
La depresión y el ciclo menstrual pueden llegar a influir en el estado de ánimo de las mujeres. iStock
Cómo afecta el ciclo menstrual a las mujeres con depresión
¿Realmente influye la menstruación en tener síntomas depresivos? Hablamos con dos expertos que nos dan todas las claves para conocer la relación.
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El ciclo menstrual es un proceso biológico complejo, regido por fluctuaciones hormonales que inciden de manera significativa en el estado de ánimo y el bienestar general. En un momento en el que la salud mental de las mujeres cada día se encuentra más en el centro del debate, la relación entre estos cambios y la aparición o intensificación de síntomas depresivos ha sido objeto de creciente interés.
Para profundizar en los entresijos de la relación existente entre la menstruación y la depresión, Magas ha querido conocer la explicación de dos expertos en la materia: el doctor Rodrigo Orozco, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia, y Chary Vázquez, psicóloga del equipo de Ginecología de la Unidad de Apoyo Emocional de la Mujer, ambos del Hospital Quirónsalud Málaga.
El ciclo menstrual es, según el doctor Orozco, "un proceso complejo regulado por distintas hormonas, principalmente estrógenos y progesterona, que fluctúan a lo largo del mes". Durante la fase inicial del ciclo, los estrógenos se elevan progresivamente hasta alcanzar un pico durante la ovulación —usualmente entre los días 12 y 14—, momento en el que se favorece el desarrollo del endometrio y la liberación del óvulo.
Posteriormente, "tras la ovulación, la progesterona toma el relevo para preparar el útero ante una posible gestación; y si no hay embarazo, ambas hormonas caen abruptamente, desencadenando la menstruación", explica doctor Orozco.
Estas variaciones no son solo cruciales para la reproducción, sino que también tienen un impacto significativo en el estado de ánimo, el sueño y los niveles de energía, elementos fundamentales para el bienestar diario.
Voces desde la ginecología
El jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Málaga enfatiza la importancia de identificar y controlar estos cambios hormonales en aquellas mujeres que experimentan "síntomas intensos". En su opinión, "el pico más significativo ocurre alrededor de la ovulación, cuando los niveles de estrógenos alcanzan su punto máximo, pero existe un segundo pico, algo menos pronunciado, de progesterona en la fase lútea media".
Estas fluctuaciones pueden incidir directamente en la estabilidad emocional, generando desde leves molestias hasta cuadros clínicos como el síndrome premenstrual (SPM) y, en casos más severos, el trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
Asimismo, el especialista advierte que durante etapas críticas, como la adolescencia y la perimenopausia, los cambios hormonales pueden intensificarse, haciendo más notoria la conexión entre el ciclo y las alteraciones del estado de ánimo.
El rostro de la depresión
Por su parte, la psicóloga Chary Vázquez profundiza en el impacto que estos cambios hormonales pueden tener en la salud mental. "La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta a millones de personas y se define, según el manual de trastornos mentales DSM-5 (por sus siglas en inglés), por síntomas como la tristeza persistente, la pérdida de interés en actividades y alteraciones en el sueño y el apetito", señala Vázquez.
Resalta también la problemática de la "depresión silenciosa", aquella en la que los síntomas se presentan de forma gradual y enmascarada, dificultando su detección. "En muchos casos, las mujeres pueden no reconocer lo que les está pasando, ya que los síntomas —falta de energía, anhedonia, aislamiento social y cambios de humor intenso— se presentan de forma sutil hasta que se agravan", agrega.
En el contexto del ciclo menstrual, Vázquez asegura que "los cambios hormonales pueden intensificar los síntomas depresivos, generando un cuadro de tristeza profunda, desesperanza e irritabilidad, especialmente en la fase premenstrual".
Impacto en la vida cotidiana
La interacción entre el ciclo menstrual y la depresión trasciende lo puramente fisiológico, afectando a la vida diaria de muchas mujeres. Tanto Orozco como Vázquez coinciden en que estas fluctuaciones pueden deteriorar la capacidad de concentración, el rendimiento en el ámbito laboral y la calidad de las relaciones interpersonales.
"La productividad, en el sentido más amplio de la palabra, sí se puede ver afectada durante el ciclo menstrual", afirma el doctor Orozco, aludiendo a cómo los síntomas como la fatiga, la irritabilidad y el dolor pueden generar conflictos tanto en el entorno familiar como en el profesional. Vázquez añade: "La depresión menstrual puede tener un impacto devastador, no solo reduciendo el rendimiento laboral, sino también deteriorando la autoestima y llevando al aislamiento social".
Recomendaciones
Frente a este panorama, ambos expertos proponen una serie de medidas orientadas a mitigar los efectos negativos de estas fluctuaciones hormonales y su impacto en la salud mental:
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Atención coordinada. La sinergia entre ginecología y psicología es esencial. "La colaboración entre ambos campos nos permite regular las hormonas y atender las necesidades emocionales de cada mujer de forma personalizada", comenta Orozco.
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Seguimiento personalizado. Llevar un registro detallado del calendario menstrual y de los síntomas emocionales facilita la identificación de patrones y la aplicación de tratamientos específicos.
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Estilo de vida saludable. Adoptar hábitos saludables —como una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio— puede contribuir significativamente a la regulación hormonal y al alivio de los síntomas.
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Redes de apoyo. Mantener una comunicación abierta con familiares, amigos y profesionales es clave para evitar el aislamiento. "El soporte emocional es fundamental para que las mujeres se sientan comprendidas y respaldadas en los momentos difíciles", subraya Vázquez.
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Intervención profesional. Ante la sospecha de un cuadro depresivo, es crucial acudir tanto a un ginecólogo como a un psicólogo, ya que la terapia individualizada y, en algunos casos, el ajuste farmacológico pueden marcar la diferencia.
El diálogo entre la ciencia médica y la experiencia psicológica nos revela que el ciclo menstrual y la depresión están intrínsecamente vinculados. Las palabras de los expertos dejan claro que "reconocer y abordar esta conexión es crucial para mejorar la calidad de vida de las mujeres", especialmente en aquellos momentos en que las fluctuaciones hormonales intensifican el dolor emocional.