El ahorro financiero de las familias españolas alcanzó los 2,8 billones de euros a finales de septiembre de 2023, según recoge la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) en su último informe, realizado con datos del Banco de España. De ellos, 35.725 millones corresponden a la inversión directa en renta fija, lo que supone un crecimiento del 168,8% respecto al cierre de 2022.
De hecho, la inversión directa en deuda -a corto, medio y largo plazo- por parte de las familias españolas se sitúa en máximos desde 2016. El fulgurante crecimiento de esta partida responde a la mejora de las rentabilidades ofrecidas. Una cuestión que se hace especialmente patente en el auténtico furor que el año pasado causaron las letras del Tesoro entre los inversores nacionales.
Ese aumento de las rentabilidades ofrecidas se inició cuando, en julio de 2022, el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a subir los tipos de interés. Desde entonces, la institución presidida por Christine Lagarde ha levado las tasas de referencia 450 puntos básicos.
Más rentabilidad
Como ejemplo, en junio de ese año -justo antes del primer incremento del precio del dinero en la eurozona- las letras a tres meses ofrecían un interés negativo del -0,35%. A doce meses, estos valores daban un 0,504%. Al mismo tiempo, en el mercado secundario, la rentabilidad del bono español a 10 años se situaba en el 2,462%. En todos los casos mencionados, el interés ofrecido ahora es mayor.
Tal y como explica Sofía Antón, directora de Trading Electrónico de Auriga y responsable de Auriga Bonos, la subida de la rentabilidad "ha hecho que los activos de renta fija vuelvan a las carteras de los clientes, más aún en un escenario en el que los depósitos bancarios no han sido alternativas para la inversión".
"El tipo de inversor que entra en renta fija es un particular conservador que lo que quiere es rentabilizar sus ahorros y que no tiene mucho tiempo para hacer seguimiento del mercado", subraya Antón.
Para lograr ese objetivo, "la remuneración vía depósito bancario es la vía más fácil, pero como este producto no ha existido como tal en 2023, el equivalente en cuanto a riesgo y plazo es la renta fija y, en concreto, las letras del Tesoro", añade.
Invertir en letras
Por eso, el dinero destinado por las familias españolas a comprar letras del Tesoro se disparó el pasado año. En concreto, su inversión en deuda a corto plazo pasó de 321 millones de euros, en octubre de 2022, a 22.893 millones en el mismo mes del 2023, según los últimos datos disponibles del Banco de España.
Eso significa que la tenencia de letras del Tesoro por parte de los pequeños inversores ha aumentado del 0,42% al 31,68% del total en circulación. De esta forma, los hogares son los mayores tenedores de letras del Tesoro, un puesto que alcanzaron el pasado agosto.
Se sitúan por delante de los inversores extranjeros (17.490 millones), de las Administraciones públicas (3.940 millones) y de las sociedades no financieras (6.421 millones). Su inversión también es mayor que la de las instituciones financieras monetarias (10.884 millones) y la de los fondos del mercado monetario y otros intermediarios financieros (10.616 millones).
Pero los pequeños ahorradores no sólo se han fijado en la deuda a corto plazo. "Las inversiones tanto en bonos del Gobierno de España como corporativos han aumentado entre los particulares", sostiene Antón.
Las bajadas de tipos
En su opinión, el crecimiento de la inversión directa en renta fija continuará a pesar de que los intereses ofrecidos han bajado en las últimas subastas. "Las rentabilidades en sí han cedido, pero no ha sido un retroceso tremendo", defiende Antón.
Lo cierto es que la rentabilidad ofrecida por las letras del Tesoro se ha reducido desde los máximos alcanzados en octubre, cuando el interés de la deuda española con un año de vida llegó al 3,876%. En la primera subasta de este 2024 se ha situado en el 3,314%.
Este pequeño retroceso -a pesar de que todavía se mantiene por encima de enero del 2023, cuando los intereses ofrecidos no llegaban al 3%- se ha producido debido a las expectativas que el mercado tenía sobre las bajadas de tipos del BCE. Los inversores esperaban que la institución presidida por Christine Lagarde redujera las tasas de referencia en marzo. Y "ahora esas expectativas se han difuminado", subraya Antón.
Según señala la responsable de Auriga Bonos, cuando comience la bajada de tipos esta será "gradual". Por eso, Antón anticipa una "pequeña corrección" de la rentabilidad de la deuda, más que un descenso como tal. "Los tipos de interés van a seguir siendo atractivos", incide.
En cualquier caso, Antón defiende que el fuerte aumento de la inversión directa en renta fija por parte de las familias españolas puede continuar en el futuro porque, "para un inversor conservador", la deuda "es la mejor alternativa, al no existir un producto de depósito que le haga competencia ahora".
Bien es cierto que "hay entidades extranjeras que están ofreciendo depósitos más altos", pero, sostiene Antón, "para periodos muy cortos y con penalizaciones de rescate".
Menos que en Europa
A pesar del fuerte aumento de la inversión directa en renta fija de las familias españolas, esta sólo supone el 1,3% del total de su ahorro financiero. El porcentaje es muy superior a la de los últimos años -cuando los intereses ofrecidos eran menores, e incluso negativos-, pero está lejos de los de hace algunas décadas.
Asimismo, es muy inferior a la de otros países del entorno, como Italia o Alemania, donde el porcentaje ronda el 20%. Y también es menor a la media europea, que se sitúa en el 10%.
A pesar de estas cifras, Antón considera que sí hay interés por la renta fija en España. "Este incremento que hemos visto en la inversión directa lo vamos a seguir viendo durante todo este año. Cuando Inverco publique su nuevo informe trimestral será superior", vaticina.