Tras una espléndida celebración de la moda en Copenhague, del 29 de enero al 2 de febrero, es ahora en Nueva York que se concentra la atención del sector. La Gran Manzana acoge del 9 al 14 de febrero las colecciones de más de 70 diseñadores.
Como suele ser el caso, cuenta con diseñadores asentados como Tommy Hilfiger y Carolina Herrera y otros prometedores como LaQuan Smith y The Blonds, con el objetivo de visibilizar la moda estadounidense y extender su alcance en el mundo.
El calendario oficial, establecido por el Consejo de Diseñadores de Moda de EE. UU. (CFDA), incluye los desfiles de la firma minimalista Helmut Lang y su aclamado creativo Peter Do, del diseñador Thom Browne, presidente del CFDA desde el año pasado, así como de Collina Strada, Willy Chavarria o Tommy Hilfiger.
En esta edición, se estrena una nueva sede tras meses de especulación: el Starrett-Lehigh Building, un antiguo edificio industrial en el barrio de Chelsea lleno de "lofts" donde se han convocado muchos desfiles.
¿Qué otras novedades destacan en esta edición? El debut de Ludovic de Saint Sernin, Callas y Jane Wade; los retornos de Monse, Libertine o Lafayette 148; y la ausencia de Palomo Spain o Ralph Lauren. Marca el regreso de la firma española Delpozo, con presentaciones reducidas para el sector minorista con sus nuevos directores y de Custo Barcelona.
A los desfiles del calendario oficial se suman numerosos eventos, como la exposición de Phillip Lim o la apertura del Pink PP Valentino Café durante una semana, que propone un menú exclusivo.
La Semana arrancó con los desfiles de Christian Siriano y Puma, el 8 de febrero. El desfile del diseñador, presentado en el Hotel Plaza de la ciudad, se presentó como un homenaje a la película Dune, la película de 1984 de David Lynch.
Chaquetas cortas brillantes, vestidos ajustados y tul a todo volumen... fueron algunas de las tendencias, entre futuristas y fiesteras. La amplia apuesta por el naranja es la tendencia que cabe retener.