderar un nuevo proceso constituyente.
No hay un Plan B definido, pero en el corto plazo se abren varios escenarios posibles que podrían culminar, en el mejor de los casos, en una Constitución apoyada por los ciudadanos.
Asamblea vs. Expertos
El viernes, tres días antes del plebiscito, Boric anunció en Chilevisión que si ganaba el rechazo, trataría de convocar una votación para que los ciudadanos eligiesen a los miembros de una Convención 2.0, encargada de elaborar otro proyecto.
Sin embargo, para ello el mandatario chileno tendría que contar con el visto bueno del Congreso, uno de los más fragmentados de la historia.
Desde las pasadas elecciones generales, progresistas y conservadores se reparten la cámara aunque sin grupos concretos hegemónicos. Una fractura que se ha visto ratificada en el plebiscito del domingo, donde la derecha y parte de la centroizquierda han encabezado la campaña para impugnar la nueva Constitución.
A esa dificultad se le añade la posibilidad de que el electorado se agote con un nuevo proceso constituyente que, de llevarse a cabo, duraría como mínimo, un año y medio, entre la elección de la nueva asamblea y la redacción del texto.
De ahí que otra de las fórmulas que está sobre la mesa y que se ha debatido en los principales medios de comunicación en las últimas semanas, es la de crear un comité de expertos formado por figuras del ámbito político y académico. De esta manera, no haría falta elegir a través de las urnas una Convención que intentase cumplir con las expectativas de los ciudadanos chilenos... otra vez.
Reforma parcial… o no
El problema es que la mayoría de los partidos que han defendido el rechazo -y que abarcan un amplio espectro político- no han aportado alternativas ni comunes ni por separado sobre cómo continuar el proceso.
"En los próximos meses habrá un momento inicial de inestabilidad institucional ya que, si bien hay un acuerdo de que la Constitución debe cambiar, aún no está definido el mecanismo", sostiene el analista político y profesor de la Universidad Estatal de O'Higgins (UOH) Juan Pablo Araya, a la agencia EFE.
Quienes sí han ofrecido su opinión son los ultraderechistas del Partido Republicano, que no quieren una nueva Constitución y apuestan por reformar parcialmente la norma vigente, modificada en numerosas ocasiones durante la democracia.
En este sentido, hace tres semanas el Congreso aprobó una norma que facilitaría ese camino ya que reduce el quórum de 2/3 a 4/7 para poder hacer reformas a la Carta Magna actual.
Otra de las fórmulas que se baraja es que se retrase el proceso. Sobre todo porque, con una inflación disparada al 13% y una recesión económica en el horizonte, las prioridades del presidente Boric, que convirtió la Constitución en una bandera política que le llevó hasta el Palacio de la Moneda, podrían cambiar radicalmente.