64 años de andadura, tres generaciones, dos premios y cientos de miles de clientes más que satisfechos son pistas de la fama que le precede al restaurante El Madrileño en Guadarrama.
Situado en la calle del Doctor de Palanca, 3, en pleno centro del municipio, en la Sierra de Guadarrama, El Madrileño ya era conocido. Pero desde 2021 "la proyección fue enorme. Esos días fueron difíciles. No dormía porque no es sólo ganar el premio, sino demostrarlo en el restaurante cada día", cuenta Óscar de la Fuente del Valle, propietario actual junto a su hermano Rubén.
Desde entonces, le robó la identidad a los valencianos. A más de 400 kilómetros de Valencia, este local en Guadarrama pasó a convertirse en el restaurante con la mejor paella del mundo. A su vez, también ganó el concurso al mejor cocido madrileño.
La carta está especializada en cocina tradicional y tiene un precio medio por comensal es 45-55 euros. Usan productos de la zona y de temporada como la amplia gama de setas del pinar de Guadarrama, de su propio huerto y las carnes son siempre D.O. Sierra de Guadarrama. En la plancha, sitiada en la barra, se preparan exquisitas raciones de oreja, sepia, pulpo, zamburiñas, pescados de la ría, alcachofas y chipirones.
Sus fuertes, según indican, son sus carnes y sus platos de casquería como las manitas de cerdo con boletus, el morro con trompetas, los callos, las albóndigas, la carrillera y el cabrito asado a baja temperatura y el rabo de toro.
El mismo año que cumplieron un aniversario redondo, su 60 cumpleaños, ganaron el premio al mejor cocido de La Ruta del Cocido Madrileño. Ahora lo ofrecen todos los martes y viernes de invierno y se compone de sus tres vuelcos tradicionales.
También Óscar ganó el concurso de Sueca a la mejor paella valenciana del mundo. Por aquel entonces, el restaurante de Madrid no ofrecía arroz en su carta. Tuvieron que ampliar la cocina poniendo fuegos, hornos y paelleras. Desde entonces, cada jueves sirven la paella valenciana. Recomiendan reservar ante la alta demanda.
Finalmente, los golosos tampoco pueden perderse su reestructurada carta de postres caseros que se realizan íntegramente en el obrador del restaurante ofreciendo así sus clásicos y pudiendo realizar las últimas tendencias en repostería.
Escuela de Valentín y Juani
"Yo aprendí en la escuela de hostelería de Valentín y Juani, mis padres. Llevo desde pequeño ayudando en el restaurante familiar", cuenta Óscar, que lleva más de 40 años en El Madrileño.
Él, junto a Rubén, son la tercera generación de un negocio familiar que empezó con una barra, seis mesas y arrobas de vino. En la actualidad ofrecen una terraza exterior, un salón interior, una terraza aclimatada y un salón privado. En total, unas 150 mesas con distintos ambientes.
Todo empezó en 1960, cuando Pepa, la abuela de Óscar y Rubén, abrió un pequeño despacho de bebidas y comenzó en la elaboración de sus primeras recetas, que traspasó a su hija Juani, que con su buena mano perfeccionó, llevando así el negocio familiar junto con su marido Valentín, un Guardia Civil de tráfico que dejó su trabajo para ayudar en el restaurante. Esas recetas continúan una generación más con Rubén y Óscar, que han sabido mantener los guisos madrileños y recetas desde entonces en El Madrileño.