
Imagen de una madre con su hijo.
Padres 'medusa': el nuevo método de enseñanza para los hijos que se ha puesto de moda en España
El progresivo descenso de la natalidad en el mundo ha supuesto un sentimiento generalizado de que cada vez es más difícil criar y educar a los hijos.
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España tiene una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo (1,3 de hijos por mujer) y la edad media de las mujeres en el nacimiento del primer hijo se encuentra entre las más altas a nivel internacional (30,9 años), según la Encuesta de Fecundidad de 2018 del INE.
Pese a que el deseo de la mayoría de los españoles sería tener más, según indican las encuestas, el coste de la crianza, problemas de acceso a la vivienda, la precariedad laboral o la falta de apoyos son los que más pesan. Añadido a ello, existe otro factor que pocas veces se trata o se dice en voz alta: el miedo o inseguridad de no saber cómo educar a sus hijos.
El progresivo descenso de la natalidad en el mundo va acompañado de un sentimiento bastante generalizado de que cada vez es más difícil criar y educar a los hijos. La crianza supone una responsabilidad que, en ocasiones, da comportamientos sobreprotectores o, incluso, una permisividad excesiva, como es el caso de los padres medusa.
En qué consiste la crianza 'medusa'
El término 'padres medusa' se utiliza en psicología y pedagogía para describir un estilo de crianza caracterizado por la permisividad excesiva, la falta de límites claros y la tendencia a evitar confrontaciones con los hijos, incluso cuando estas son necesarias para su desarrollo saludable.
Esta denominación se inspira en la medusa, el animal marino que carece de estructura rígida, lo que simboliza la flexibilidad extrema y, a menudo, la falta de firmeza que define este tipo de paternidad.
Los padres medusa, generalmente bien intencionados, buscan a toda costa evitar los problemas con sus hijos. Esto puede deberse a varios factores, como el temor de ponerles en su contra, la creencia de que la felicidad inmediata del niño es lo más importante o la idea de que el establecimiento de normas estrictas puede ser percibido como un acto autoritario y dañino.
En la práctica, los padres medusas tienden a ceder fácilmente ante las demandas de sus hijos, incluso si estas no son razonables. En lugar de establecer normas consistentes, simplemente se dejan llevar y aceptan prácticamente cualquier propuesta, evitando decir que no.

Madre e hijo riendo.
Esta falta de estructura puede hacer que los niños experimenten dificultades para aceptar límites en otros contextos, como la escuela o las relaciones sociales, y puede contribuir a problemas como la baja tolerancia a la frustración, la impulsividad y el egocentrismo.
A pesar de sus buenas intenciones, los padres medusa pueden generar en sus hijos una sensación de inseguridad. Aunque a primera vista podría parecer que los niños disfrutan de una libertad ilimitada, en realidad, cuando sean conscientes, buscarán la orientación y firmeza que los adultos proporcionan.
Las desventajas de los padres 'medusa'
Cuando no existen límites claros, los niños pueden sentirse perdidos y desprotegidos, ya que no tienen un marco de referencia sólido para entender el mundo que los rodea. Esto puede dificultar su capacidad para tomar decisiones responsables y para afrontar los desafíos de manera efectiva.
Es importante distinguir que el problema no radica en mostrar afecto o apoyo a los hijos, sino en la ausencia de un equilibrio adecuado entre la permisividad y la autoridad. La crianza efectiva requiere tanto amor y comprensión como límites claros y consistentes: los niños necesitan sentir que sus padres están dispuestos a guiarlos, incluso cuando esto implique decir "no" o enfrentar conflictos temporales.
En algunos casos, este estilo surge de experiencias personales, como haber crecido con padres demasiado estrictos, lo que lleva a una reacción opuesta: priorizar la libertad y la ausencia de restricciones. Aunque no todo sea llegar a un extremo, como es el caso de los padres helicóptero, se puede llegar a un punto intermedio.
Se puede conseguir una crianza medusa moderada, entendiendo que no se puede permitir cualquier cosa a nuestros hijos, y que en un futuro entenderán que hay aspectos que no se pueden tolerar, así como hay acciones que es mejor no permitir hasta que ellos mismos puedan negarlas por su propia cuenta.