Alvargonzález (Nextep): "La mezcla de bajadas de tipos y una revolución tecnológica no ocurría desde 1995"
- "La inteligencia artificial (IA) será una burbuja. Seguro", considera en un encuentro con los suscriptores de EL ESPAÑOL.
- Más información: "Las letras del Tesoro empiezan a ser pan para hoy y hambre para mañana".
"Estamos en una situación que no se da desde 1995", asegura Víctor Alvargonzález. Para hacer esta afirmación, el socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance se basa en dos factores: las bajadas de tipos de interés y la irrupción e implantación de una nueva tecnología. Hace casi 30 años fue el ordenador personal y hoy es la inteligencia artificial (IA).
"En 1995 se produce una coincidencia y es que bajan los tipos de interés tras haber subido mucho en 1994", asegura en un encuentro con los suscriptores de EL ESPAÑOL. El ciclo de recortes de las tasas de referencia se extendió hasta 1998.
Ahora ocurre lo mismo. Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) llevaron a cabo una subida casi vertical del precio del dinero entre marzo de 2022 y septiembre de 2023. Ahora, han comenzado a bajarlos. El primer paso dado por el banco central estadounidense, además, fue directamente de medio punto porcentual.
"Pero es que ese año 1995 es el año de Windows 95. Es decir, es cuando comienza a popularizarse el uso del ordenador personal a todos lo niveles". Y eso "cambia la productividad y la economía. Lo cambia todo", afirma Alvargonzález.
Así, entre el año 1995 y el 2000, "cuando ya todo se calienta tanto que hay un crash", la política monetaria se normaliza y se desarrolla el ordenador personal. Por el camino, además, "aparece internet". Entonces, se dio una revolución tecnológica de una magnitud, que, en opinión de Alvargonzález, no se veía desde la revolución industrial.
"¿Qué tenemos ahora?", se pregunta el socio fundador de Nextep Finance. Él mismo se contesta: "Tenemos una bajada de tipos, que creo que en Europa será más importante que en Estados Unidos, y ya no una herramienta, es un asistente personal".
Habla de la inteligencia artificial. "Para que nos hagamos una idea, dentro de un tiempo, en uno o dos años, en todas las empresas habrá el equivalente a un ChatGPT adecuado para cada modelo de negocio. Habrá robots que a nivel de uso nada tiene que ver con lo que estamos viendo ahora", apunta.
Esos asistentes estarán basados en algoritmos de inteligencia artificial generativa. "Aquí el apellido es muy importante", subraya. "Los algoritmos aprenden y aprenden muy bien" y da miedo, reconoce Alvargonzález.
También a nivel empresarial y, más concretamente, a lo referido al mercado laboral. "Es evidente que van a sustituir muchos puestos de trabajo", pero "eso evolucionará y, como ocurrió con los ordenadores, pasado un primer impacto eso se reciclará", considera.
Así, hace hincapié en que "estamos en algo que no ocurría desde 1995, que es una bajada de tipos con una revolución tecnológica". Y bajo este nuevo paradigma, el "gato al agua, casi seguro, se lo llevará Estados Unidos", como tantas veces ha ocurrido.
"Pero cuidado", advierte Alvargonzález, "estamos viendo la punta del iceberg". Lo que se observa es "cómo se benefician los fabricantes de la inteligencia artificial", es decir, las empresas que fabrican el hardware o el software. Luego se beneficiarán gigantes tecnológicos como Google o Apple, que serán las primeras compañías en sacarle partido a la IA.
A partir de ahí la cascada va cayendo por prácticamente todos los sectores de producción. "Parece de ciencia ficción, pero Microsoft acaba de comprar una central nuclear y Amazon va a construir varias. No sabemos a lo que nos enfrentamos, también a nivel de distribución eléctrica o a la generación de energía", destaca.
O en el sector financiero, el asegurador o el sanitario. Lo que no hará la IA, considera Alvargonzález, es suplir el factor humano en las actividades donde la inteligencia emocional sea clave.
Alvargonzález alerta de que "la IA será una burbuja, seguro", aunque la situación no se puede comprar con lo ocurrido durante el auge de las puntocom. Durante la gestación del anterior crash tecnológico, la relación entre el precio de las acciones de estas compañías y sus beneficios –ratio que en el argot financiero se conoce como PER, las siglas de price to earnings ratio– llegaron a escalar por encima de las 100 veces.
En la actualidad, el PER de los gigantes del sector se encuentran en torno a las 20 o las 30 veces. "Es caro, pero relativo, porque son las empresas que más dinero están ganando", destaca. "El grueso del crecimiento del S&P 500 viene de Los siete magníficos", grupo formado por Amazon, Alphabet –la matriz de Google–, Apple, Meta –la matriz de WhatsApp–, Microsoft, Nvidia y Tesla.
Criptodivisas
A Alvargonzález le gusta la idea de la criptomoneda. Lo que no le gusta es "el desarrollo que está teniendo", a pesar de que este sea "normal". Ocurrió, tal y como explica, con el uso de las monedas en el Imperio romano. Por aquel entonces, "seguramente el dinero fuera muy volátil". Exactamente igual que ahora lo es el bitcoin o el ethereum.
El socio fundador de Nextep Finance se muestra partidario de que los criptoactivos estén regulados. Si no, "sería como una ciudad sin semáforos". Pero, afirma, "no deben depender de los bancos centrales".
Para él, la prueba de fuego de las criptodivisas se producirá con la próxima crisis de deuda. Llegará antes o después "si los políticos siguen gastando como marineros borrachos". Será, vaticina, "como la del euro, pero algo más grave".
Entonces los inversores comprobarán los activos que realmente servirán de refugio. "Los asesores financieros como nosotros tendremos que buscar qué es lo que protege a nuestros clientes", indica.
Y cuantos más activos actúen como refugio, mejor. "Si las criptos sirven para asegurar el dinero de nuestros clientes, pues bienvenidas sean. Y deberían funcionar si se pierde la confianza en la deuda cuando ya hayan madurado" subraya. Eso es "lo que hace falta para que sean un activo más sólido".