Vox se prepara para la salida de Monasterio tras la reelección de Abascal: "Es muy probable que dimita"
La renuncia de su mano derecha, Ruiz Bartolomé, ahonda en su frágil situación política. Su relación con Bambú es prácticamente inexistente.
26 enero, 2024 02:01La etapa de Rocío Monasterio como portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid podría tener los días contados. Quien fuera una de las figuras más destacadas de la formación en su irrupción, hace ahora seis años, se encuentra en una posición política especialmente vulnerable desde hace meses. Una situación que se agravó la semana pasada, una vez conocida su ausencia en el Comité Ejecutivo Nacional que el partido nombrará este sábado en su Asamblea General Extraordinaria; y que entró en fase terminal este jueves, tras la renuncia de José Luis Ruiz Bartolomé a su acta de diputado autonómico.
Bartolomé, consultor y promotor inmobiliario, volverá a la empresa privada tras cuatro años y medio enrolado en política. Desde 2019, elección tras elección, su papel dentro del grupo parlamentario fue cobrando relevancia hasta hacerse imprescindible para Monasterio. No en vano, en las últimas elecciones autonómicas, celebradas hace tan sólo ocho meses, su nombre figuró el segundo en la papeleta de Vox.
Su marcha supone un mazazo para una líder regional con escasos apoyos dentro de la cúpula del partido. Y con una relación cada vez más deteriorada, carente de sintonía política, prácticamente inexistente, con la dirección nacional que lidera Santiago Abascal.
[Rocío Monasterio y su condena al ostracismo en Vox: sin influencia y fuera de la cúpula de Abascal]
Ése es el diagnóstico que ofrecen las fuentes del área de Organización de Vox consultadas por EL ESPAÑOL. "Es muy probable que Rocío dimita después de la Asamblea", se apresuran a vaticinar desde la fontanería orgánica del partido. "Está sola y la han dejado vendida", añade otro exdirigente próximo a Monasterio en conversación con este periódico, convencido de que la intención de Bambú, cuartel general de Vox, es preparar a corto plazo un relevo al frente de su baronía madrileña.
La marcha en agosto del año pasado de Iván Espinosa de los Monteros, portavoz en el Congreso de los Diputados, cabeza visible del sector más liberal de Vox y marido de Monasterio, puso el foco en su futuro en el seno de la formación. Emprendida por Abascal una catarsis ideológica hacia un conservadurismo más acentuado, los dirigentes más tradicionalistas e iliberales escalaron posiciones en la organización.
Concibo la vocación de servicio público de ida y vuelta.
— 🐟 José Luis R. Bartolome (@RuizBartolome_) January 25, 2024
Mi viaje en la Asamblea de Madrid termina y vuelvo al sector privado, donde defenderé los mismos principios.
Gracias, VOX, por haber confiado en mi; gracias Rocío, por haberme embarcado en la aventura 🤗 pic.twitter.com/iF5yEQqUv9
Monasterio, "con una dosis más social y menos liberal que Espinosa de los Monteros", a juicio de una fuente cercana, si bien también incluida dentro de esta corriente, quedó igualmente desplazada en los planes de futuro de Abascal. Un horizonte político también lastrado por la irrelevancia parlamentaria que supuso el resultado electoral del pasado 28 de mayo.
La mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso condenó a la intrascendencia a los 10 diputados —tres menos que en la anterior legislatura— cosechados por Vox en Asamblea madrileña. El PP no necesita entenderse con Monasterio para gobernar la Comunidad de Madrid. Abascal, que se prodigó más en otros territorios con mejores perspectivas electorales, ni siquiera compareció junto a la líder madrileña de Vox en la noche electoral.
[La 'bomba' Toscano abre una crisis interna en Vox de cara a su Asamblea: "Buscan gente más dócil"]
Para entonces, ya hacía varios meses que desde el entorno de Monasterio apuntaban a las continuas intromisiones que la dirección nacional supuestamente ejercía sobre su liderazgo. Según revelan fuentes conocedoras de dichos movimientos, "parte del equipo provincial de Rocío la estuvo traicionando en varios momentos". De hecho, la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid "estuvo a punto de dimitir" hace ahora un año.
"Hubo un intento de golpe contra Rocío en enero del año pasado: la dieron por dimitida en 24 horas", cuenta la fuente consultada sobre el match ball salvado por Monasterio. "Personas de su máxima confianza como Gonzalo Babé o Javier Pérez Gallardo no fueron en puestos de salida porque Bambú colocó a los suyos más arriba, y aquello le dolió", añade sobre las semanas previas al 28-M.
"El único cabo suelto"
No obstante, las sospechas se acrecentaron el pasado 16 de enero, cuando Abascal adelantó en la red social X la cúpula que propondrá a una militancia mermada —Vox ha perdido en cuatro años unos 17.000 militantes, pasando de los aproximadamente 49.000 que tenía en marzo de 2020 a los 32.690 actuales— este sábado, en el Hotel Madrid Marriott Auditorum.
Que el líder de Vox aumentara de 11 a 20 los miembros del Comité Ejecutivo Nacional, ensanchándolo territorialmente y rejuveneciéndolo dando entrada a los dirigentes emergentes que el partido ha promocionado en el último año; sin contar con Monasterio, disparó todas las alarmas. Aunque no formara parte con anterioridad, dadas las circunstancias, su ausencia generó más ruido que cualquier otra presencia.
Fue lo más resaltado en las llamadas intercambiadas en la retaguardia. Como adelantó EL ESPAÑOL este lunes, la decisión de Abascal fue considerada por muchos como su condena definitiva al ostracismo dentro de la organización. Contactado por este periódico, el equipo de Monasterio trató de enmascarar su ausencia con una supuesta incompatibilidad estatutaria. "Rocío no puede estará en el Comité Ejecutivo Nacional porque los estatutos impiden que un presidente provincial forme parte", alegaron.
Tal incompatibilidad, sin embargo, como pudo comprobar este periódico, no existe. El equipo de Monasterio no ha vuelto a contestar. Tampoco desde la dirección nacional de Vox despejan una afirmación que contaría con tres excepciones: José María Figaredo, José Ángel Antelo y Blanca Armario, presidentes de los comités ejecutivos provinciales de Asturias, Murcia y Cádiz, respectivamente.
"A quien yo miro atentamente es a Rocío Monasterio", sugirió este miércoles durante una entrevista en Telecinco la exportavoz parlamentaria de la formación, Macarena Olona, principal quebradero de cabeza para Bambú desde que abandonara el partido, en otoño de 2022. "En la actualidad, es el único cabo suelto que Vox tiene dentro, una vez que han conseguido callar y humillar a Javier Ortega Smith comprándole con ese puesto de Vox. Rocío supone un obstáculo al negocio del patriotismo de Vox", añadió.
La referencia (y dardo) de Olona a Ortega Smith, que sí estará en la próxima cúpula del partido —si bien degradado en sus galones, pasando de vicepresidente a vocal—, apela a los rumores que apuntaban a una posible candidatura frente a Abascal en la Asamblea General. Una posibilidad cercenada por la dirección nacional, que adelantó en dos meses el congreso e imposibilitó cualquier posibilidad de recabar los apoyos suficientes (un 10% de los militantes al corriente de pago y con más de 9 meses de afiliación) para presentarse.