Incluir el caminar dentro de tu rutina de ejercicios es una sabia elección. Ayuda a desestresarnos, a activar el sistema cardiovascular, fortificar el organismo, es un gran aliado para combatir el colesterol... Y esto solo, para empezar.
Está demostrado que andar quema más grasa y calorías que otros ejercicios de mayor intensidad. Un gran motivo para ser uno de los ejercicios que más practican las personas, pero no todo vale. Es importante marcarse metas y saber cómo debemos realizar la caminata para que esta sea efectiva.
Si lo que queremos es mantenernos en forma y controlar nuestro peso, debes tener muy en cuanta el tiempo en el vas a realizar la caminata. Para que sea efectivo debemos dar al menos tres paseos diarios de entre 9 y 14 minutos para favorecer nuestra salud cardiovascular.
Así lo confirma la entrenadora profesional Michele Stanten quien considera de suma importancia establecer un objetivo concreto al salir a caminar. Esto conseguirá aumentar la motivación y conseguir mejores resultados.
Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones pero jamás caer en el sedentarismo. Saliendo a dar paseos cortos, al menos, tres veces al día, de unos 10 minutos aproximados conseguirás alcanzar tu objetivo.
Caminar para perder peso
Dar un paseo no es ir a tirar la basura y volver al sofá del que nos acabamos de levantar. Se trata de activarnos y favorecer la pérdida de grasa a través del ejercicio.
Si en caminar un kilómetro tardamos una media de entre 9 y 14 minutos estaremos alcanzando nuestro objetivo diario. No importa si tu tiempo está más próximo a los 14 o a los 9 minutos. En ese caso, divide los paseos en más y de menor tiempo para conseguir tu meta.
Lo importante es terminar con el sedentarismo y aumentar la actividad física, beneficiando de este modo a nuestro cuerpo, pero también a nuestra mente. Una vez hayamos adquirido la rutina de caminar durante una media de 10 minutos tres veces al día, es normal que vayamos aumentando el ritmo de la marcha.
Según Stanten, si a ello le añadimos algunas pautas tan sencillas como flexionar los brazos mientras caminamos, dar pasos más cortos, mantener una correcta postura e ir alterando los ritmos, de intenso a moderado y viceversa, estaremos aumentando los beneficios de la caminata.
Caminar en beneficio de la salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el sedentarismo implica estar 30 minutos al día, y menos de tres días a la semana sin realizar ningún tipo de actividad física. Una conducta propia de las sociedades más avanzadas y, sin embargo, una de las que mayor mortalidad provoca.
Caminar no solo ayuda a tener un peso saludable, sino que también repercute muy positivamente en nuestro bienestar mental y emocional. Al andar estamos liberando endorfinas, reduciendo estas el estrés, la ansiedad o los indicios de depresión.
Este completo ejercicio está repleto de otros beneficios como entre los que se incluyen:
- La salud cardiovascular se ve gratamente beneficiada al caminar. Mejora la circulación, fortalece el corazón y ayuda a combatir enfermedades como la hipertensión.
- Al caminar estamos fortaleciendo nuestro sistema óseo y muscular. Las piernas, los glúteos o el abdomen son algunas de las grandes beneficiadas de nuestro cuerpo, además de estar reduciendo el riesgo de osteoporosis.
- Caminar regularmente puede ayudar a combatir enfermedades crónicas como la diabetes de tipo 2, algunos tipos de cáncer o accidentes cerebrovasculares.
- Al liberar endorfinas mientras caminamos, mejoramos nuestra salud mental. Incluso puede aumentar la energía y la vitalidad gracias al aumento de flujo sanguíneo y la oxigenación de nuestro cuerpo durante el ejercicio.
- Caminar con regularidad ayuda a controlar nuestro peso y mantenerlo en su nivel idóneo para nuestro cuerpo. Además de quemar calorías, mejora el metabolismo.
- Muchas personas encuentran en el caminar la manera perfecta de estimular su creatividad, por lo que también resulta perfecto para alentar nuestro pensamiento y resolver nuestros problemas.