La junta militar de Mali destituye al Gobierno tras las críticas del primer ministro al retraso de las elecciones
- Maïga criticó que los militares en el poder desde 2020 pospusieran "unilateralmente"el fin de la transición y la celebración de comicios en el país.
- Más información: El Gobierno de Mali secuestra al CEO de una empresa occidental y ahora la compañía se prepara para pagar el rescate del siglo
El líder de la junta militar en el poder en Mali, el general Assimi Goita, decretó este miércoles la destitución de todo el Gobierno tras las críticas del primer ministro, Chogel Maïga, al retraso sin fecha de la celebración de elecciones en el país.
El decreto, leído en el telediario de la televisión pública maliense, "pone fin a las funciones del primer ministro y de los miembros del Gobierno", anulando el nombramiento en junio de 2021 del Ejecutivo actual.
La decisión se produce después de que este fin de semana Maïga criticara que el pasado marzo la junta militar, en el poder desde 2020, pospusiera "unilateralmente", sin debate en el Gobierno y "sine die", el fin de la transición y la celebración de elecciones en el país.
Maïga, que fue nombrado en 2021 primer ministro por el propio Goita, recordó que la junta militar fijó en marzo de 2022 un plazo para concluir la transición a la democracia de dos años, fecha que se alcanzó el pasado marzo pero que fue pospuesta sin un nuevo horizonte y alegando motivos "técnicos".
"Fue pospuesto sine die, unilateralmente, sin debate en el seno del Gobierno", afirmó Maïga, que criticó que hoy en día en Mali "no hay debate sobre el tema" y él mismo se limita "a contentarse con rumores de la prensa".
"El Gobierno no tiene información sobre el programa o plan de acción de la AIGE (Autoridad Independiente de Gestión Electoral)", denunció, a lo que añadió que "es hora de que el pueblo maliense sepa qué esperar".
"Todo está sucediendo en total opacidad -añadió Maïga-, sin el conocimiento del primer ministro; tengo el coraje y la honestidad intelectual de reconocerlo mientras lo deploro profundamente".
Sus palabras desencadenaron críticas por parte de las organizaciones malienses que apoyan a la junta en el poder, que pedían su destitución.
Tras el vencimiento del último plazo de dos años fijado por la propia junta militar para culminar la transición a la democracia, el gobierno maliense decretó la suspensión de las actividades de los partidos políticos y las actividades políticas de las asociaciones, alegando razones de "orden público".
La junta en el poder ha roto relaciones con Francia -antigua potencia colonial-, ha echado del país a las misiones internacionales francesa y de la ONU, y se ha acercado a Rusia y a las vecinas juntas militares en el poder en Níger y Burkina Faso, todo ello en un contexto de grave crisis de seguridad y económica.
Mali sufre ataques terroristas crecientes perpetrados por grupos leales a Al Qaeda y al Estado Islámico, y desde hace meses tiene otro conflicto abierto con los independentistas del norte del país (Azawad), que declararon la guerra a la junta tras diez años de paz.