
"First Dates" organizado por la AJE en Negrasco
El ‘First Dates’ empresarial de Málaga: el evento para hacer un ‘match’ comercial
Los emprendedores aprovechan estas jornadas para aprender nuevas técnicas y cómo hacer mejorar sus negocios mediante más de una veintena de contactos.
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La actividad empresarial es como el amor. A veces puede salir bien, otras mal. Aun así, hay que darle una oportunidad a esa bonita relación que puede salir de una bonita conversación. Una chispa ha saltado este miércoles en un encuentro un tanto inusual que ha organizado la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Málaga en la Taberna Negrasco. Amor a primera vista entre unos 25 empresarios que se han reunido en un formato de citas a ciegas en las que hablan entre ellos de sus proyectos y, por qué no, de algo más que un proyecto.
Es el first dates del tejido empresarial malagueño. De hecho, la entidad organizadora define este encuentro de emprendedores que se realiza consecutivamente desde noviembre de 2020. “Esta iniciativa aplica la fórmula de cita a ciegas, tradicionalmente usada para encontrar pareja, con el objetivo de que el empresario participante se conozca para hacer negocio”, argumenta Princesa Sánchez, la organizadora del evento y gerente de AJE Málaga. “Este proyecto tampoco sería capaz de realizarse sin la colaboración de ProMálaga”, concluye la organizadora del evento.
“Aquí el amor se ha encontrado”, decía Princesa Sánchez, la gerente del acto. “Yo he visto ‘flirteíto’, además he visto a la misma pareja en un restaurante comiendo, por lo tanto, aquí también se puede encontrar el amor”. De hecho, remarca que está segura de que alguna de las parejas ha iniciado un proyecto de emprendimiento en el que unan sus negocios. Con lo cual, en el amor y en el emprendimiento todo vale.
Un misterioso Pablo Romeo, mentor y asesor en relación con las pymes, iba a llamar la atención de todos los focos. Vestido con una chaqueta marrón con un jersey gris, pasaba desapercibido por todo el bar, pero en cuanto dijo una palabra, todo el mundo entró en un silencio perpetuo. Mostró un folio DinA4 a modo de PowerPoint: “No hay tanto presupuesto”, decía en un tono sarcástico, un número, 1440. Este les hizo una pregunta: "¿Qué creéis que significa este número?"
La gente, dubitativa por la pregunta, comenzó a decir respuestas sin sentido. En el fondo norte se escuchaba: ¡Un año! En el fondo sur dieron con la clave: ¡Los minutos que tiene un día! Romeo no se esperaba esa respuesta tan tempranera. Le dio su correspondiente enhorabuena e hizo otra pregunta a los presentes. Si todos tenemos el mismo tiempo durante un día, ¿por qué tenemos resultados diferentes? Un silencio abrupto se apoderó de nuevo del Negrasco. Nadie encontraba respuesta.
Durante toda la “clase magistral”, Romeo dio un centenar de técnicas aplicando diferentes aspectos teóricos. Entre ellos se encuentra la Ley Pareto: trabajar el 20% y producir un 80%, el sueño de cualquier persona. Trabajar poco y ganar mucho. Allí no se lo creía nadie. “La conversación” terminó con una frase que quedará en la memoria de todos los emprendedores: “Sin objetivos no hay paraíso; los objetivos se componen de retos y metas; la suerte la dejamos para otro momento, es algo extraordinario”, finalizaba así Pedro Romeo.
¡Comienzan las citas a ciegas! Los nervios estaban a flor de piel, todos querían tener “la cita” y hacer “match” con las personas que conocían de hace diez minutos. Que rápido surge el amor aquí. El caso de Sergio Regueira Alonso, director de Oucra, podía pasar. Era afín únicamente con una de las personas, ya que estos eran un trío.
Desde un primer momento Regueira y el director de Zeus, la otra persona en esa mesa, tuvieron un flechazo, fue como un amor de instituto el primer día de clase. Esa relación está condenada al éxito. Durante algo más de cinco minutos lanzaron ideas y futuros proyectos a diestro y siniestro. El “amor empresarial” había florecido dentro de sus intereses comerciales.
El caso de Lucía era totalmente lo contrario. Ella era gerente de una empresa de nutrición, llamada Adecua Nutrición. Sus ojos, azules como el mármol, reflejaban cansancio, pero también esperanza por poder encontrar un nuevo “amigo” para su agenda de contactos, que, según dice ella, es lo que te va a proporcionar que la empresa tenga más ventas o menos.
Además, este tipo de reuniones gusta tanto a Lucía porque se pueden encontrar nuevas ideas para ayudar al crecimiento de tu empresa. Sin duda, este tipo de eventos ayuda en demasía a personas como Lucía, gente que lucha cada día para que su empresa sea la mejor en el sector.
Y así, entre chispazos de ideas y miradas cómplices, la mañana en la Taberna Negrasco se apagaba con el eco de promesas empresariales y quizá, quién sabe, de algo más. Como en el amor, en los negocios todo empieza con una conversación, una conexión inesperada que en apenas minutos puede transformar el destino.
La sala que antes albergaba incertidumbre y nervios ahora respiraba entusiasmo, como si cada asistente hubiera encontrado su propio reflejo en la mirada de otro soñador.
Porque al final, emprender es también enamorarse: de un proyecto, de una idea, de una visión compartida. Y en este juego de citas a ciegas, algunos encontraron socios, otros clientes y unos pocos, tal vez, el inicio de una historia que se escribirá entre balances y cafés interminables.