Nada fáciles de ver, con hábitos nocturnos, itinerantes y muy territoriales. Son cuatro características del lobo ibérico, una especie de la que existen cinco manadas confirmadas en la Comunidad de Madrid y, al estar en crecimiento, en la actualidad se ha dejado de considerar una especie amenazada, pero está protegida en todo el territorio nacional.
Tal y como explica Laura Castro, jefa de Área de Hábitats y Especies Protegidas de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, en conversación telefónica con Madrid Total, cada manada se compone de "entre 5 y 7 ejemplares", por lo que en la Comunidad se calcula que haya "unos 35 lobos ibéricos".
Dos de estas manadas se encuentra en "la Sierra del Rincón, otras dos en el Valle del Lozoya y la quinta en la zona de Santa María de la Alameda", tal y como explica Laura Castro. "También se han detectado ejemplares itinerantes en Guadalix de la Sierra y Hoyo de Manzanares", apunta.
Al parecer, la primera reproducción de lobo ibérico se produjo en Madrid "en el año 2011": "Se trata de un animal que necesita estar en manada para reproducirse y los especímenes más jóvenes son itinerantes, por eso se les ha visto por otras provincias como Castilla y León o Extremadura, además de la Comunidad de Madrid".
Se trata un animal que se alimenta de "corzos o de animales más pequeños" que encuentra en el monte, aunque también comen "animales muertos". De hecho, Laura Castro explica que, algunos de los ejemplares de Madrid, lleva un "collar con un emisor" lo que permite monitorizar su actividad, hacerles un seguimiento y conocer mejor sus costumbres y su ubicación.
Un detalle importante, pues se han registrado algunos ataques de lobos al ganado extensivo en algunos puntos de la Comunidad de Madrid. No obstante, el número de agresiones que se han registrado ha disminuido considerablemente con el paso de los años.
Pues tal y como figura en la página de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, en los últimos datos registrados, los ataques al ganado realizados por esta especie, buitres y perros asilvestrados han disminuido en un 67,34%, siendo 398 los casos de 2018 frente a 130, los reconocidos oficialmente en 2023.
"La disminución tiene que ver con las medidas de prevención que se han aplicado, como mejores vallados, pastores eléctricos, o la posibilidad de que los ganaderos adquieran mastines entrenados. Por otro lado, desde la Comunidad de Madrid subvencionamos a los ganaderos cuyo ganado ha sufrido el ataque de un lobo. Se han beneficiado de las ayudas 43 ganaderos y hemos recibido más de 100 solicitudes", explica Laura Castro.
El citado plan de ayudas fue publicado el pasado 7 de abril y tiene una cuantía de 100.000 euros. Una cifra cuyo objetivo es ayudar al sector primario, ente en las zonas de montaña, donde sigue teniendo peso para la economía de los municipios de la Sierra, así como una gran influencia en la conservación y mantenimiento del medio ambiente.