Cae una banda de secuestros exprés: actuaba con violencia extrema para robar a bandas de narcos
Los criminales llegaban a torturar a sus víctimas hasta lograr el pago de elevadas cantidades de dinero en efectivo, superando los 50.000 euros.
5 abril, 2023 12:16La Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil, ha desarticulado una banda especializada en secuestros exprés y robos con extrema violencia a otros grupos criminales, según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid en un comunicado recogido por Europa Press. Entre los 13 detenidos se encuentran dos conocidos delincuentes.
Los agentes han realizado, además, nueve registros donde han recuperado ocho vehículos robados, piezas mecánicas, un kilogramo de cocaína, dinero en efectivo, herramientas para robar los turismos, varias armas de fuego e inhibidores de frecuencia.
A la banda se le atribuye más de medio centenar de delitos, entre ellos, el de secuestro, robo con violencia y fuerza y sustracción de vehículos. La investigación comenzó el pasado verano, después de que se produjeran varios robos de vehículos en la provincia de Toledo y un secuestro en la zona sur de la Comunidad de Madrid.
Los agentes lograron identificar un posible vehículo que podría haberse utilizado durante el secuestro en Madrid y dieron con un hombre que formaba parte, posiblemente, del grupo organizado.
La banda elegía primero su objetivo y estudiaba sus horarios y desplazamientos. Todo ello en el marco de los "vuelcos" entre bandas de droga.
Antes de ejecutar el secuestro, robaban vehículos de gama alta que luego eran conducidos por delincuentes expertos en huidas policiales y por no dudar en embestir a los vehículos policiales para darse a la fuga.
Las víctimas eran asaltadas con armas de fuego y sometidas a golpes y amenazas, llegándoles a producir en todos los casos graves lesiones tales como quemaduras de primer grado, cortes en extremidades y fracturas óseas.
Posteriormente eran trasladadas hasta una nave situada en una localidad de Toledo, donde las mantenían secuestradas, torturándolas hasta lograr el pago de elevadas cantidades de dinero en efectivo, superando todas ellas al menos los 50.000 euros.
Una vez logrado su propósito, las víctimas eran puestas en libertad pero, en algunos casos, estas seguían recibiendo amenazas de muerte para evitar que denunciaran los hechos. Este requisito ha dificultado en extremo las labores de los agentes.