Isabel Viña.

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Salud y Bienestar

Isabel Viña, médico: "El atún en aceite o escabeche tiene entre ocho o diez microgramos más de mercurio que el natural"

Cuando se trata de reducir la ingesta de mercurio, es importante prestar especial atención a la elección del tipo de conserva que adquirimos.

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El mercurio es una sustancia considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los diez químicos más preocupantes para la salud pública mundial. Este metal pesado —junto a otros como el plomo, el cadmio, el cromo, el níquel y el arsénico— es capaz de reaccionar con nuestro material genético, con nuestro ADN y con nuestras proteínas, afectando a la integridad de las mismas y, por tanto, afectando a la síntesis y renovación de cualquier estructura. Especialmente, tejidos importantes como el cerebro.

Estos metales pesados llegan al cerebro, atacan la mielina —la capa encargada de recubrir y proteger los nervios—, la destruyen y hace más propenso que se dañen las neuronas, apareciendo, por tanto, enfermedades neurológicas como demencias o alteraciones de la salud mental. A pesar de su gravedad, una investigación de las ONG Bloom y Foodwatch, denunció que el 10% de las latas de atún en Europa, incluida España, tienen más mercurio del permitido.

Por este motivo, cada vez más expertos conciencian acerca de la importancia de limitar la ingesta de este metal pesado, especialmente cuando optamos por latas de pescado en conserva. Según la médico Isabel Viña, "si lo que buscamos es minimizar el consumo de mercurio, lo ideal es el atún en lata al natural", nada de aceite o escabeche.

Los desafíos del atún conservado en aceite o escabeche

Cuando se trata de reducir la ingesta de mercurio a través del consumo de pescado, es importante prestar especial atención a la elección del tipo de conserva que adquirimos. En el caso del atún en lata, optar por la presentación al natural es la alternativa más recomendable para minimizar la exposición a este metal pesado, según explica la médico y divulgadora Isabel Viña.

El mercurio es un elemento que se acumula principalmente en los tejidos grasos de los pescados. Cuando el atún se envasa en medios que contienen aceites, como el aceite de oliva virgen extra, el aceite de girasol o incluso en escabeche, se potencia esta acumulación, ya que este metal pesado se disuelve fácilmente en medios grasos, lo que facilita su transferencia desde el pescado hacia el aceite contenido en la lata.

Como consecuencia, cuando consumimos atún en estas presentaciones, ingerimos también una mayor cantidad de mercurio. De hecho, según indica la médico, se estima que el atún en aceite o en escabeche puede contener entre 8 y 10 microgramos más de mercurio por lata en comparación con el atún al natural. Esta diferencia, aunque pueda parecer pequeña, es significativa cuando se consume este producto de forma regular.

Para quienes prefieran o solo dispongan de atún en aceite en casa, la recomendación de Viña es desechar el aceite en el que viene conservado el pescado. Y, en su lugar, aderezarlo posteriormente con un aceite fresco y de calidad que se tenga en casa, como el aceite de oliva virgen extra.

De esta forma, se evita ingerir el aceite que pudo haber acumulado mercurio durante el proceso de conservación y, al mismo tiempo, se mejora el sabor y el valor nutricional del plato.

Tal y como explica la experta, el mercurio es tremendamente tóxico para el sistema nervioso central, especialmente en algunos grupos de riesgo como embarazadas, personas que piensen en quedarse, que dan el pecho, bebés lactantes y niños menores de 14 años. Estas personas deberían evitar totalmente el consumo de las especies con alto contenido en este metal pesado.

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Para los demás grupos, la ingesta simplemente tiene que ser controlada. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) ha establecido que el consumo máximo de mercurio que podemos hacer a la semana es de 1,3 microgramos por cada kilogramo que pesemos. Según Vitónica, "a la semana una persona que pesa 70 kilogramos no podrá consumir más de tres latas y media". 

Además del atún blanco, Isabel Viña recomienda prestar atención a otro tipo de pescados como el atún rojo (thunnus thynnus), atún patudo (thunnus obesus especialmente del atlántico) pez espada/emperador (Xiphias Gladius), tiburón, lucio y tintorera. "Todos los pescados que no están en esta lista, son aceptables", indica.

En el caso de que queramos seguir consumiendo estos pescados, Viña sugiere que se debería incrementar el consumo de fibra en la alimentación: "legumbres, frutos secos, semillas de linaza, chía, girasol, cereales integrales como trigo sarraceno, quinoa, centeno, verduras y frutas con piel", pueden ayudar a que nuestro hígado procese mejor todos esos metales pesados.