La iglesia católica celebró este pasado domingo el día de la Resurrección del Señor, el día que la esperanza para los católicos de tener una vida con Dios. En el malaguismo, el mismo Domingo de Resurrección, nació otra esperanza, la que llegó en forma de fútbol con Ramón, recuperado para la causa once meses después de su último partido de blanquiazul con el Málaga CF y que llega para alumbrar el camino de su equipo en el tramo final de la temporada, donde a los de Pellicer no les quedará más remedio que jugarse su vuelta al fútbol profesional por medio del playoff de ascenso después del empate contra el Linares Deportivo.
Cuando parecía que ya no había vuelta atrás en su asentamiento en el Málaga y era uno de los clavos ardiendo a los que se agarraba el malaguismo, Ramón se echó al césped del Anxo Carro de Lugo el pasado 23 de abril de 2023. Hasta este domingo, último día de marzo, once meses después, no ha podido volver a enfundarse el ‘6’ blanquiazul. Por medio, un descenso fuera del fútbol, una recaída tras incorporarse al grupo, y el adiós al primer objetivo de la temporada, la pelea por el ascenso directo. Un drama en la vida de un joven futbolista que este domingo, tras el partido de su regreso, salía a la sala de prensa de La Rosaleda a dar las gracias a todos los que han estado cerca de él en este proceso. Y mostraba una madurez y un aplomo digno de un veterano en un cuerpo de un jugador de 22 años. No obstante, es uno los capitanes del Málaga.
Ramón estaba inédito esta temporada. Había entrado en la convocatoria para el partido contra el Atlético Sanluqueño en La Rosaleda el 2 de diciembre de 2023, pero sus músculos se volvieron a romper. "Las pruebas diagnósticas reflejan que Ramón sufre una lesión en el recto anterior del cuádriceps de su pierna derecha. El jugador queda pendiente de evolución". Este fue su último diagnóstico. El penúltimo hablaba de una rotura en el cuádriceps de la pierna derecha y eso afectó también al tendón. Se decidió no pasar por el quirófano y empezó un nuevo calvario que se acabó este Domingo de Resurrección.
Vuelta en un escenario inesperado
En el guion de partido no estaba prevista su vuelta en el descanso de un partido con el marcador en contra y con una lluvia y un frío que encogía a cualquiera. Pero Pellicer es su padre deportivo, gran valedor, y no dudó en mandarlo a calentar antes incluso del gol del Linares. En el descanso se metió en la caseta a escuchar las instrucciones porque, por fin, era su turno.
Tras unos primeros minutos de duda, cogió la batuta, desplazó a Manu Molina a posiciones más escoradas y el Málaga giraba sobre él, sobre el añorado '6', que empezó a filtrar pases a Dioni, a superar líneas con un simple control, a empujar al Linares al borde de su área. Supo a muy poco, pero apunta que si esta vez le acompaña la salud y coge temperatura en los ocho partidos que hay por delante, el Málaga tendrá a una baza importantísima de cara al playoff de ascenso. Se entendió bien con Manu Molina, con Dioni, con Ferreiro... y falta Dani Lorenzo.
Ramón, la esperanza que le llegó al Málaga justo en el inicio de la Pascua de Resurrección. Son cincuenta días hasta Pentecostés, la festividad por las que los cristianos reciben al Espíritu Santo. Más o menos los que tiene el Málaga antes de empezar a propagar la fe en el ascenso, que será más o menos cuando lleguen las eliminatorias del playoff. Ramón puede guiar el camino. Es la esperanza blanquiazul.