La doctora Ana Lluch, Top 100 2024: “Cáncer de mama ya no es igual a muerte. El 90% cumple los 5 años sin recaídas”
La Coordinadora del Grupo de Investigación de Biología en Cáncer de mama (INCLIVA) habla con Magas sobre la enfermedad, su prevención, tratamiento y supervivencia.
26 marzo, 2024 01:31Según los últimos datos recogidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2023 se diagnosticarán 35.001 nuevos casos de cáncer de mama, siendo este tipo de tumor más frecuente entre las mujeres en nuestro país por delante del cáncer colorrectal, de pulmón, cuerpo uterino, tiroides y páncreas. En España, aproximadamente el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres se originan en la mama.
Y para hablarnos de él, quitarle hierro sin restarle importancia, contamos con una eminencia médica. Su nombre es Ana Lluch, graduada en Medicina, con grado de Doctor por la Universidad de Valencia con la calificación de Premio Extraordinario, catedrática de Medicina en la Universidad de Valencia, jefa de Departamento de Hematología y Oncología Médica en el Hospital Clínico Universitario de Valencia y Coordinadora del Grupo de Investigación de Biología en Cáncer de mama (INCLIVA). Además de haber sido incluida en la lista Forbes de los 100 mejores médicos de España.
La doctora Lluch tiene mucho que contarnos y aún más ánimos que darnos. Al fin y al cabo, el 85 o 90% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama se pueden curar. Un dato muy reconfortante.
"Así es. Aunque siempre con prevención y tratamientos, aplicando técnicas de cribado o screening para detectar los tumores más pequeños. Y para ello, es fundamental que las mujeres a partir de los 40 o 45 años y sin necesidad de tener síntomas, se realicen mamografías porque eso hace que podamos detectar tumores más pequeños y en fases iniciales, más fáciles de curar. Y también ayuda a alcanzar esas cifras los tratamientos de quimioterapia y hormonoterapia, que hacen que disminuyan las recaídas en las mujeres con tumores más pequeños y en estadíos más iniciales", afirma.
Usted, como experta en cáncer de mama. ¿Podría decirnos qué mujeres son más propensas a padecerlo?
Lo que sabemos es que hay mujeres que pueden heredar unos genes que las hacen más propensas. Pero ese grupo no supera el 5 o el 10%. Y son aquellas que sus madres, abuelas lo padecieron y generalmente a edades tempranas.
Es el caso de Angelina Jolie, que decidió someterse a una doble mastectomía profiláctica tras hacerse un test genético y ver que tenía un elevado riesgo de desarrollar cáncer de mama. ¿Qué mujeres deberían someterse a ese test genético?
Las que lo padezcan siendo muy jóvenes ellas o cuando es un cáncer de mama bilateral o también un tipo de cáncer que se llama triple negativo. A ellas se les hace un estudio muy completo para determinar si su cáncer es de tipo hereditario o no.
¿Cuáles son los signos y síntomas típicos que nos indican que puede haber cáncer de mama?
Los signos más comunes de sospecha serían: la aparición de un bulto o nódulo en la mama, una inflamación alrededor de la mama o enrojecimiento alrededor del nódulo que aparece en la mama. Pero en esos casos, el cáncer suele estar ya más avanzado; por eso insisto en que las mujeres hoy deben hacerse mamografías sin tener signos ni síntomas.
Si al realizarse una mamografía se ven signos de sospecha, se hace una biopsia para determinar el alcance. Y no hay que tener miedo a las mamografías porque la radiación es mínima y no pueden inducir un cáncer.
¿Cómo debemos autoexplorarnos las mamas en casa para detectar posibles anomalías?
Las mujeres jóvenes y premenopáusicas deberían explorarse las mamas, ocho días después del primer día de la regla, porque es cuando las mamas tienen menos influjo hormonal.
Y las mujeres posmenopáusicas deberían hacerlo con regularidad, una vez al mes. Para ello, hay que ponerse con los brazos caídos y explorarse la mama como las agujas del reloj, para no dejar ninguna zona sin mirar. Después subir los dos brazos delante del espejo para ver si hay algún nódulo que se retrae. Y, por último, con la mano derecha palpar y explorar la axila izquierda y viceversa.
Se estima que la probabilidad de desarrollar cáncer de mama siendo mujer es de 1 de cada 8. Este tipo de tumor suele aparecer después de los 40 años, pero parece que ahora hay más mujeres jóvenes afectadas. ¿A qué se debe?
Las mujeres jóvenes no deben asustarse fácilmente porque muchas veces lo que tienen son mastectomías fibroquísticas naturales de la mama. Pero es cierto que la vida que llevamos, con alimentación poco saludable, sedentarismo, etc., hace que la incidencia sea mayor, aunque las estadísticas no son demasiado fiables. Lo cierto es que la mayor frecuencia se da en mujeres a partir de los 40 o 45 años.
¿Cómo debemos cuidarnos para protegernos contra el cáncer?
Pues como he dicho con una buena alimentación, la mediterránea, por ejemplo; evitando el consumo excesivo de grasas saturadas, el tabaco y el alcohol; la práctica de ejercicio físico; intentar reducir el estrés, aunque es muy difícil en nuestra sociedad, y evitar la obesidad porque es un tejido graso que almacenamos en el cuerpo y es donde pueden transformarse las hormonas masculinas en hormonas femeninas y esto hace que suba el riesgo. Pero tampoco debemos obsesionarnos.
La Organización Mundial de la Salud estima que entre un 30% y un 50% de los casos de cáncer son evitables. Para ello, es necesario reducir los factores de riesgo. ¿Cuáles son esos factores en el de mama?
Además del consumo de grasas saturadas, los tratamientos con estrógenos pueden ser un factor de riesgo importante. Y son muchas las mujeres que cuando pierden la regla se someten a ellos sin control para evitar los síntomas de la menopausia y soñando con la eterna juventud.
Y estos tratamientos, que no los desaconsejo, deben hacerse siempre con control ginecológico porque no son para todo el mundo, solo para las que lo necesiten de verdad. Lo que sí recomiendo es que las mujeres con esos tratamientos se hagan los controles de mamografía cada año, en vez de cada dos años como se recomienda a las demás.
Los tratamientos más comunes contra el cáncer son la quimioterapia y la radioterapia, pero ¿qué hay de la novedosa terapia dirigida?
La cirugía y la quimio han sido durante décadas lo más común, pero hoy tenemos terapias dirigidas que son biológicas y, gracias a ellas, conocemos mucho mejor la naturaleza de las células que forman el cáncer y como se desarrollan. Nos ayudan a tratar solo las células alteradas. Al ser dirigidas son terapias dianas y, por tanto, no atacan a las células sanas, cosa que no ocurre con la quimio, que afecta a todas las células que crecen, sin distinguir las buenas de las malas.
De ahí la caída de pelo, las náuseas y los vómitos… Por eso, en los tratamientos con quimio, hay que esperar entre uno y otro, un total de 21 días, que son lo que necesitan las células sanguíneas para recuperarse.
¿Y no se podría tratar entonces el cáncer de mama solo con las nuevas terapias?
No, porque en ciertos tumores la quimio es necesaria, combinada eso sí, con terapias biológicas y cada vez en menor cantidad. Ya no es el tratamiento esencial. Hoy, un 40% de las pacientes, gracias a los test genéticos, no precisan quimio para prevenir la recaída. Reciben solo tratamiento hormonal.
En el caso de la radioterapia es necesaria si no se quita la mama completamente. Es decir, si la cirugía es conservadora, el resto de la glándula mamaria quedaría sin protección y ese resto de glándula precisa la radicación por si hay alguna célula aparte del tumor. Pero la radio ya se puede dar en ciclos cortos, con efectos secundarios mínimos e incluso, para ciertos tumores, una sola vez y en quirófano.
Entre los más temidos efectos secundarios está la pérdida de cabello. ¿Hay a día de hoy algún avance o remedio para evitarlo?
Para cuando hay que administrar fármacos que provocan la pérdida de cabello, ya tenemos los gorros de frío que producen vasoconstricción y hace que la quimio no llegue al cuero cabelludo.
Lo único malo es que la Seguridad Social aún no los subvenciona y hay mujeres que no pueden correr con el gasto, que viene a rondar en total unos 100 euros, pero hay que comprar varios y no aseguran al 100% que no se pierda el cabello. Y como además resulta algo más incómodo y, en la mayoría de los casos a los dos meses del tratamiento sale tu pelo natural de nuevo, pues muchas mujeres deciden no usarlo.
¿Como investigadora que es también hay alguna buena noticia sobre el cáncer de mama que se esté cociendo ahora en los laboratorios?
La investigación va muy rápida. Las buenas noticias son continuas. Y, por la cantidad de mujeres a las que afecta, se invierte mucho dinero en la investigación de este cáncer. Uno de los fármacos más novedosos son los anticuerpos droga conjugados que penetran en la célula y ejerce la acción allí donde está la célula alterada.
Lo hace desde dentro, como un caballo de Troya, y son los que, a día de hoy, están teniendo más eficacia contra el cáncer de mama. Estos fármacos están compuestos por una parte inicial que es el anticuerpo, que se une a la célula del tumor y va a actuar produciendo la muerte de la célula y también actúan sobre las células circundantes del tumor que no tienen el receptor pero que son tumorales. Es como una explosión y ese efecto se llama bynstander.
También se investiga mucho con la inmunoterapia (terapia que estimula las propias defensas del paciente contra el cáncer). ¿Supone una revolución esta terapia?
La inmunoterapia supone un gran avance para todos los cánceres, incluso para el de mama, aunque es el menos inmunogénico. Sobre todo es eficaz en los triples negativos, tanto para reducir el tamaño del tumor como en la enfermedad avanzada. Con esta terapia se estimulan las células que nos previenen de las infecciones para poder actuar sobre las células tumorales.
¿Qué futuro ve en las vacunas contra el cáncer?
Es el siguiente paso. Aún no existen vacunas para el cáncer. Solo existe para el papiloma virus, el cáncer de cérvix, porque conocemos el agente que lo provoca, pero para los demás se está trabajando mucho para que lleguen a ser aplicables.
Cuéntenos qué es una biopsia líquida, en qué consiste y si sirve para detectar el cáncer de mama.
Consiste en una simple extracción de sangre al paciente y, aunque no vale para diagnosticar ni detectar cáncer, sí para ver si hay enfermedad extendida o no y verificar si después del tratamiento quedan células tumorales en el torrente circulatorio. Así se ve si hay metástasis o enfermedad en otro órgano o si las células malas están solo en el torrente sanguíneo.
La llegada a nuestras vidas de la inteligencia artificial también ayuda a que las técnicas de obtención de imágenes del cáncer sean más rápidas, más precisas e incluso más informativas. ¿Cree que gracias a la IA será más fácil acertar con los tratamientos a los pacientes y, por tanto, curarlos antes y mejor?
Sí, es una herramienta que es y será muy importante porque nos va a ayudar a detectar más rápido la enfermedad y a ser más precisos, pero tenemos que saber interpretar bien los datos y será complementaria. El diagnóstico médico y la relación médico-paciente no la va a evitar.
Hablando de relación médico-paciente ¿Cree usted que una buena comunicación ayuda a la recuperación de la paciente?
Por supuesto, pero debe ser auténtica. El trato directo, amable, humano y sincero. Hay que explicar perfectamente a la paciente la hoja de ruta. Es decir, qué tipo de tumor tiene, qué se le va a hacer, cómo va a ser el proceso, cuánto va a durar... De esta forma, la paciente se sentirá más segura y confiará en su equipo médico.
También hay que facilitarles ayuda y apoyo psicológico y, aunque hay mujeres que no lo quieren o no lo necesitan, es importante ofrecerlo.
En una encuesta publicada en 2021 por la Asociación Española contra el cáncer, el 57% de los familiares y allegados a una persona con cáncer manifestaba sentir malestar emocional y no estar seguros de saber cómo tienen que comportarse. ¿Puede darles algunas pautas para sentirse útiles y hacerlo bien?
Creo que lo importante es que la familia acompañe, que esté a su lado pero que nunca la sustituya. Eso es un error, porque los médicos debemos hablar directamente con nuestros pacientes. Los psicólogos, en estos casos, pueden orientar muy bien a los familiares.
¿Ante diagnósticos negativos el comportamiento de las mujeres es diferente al de los hombres?
Sí, pero no porque lo pasen mejor o peor unos que otras, es porque las mujeres expresan más lo que sienten cuando se les diagnostica un cáncer y los hombres, sin embargo, se quedan con sus pensamientos negativos para ellos. Es algo en lo que tienen que avanzar.
Hablando de hombres, ¿pueden ellos tener también cáncer de mama?
Sí, porque también tienen glándulas mamarias. De cada 100 mujeres hay un hombre que lo padece. He tenido varios en mi consulta y lo llevan muy mal porque lo ven como un atributo de las mujeres y les da cierto reparo aceptarlo. Los tratamientos hormonales varían, pero no son menos duros los suyos.
¿Es España un buen lugar para tratarse el cáncer de mama? ¿Estamos en la vanguardia en algún protocolo?
Por supuesto. Estamos en la misma vanguardia que pueden estar en EE.UU. porque realizamos ensayos clínicos de nuevos fármacos tanto en fases iniciales como en fases avanzadas y en España tenemos los mejores medios y profesionales- Además, la gran suerte de que los pacientes siempre pueden pedir una segunda opinión. Así está contemplado en la ley de sanidad.
Ante el diagnóstico de un cáncer, ¿qué importancia tienen los comités multidisciplinares? ¿Y las segundas opiniones?
Son fundamentales. En el caso de elegir centro hospitalario y oncólogo, el paciente puede hacerlo libremente en casi todas las comunidades. Y respecto a los comités multidisciplinares, hoy no se toma ninguna decisión si no se pasa por ellos.
Estos comités están formados por cirujano, oncólogo, oncólogo radioterápico, radiólogo, biólogo molecular, incluso bioestadístico porque deciden el tratamiento en función de lo que se ha determinado biológicamente en el tumor. Y en todos los hospitales públicos existen comités multidisciplinares para cada tipo de tumor.
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900 100 036 es el teléfono de Infocáncer, la línea de ayuda de la Asociación Española contra el Cáncer, para pacientes con cáncer y que atiende desde su sede en Madrid más de 200.000 llamadas al año (unas 550 al día) y durante las 24 horas al día. ¿Qué opinas de este servicio?
Es muy útil y muy necesario porque ayuda a los pacientes y a sus familias y es complementario al apoyo psicológico.
¿Cree que el cáncer podrá llegar a ser algo con lo que se vive y no de lo que se muere?
Sí. Cada vez lo estamos cronificando más y eso hará que podamos vivir muchos años más con buena calidad de vida.
Para terminar doctora, ¿qué le diría a todas las mujeres que en estos momentos están pasando por esta enfermedad?
Que tengan mucho ánimo y piensen que cáncer no es igual a muerte y, sobre todo, que un cáncer de mama puede tener curación en un alto porcentaje de paciente. Entre el 85 y el 90 por 100, llegan a los cinco años sin recaídas.