Laura Berja (PSOE): “Las mujeres de Vox deberían saber que la Ley también las protege a ellas”
Charlamos en el Congreso de los Diputados con la portavoz de igualdad del Partido Socialista sobre la ley del sólo sí es sí, la abolición de la prostitución y la pornografía.
26 mayo, 2022 03:25Noticias relacionadas
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Laura Berja Vega (Linares, 1986), diputada por el PSOE, es la portavoz de Igualdad en el Congreso. Recibe a MagasIN en la Sala Martínez Noval de la Cámara Baja. Su teléfono no para de sonar y no es de extrañar: está a poco tiempo del día D. Es decir, el de la votación de la Ley de Garantías de la Libertad Sexual, más conocida como la ley del sólo sí es sí, tras más de dos años de trabajo.
De profesión psicóloga, Berja ha estado siempre muy sensibilizada con el movimiento feminista. Es uno de los rostros más jóvenes dentro de la Cámara y su andadura en la política nacional comenzó de pura casualidad en 2015 después de sustituir al senador por Jaén. Ahora, es una de las abanderadas tanto dentro del partido como dentro de la política nacional del movimiento feminista y de la abolición de la prostitución.
Pregunta: Cada vez más discursos antifeministas. ¿Cómo definiría el feminismo para aquellos que siguen negando su importancia?
Respuesta: El feminismo es una teoría política y también un movimiento social en defensa de la igualdad entre mujeres y hombres. Tiene como objetivo derribar toda la resistencia machista que impida la igualdad real y efectiva. Además, tiene más de dos siglos de desarrollo donde ha habido una filosofía muy unitaria en torno a ese desarrollo teórico.
Ahora parece que el feminismo está dividido…
Es verdad que cómo conseguir los retos de la agenda [feminista] a veces ha dado lugar a distintos itinerarios. Pero lo que sí tenemos en común todas las feministas es que todas tenemos en común una agenda de retos fijada en el año 95 en la Conferencia Mundial de Beijing, donde se estipuló cuáles eran sus prioridades. El feminismo no es un movimiento unitario, pero lo que sí nos une es la agenda.
Todo lo que queda fuera de ella, es cuestionable porque no todo es feminismo. Soy muy crítica con la frase del "feminismo es…" y es cualquier cosa. El feminismo es lo que es: una teoría política que tiene un desarrollo de más de dos siglos. Por lo tanto, no es cualquier cosa. Es una teoría en torno a una agenda y todas aquellas personas, sobre todo mujeres, que nos hemos sumado a perseguir los retos de la agenda somos feministas.
En el Congreso del PP, Isabel Díaz Ayuso llamó a las feministas “malcriadas”. ¿Qué opina?
Ayuso manifiesta un desconocimiento del feminismo muy evidente. Además, ha manifestado en numerosas declaraciones muestras de una ignorancia total sobre lo que significa el feminismo y el movimiento feminista. Es insultante.
Al final, Ayuso perpetúa el machismo y la desigualdad con este tipo de comentarios. Vuelve a evidenciar que está muy alejada de las políticas igualitarias entre mujeres y hombres y que el Partido Popular se suma al antifeminismo y a las corrientes antifeministas, por mucho que quieran blanquearse a sí mismos. La igualdad no es una prioridad en su agenda.
Hablando de políticas feministas, ¿qué cambiará con la ley del sólo sí es sí?
Esta ley recoge una respuesta integral ante la violencia sexual. Son recursos para las mujeres víctimas de violencia sexual y también itinerarios procedimentales, tanto jurídicos como asistenciales, para que tengan la mejor respuesta. Es un paso más en la lucha contra la violencia machista, pero aún así es un gran avance.
¿Y es un gran logro para el movimiento?
Es una ley que da respuesta a una reivindicación histórica del movimiento feminista: la lucha contra la violencia sexual contra las mujeres y niños. Además, es un mandato del Convenio de Estambul y el Pacto de Estado contra la violencia de género. Por lo tanto, es una muy buena noticia.
Viendo el aumento de casos de violaciones grupales como el de Burjassot, ¿qué cambiaría con esta nueva ley?
Con esta ley, lo que se hace es poner en el centro el consentimiento para determinar una agresión sexual o no. Esta ley viene a colación del caso de la manada, en el que se cuestionó si era abuso o agresión sexual porque la víctima no dio explícitamente su sí. A veces, el silencio es una manifestación de incomodidad y de estar sufriendo una violencia sobre la que no te puedes oponer por la cantidad de virulencia que hay en el entorno.
Esta modificación viene a decir que se necesita un consentimiento expreso, un sí de la víctima, para que no sea considerada agresión sexual. Esto facilita que en el tratamiento judicial no se revictimice a la víctima con preguntas continuas sobre si de alguna manera ella ha facilitado esa relación sexual o no. Si hubo un sí explícito, no hay agresión sexual. Si no lo hubo, es una agresión sexual.
Muchos han cuestionado que varias penas se hayan reducido.
Antes se diferenciaba entre abuso, que tenía menos pena, y agresión, que tenía más. Al unificar el delito en uno, sólo se contemplan distintas conductas delictivas en un espectro más amplio. Por lo tanto, las penas tienen que bajar y ampliarse. Por eso se reduce la pena, porque se recoge nuevos tipos de comportamiento delectivos que antes no se incorporaban a la agresión sexual.
¿Por qué se hace esto?
Esto se hace por una razón muy sencilla. Tradicionalmente, el ámbito judicial ha dictaminado sentencias por abuso en casos que eran especialmente graves y era, de alguna manera, la salida que tenía el sistema judicial para quitarle peso penal, jurídico y judicial a algunas conductas vinculadas con la violencia sexual. El abuso era una excusa.
¿Falta algo en la ley?
La ley podría haber sido más ambiciosa, sobre todo en una lucha decidida contra el proxenetismo. Para el Grupo Parlamentario Socialista, esta ley queda descafeinada porque no podemos mirar hacia otro lado con un tipo de víctima muy clara de violencia sexual: las mujeres prostituidas.
Una ley que regula los delitos contra la libertad sexual y violencia sexual tendría que incorporarse una tipificación contundente en contra del proxenetismo, que son aquellos que se lucran de la prostitución de las personsas.
¿Por qué ha decido finalmente el grupo socialista retirar la enmienda sobre la abolición de la prostitución y llevarlo por separado?
Durante todo el trámite de la ley, el PSOE ha defendido que esta ley no podía sin medidas abolicionistas de la prostitución. Tenemos datos muy duros sobre la prostitución en España. El otro día el Gobierno decía que más de 45.000 mujeres y niñas son víctimas de la prostitución en nuestro país. Muchas de ellas, casi el 90%, son además víctimas de trata y explotación sexual.
Por lo tanto, es una realidad a la que tenemos que apuntar y no podemos mirar hacia otro lado. Por eso hemos sido tan vehementes en la defensa de nuestra enmienda, que busca perseguir la impunidad del proxenetismo.
¿Estuvo en algún momento en peligro la ley?
Fuimos a la sesión de comisión convencidas de que esta enmienda iba a salir adelante, pero el resto de los grupos manifestaron su posición en contra, poniendo en riesgo la ley. De manera que si la enmienda del PSOE salía adelante, el resto de grupos iba a votar no a la ley. Por eso, votamos que sí a la ley y retiramos la enmienda. Y presentamos una proposición de una nueva ley justo al día siguiente.
Lo que es incomprensible y lo que no tiene ninguna razón entendible es que el resto de grupos parlamentarios condicionaron una ley tan importante a que la enmienda del PSOE saliera o no adelante.
Precisamente, el socio del Gobierno de su partido, Unidas Podemos, es también uno de los que está en contra de esta enmienda.
En España, el único partido que se ha posicionado abiertamente en sus órganos internos abolicionista de la prostitución es el PSOE. El resto no lo han hecho. El problema es que no quieren posicionarse, ya que les genera demasiados problemas. ¿Qué ocurre con esto? Que cuando no se posicionan, lo que hacen es permitir y cuando se permite, se siguen llevando a cabo prácticas que son incompatibles con los derechos humanos. Nosotros no vamos a mirar a otro lado. Hay que pedir explicaciones al resto de los grupos parlamentarios.
La prostitución no desaparecerá a pesar de abolirla, ¿corremos el riesgo de que haya una mayor desprotección de las mujeres?
Legislar la abolición no lleva a la desaparición de la prostitución como el resto de los delitos. Legislar el robo no lleva a que no haya robos. Es decir, nosotros lo que tenemos que hacer es el marco legislativo que posicione a un país con aquello que no está de acuerdo. Los legisladores somos los que decidimos lo que ponemos en el mercado o no, pero yo como socialista (y el grupo) no estoy dispuesta a poner en el mercado el cuerpo de la mujer. Que se legitime un sistema que pone a disposición de los hombres los cuerpos de las mujeres.
No estamos dispuestas a que se consideren las violaciones en una relación laboral. Por lo tanto, nuestra acción legislativa está orientada a eso. Es un fenómeno que es contrario a los derechos humanos y que no es ético. En la proposición de ley que hemos registrado, no sólo hemos incorporado las enmiendas del proxenetismo, sino que además incorporamos la persecución penal de los hombres que acceden a la prostitución. Entendemos que son parte del problema.
¿Existe un plan de implementación?
Con esta proposición, buscamos reforzar a la víctima de prostitución, haciéndola beneficiaria de todos los recursos que hay para las víctimas de violencia sexual recogidas en la Ley de Libertad Sexual, en la que pueden acceder a todos los recursos en materia social, de empleo o de empleo. Además, modificamos el estatuto de la vícitma del delito para que las mujeres en situación de prostitución también sea reconocida como víctimas del delito en el Estatuto.
¿Qué medidas habría que tomar para darles una alternativa a las personas que están ejerciendo la prostitución?
La cuestión de la prostitución requiere de un compendio de medidas muy amplio, no sólamente a nivel legislativo, sino también requiere ordenanzas municipales, a nivel de comunidades autónomas y generar recursos para atender a las mujeres. Hay comunidades que ya ponen recursos para ello.
Por ejemplo, Andalucía fue la primera comunidad autónoma gobernando el Partido Socialista que su Ley de Violencia de género incorporaba como forma de violencia la prostitución y pone a disposición de estas mujeres todos los recursos como itinerarios de formación o de inserción laboral. Todo eso es lo que nosotras, como Estado, tanto a nivel local como a nivel de comunidades autónomas, como estatal, debemos poner a disposición de las mujeres en situación de prostitución para que no se vean en situación de indefensión.
¿Cree que acabarán convenciendo al resto de formaciones políticas sobre este asunto?
Nosotros intentaremos convencer al resto de formaciones políticas de que esto salga adelante. Yo creo que es inevitable que salga adelante. Será antes o después, pero saldrá. Luego pasará como con todos los logros sociales en materia de igualdad que ha conseguido el PSOE, que se lo apunte todo el mundo. Como pasó con el matrimonio igualitario o las leyes de igualdad.
Aun así, espero que sea lo antes posible, porque no podemos consentir que haya campos de concentración de mujeres a uno y otro lado de la carretera. Algo que todo el mundo ve y mira para otro lado. Eso no se puede consentir. La abolición de la prostitución va a llegar.
Y la pornografía, ¿también es necesario regularla?
La pornografía representa una imagen de la sexualidad y de relación sexual completamente desigual, completamente machista. Perpetúa formas de violencia sexual contra las mujeres que es inadmisible. Es muy desalentador que los jóvenes accedan a la pornografía tan pronto. Los jóvenes tienen que tener una alternativa a ese modelo.
¿Cómo conseguirlo?
La alternativa pasa por una educación afectivo sexual, con mirada feminista, igualitaria, con mirada de respeto, que esté incorporado en su currículum educativo. Hay que reforzar la formación desde las comunidades autónomas para que la pornografía no sea la única representación de las relaciones sexuales que tienen los jóvenes. Con nueve años ya hay niños que acceden a contenido pornografía.
Al final, como señalan algunas teóricas, la pornografía educa manadas. No podemos decirle a nuestros jóvenes que aspiramos a una sociedad igualitaria en la que las mujeres tenemos los mismos derechos y libertades mientras pongan el porno y ven la cantidad de violencia sexual contra las mujeres.
En este sentido, ¿cómo considera que se podría regular?
Tenemos que ser muy exigentes, sobre todo en el acceso de los menores a la pornografía. Habría que hablar con las grandes compañías para ver de qué manera se hace restrictivo el acceso. Con comprobaciones que necesiten la autorización de los padres, itinerarios que sean más garantistas de que el acceso sea inevitable por parte de los jóvenes. Para eso hace falta colaboración de todo el ecosistema digital y virtual que está en la red.
– “Señor Simancas, ¿me está mirando? ¿Señor Guijarro? Es que a lo mejor no me gusta cómo me miran. Tienen suerte, soy sensata y de Vox. Si fuera otro tipo de mujer, por esa mirada les podría denunciar por acoso y por violación. Y habría que creerme, porque soy mujer y porque yo lo valgo”.
Estas palabras las dijo Carla Toscano, diputada de Vox en el Congreso. ¿Qué le diría a la gente que piensa así?
Vox y, en algún momento también el Partido Popular, ha hecho una frivolización de la violencia sexual que es inadmisible. Cuando estaba en el Senado, he llegado incluso a escuchar a una senadora del PP reírse de las agresiones sexuales. Tenemos que mostrar un rechazo absoluto hacia las declaraciones que ponen en cuestionamiento los testimonios de las víctimas.
Lo que Carla Toscano y las mujeres de Vox deberían saber es que este tipo de leyes también las protegen a ellas, porque víctimas de la violencia sexual, de la violencia de género y del machismo somos todas, y podemos ser. Por lo tanto, independientemente de lo que ellas piensen individualmente. Nosotras estamos cada vez más convencidas de que hacemos estas leyes para todas y que protegen a todas, incluso a políticas que piensan así.