Rebeldes, curiosas, diversas y libres: así y más son las mujeres que pisan firme en la danza
A propósito de la celebración de la 37 edición de Dansa València, las coreógrafas y bailarinas Yinka Esi Graves, Meritxell Barberá y Núria Guiu, así como María José Mora, directora del evento, hablan con Magas.
18 abril, 2024 02:34En estos tiempos difíciles para el arte, existen bastiones de resistencia. Dansa València es uno de ellos, y en su 37 edición hace un despliegue de casi un igual número de montajes entre los cuales resalta una buena cantidad de piezas creadas y ejecutadas por mujeres.
"El festival es un reflejo de lo que sucede en la sociedad, y en este sentido las creaciones realizadas por mujeres han aumentado", María José Mora, directora de Dansa València hace balance de la situación de la danza.
"La mujer está ocupando más espacios de relevancia en diferentes ámbitos y este hecho da lugar a más creación femenina", analiza la gestora cultural, quien desde el 2021 está al frente de este evento impulsado por el Institut Valencià de Cultura (IVC) y que este año lleva el no menos significativo lema 'Dulce rugir'.
[8 mujeres juegan un papel clave en el relevo generacional del sector agrario en Almería]
Parte de esa realidad de las mujeres la muestran a través de sus creaciones Yinka Esi Graves con The Disappearing Act, Meritxell Barberá con Judith, así como Núria Guiu con Supermedium.
Estas bailarinas y coreógrafas hurgaron en sus inquietudes y experiencias personales desde la posición de artistas, pero sobre todo como mujeres. Magas ha conversado con estas artistas sobre sus trabajos, así como de la percepción hacia la danza en estos tiempos de grandes dificultades para el arte en general.
Mujer y afrodescendiente
Adueñarse de la invisibilidad dada por el hecho de ser mujer, y además afrodescendiente, para desde allí forjar la liberación es uno de los aspectos que Yinka Esi Graves expone en The Disappearing Act, pieza recientemente nominada a los Premios Lorca de las Artes Escénicas de Andalucía.
Desde principios del 2023, Yinka ha presentado su primera coreografía en solitario en diferentes ciudades y países. En ese sentido, a propósito de su participación en Dansa València es una buena oportunidad para preguntarle sobre el efecto que ha tenido la obra en ella y en el público.
"Mi interés es mostrar desde la experiencia de vivir dentro de un cuerpo de mujer afrodescendiente, cuáles han sido las herramientas que siempre hemos usado para jugar con esa invisibilidad", describe la británica bailaora.
"Intentar compartir con el público una sensación de agencia y una búsqueda hacia una especie de libertad, a sabiendas del ámbito en el que vivimos pero que hemos sabido manejar, para así vivir vidas más plenas", añade.
De padre jamaiquino y de madre ghanesa, la celebrada bailarina y coreógrafa se asentó en Sevilla hace más de una década a causa del flamenco, un arte que dice le ha permitido encontrar su voz como artista. The Disappearing Act también explora una parte de la historia que hasta para Yinka Esi Graves ha representado toda una sorpresa.
"Jamás me hubiera imaginado que el flamenco me iba a abrir esta cuestión de la afrodescendencia y la diáspora africana completamente olvidada que existió en Andalucía, y cuyo rastro se sigue percibiendo en el flamenco bajo mi forma de verlo y sentirlo", acotaba la artista que se ha convertido en toda una sensación de las artes escénicas.
Bailarinas y brujas
La profesión de bailarina a lo largo de la historia se explora en Supermedium, una pieza para nueve bailarinas creada por Núria Guiu junto a su homóloga noruega Ingri Fiksdal.
"En Supermedium se establece un paralelismo entre la bailarina y la bruja", comenta Guiu, "la bailarina como aquella que moviliza pero cuyos afectos son invisibles, socialmente bastante marginados, vistos como algo no científico, no verdadero, no validado, y en este sentido nos parece que la bailarina se puede asemejar a esta especie de bruja, una figura que siempre ha sido vista como una mujer disidente o que vive al margen".
Cuando la profesión se inserta en el mundo laboral real, para Núria ser bailarina si bien es un privilegio, constituye una ocupación muy precarizada, por lo que tener un trabajo digno "es uno de los grandes retos que enfrentamos", comenta.
"La inestabilidad laboral es difícil de llevar", reflexiona la coreógrafa catalana de gran recorrido internacional, "necesitamos hacer mucha red entre compañeras para sostenernos en aquello que sabemos que deseamos hacer que es bailar".
En Supermedium las bailarinas son precisamente los médiums o canales para manifestar esos temas les afectan, y que atraviesan el pasado y el presente. "El cuerpo almacena de forma muy consistente situaciones que han sido un poco traumáticas, A través de la pieza lo que hemos intentado es no rehuirlas sino reconocerlas y darles un poco la vuelta, casi como hacer este ritual de que sea una fuerza empoderadora, que la podamos manifestar, transitar, para de alguna forma transformarla", comenta Núria Guiu.
La curiosidad libera
La realidad de las mujeres también es abordada desde la ficción. Así se lo plantearon Meritxell Barberá e Inma García, de Taiat Dansa, para la creación de Judith, que le da una lectura feminista al cuento Barba azul, de Charles Perrault.
El ambicioso montaje con 80 artistas entre bailarinas y cantantes que se escenificará en el monasterio de San Miguel de los Reyes durante Dansa València cuenta la historia de una mujer oprimida y cautiva que intenta liberarse.
En la narración de Perrault publicada en 1695, Judith abre una puerta prohibida y es castigada, lo que viene a ser toda una lección de obediencia y sanción para la mujer, una muestra de cómo a través de ciertos cuentos infantiles se han perpetuado estructuras machistas y patriarcales.
"Una de las cosas que más suscitó en nosotras la necesidad y las ganas, tanto en el primer montaje de esta pieza en 2014 como en el de 2024, precisamente es esa lectura en los cuentos de hadas de toda la vida donde la mujer curiosa siempre es castigada, mientras que el hombre tiene que ser curioso y rebelde porque así es un héroe", comentaba Meritxell Barberá a Magas.
El hecho de que un mismo adjetivo, curiosa/o, se use de forma peyorativa para la mujer pero tan positivamente para los hombres, ha sido pues una de las motivaciones para la creación de Judith.
"La curiosidad de Judith es lo que la hace libre", discierne la coreógrafa valenciana, "para nosotras la gran reflexión es que la curiosidad te hace libre porque el saber y el conocimiento te liberan, y para conseguir la libertad tienes que aprender y ser obviamente rebelde".
Talento femenino en abundancia
En estos tiempos difíciles para el arte, sin duda la danza es una muestra de resistencia. A decir verdad, siempre lo ha sido. Sobre los peligros a los que se enfrenta actualmente, Yinka Esi Graves resalta la situación de "fragilidad a nivel de apoyo" que sufre la danza en Andalucía, donde vive. También subraya la gran importancia de los festivales, "que permiten celebrar voces diversas y las inquietudes artísticas sobre todo de las mujeres artistas".
Por su parte Meritxell Barberá cita la necesidad de generar más público y de que la danza entre "de manera habitual en los espacios culturales y teatros de cualquier territorio", apunta. Además, hace notar que este arte al estar exento de las barreras del lenguaje, "a nivel político habría que conseguir una mayor internacionalización".
Para ello talento, sobre todo el femenino, existe en abundancia. La cofundadora de Taiat Dansa pone en relevancia la cantidad de mujeres coreógrafas, así como de colectivos de danza liderados por mujeres que figuran en la programación de Dansa València, valorando el hecho de que se trata de un festival dirigido por una mujer que está apostando por más presencia femenina.
"Dansa València está mostrando, demostrando y presentando el trabajo esencial y real de mujeres coreógrafas y creadoras porque no deja de ser una lectura de la realidad", apuntaba Meritxell Barberá, "así que hay que estar muy contentas, y seguir y seguir en ello".