Un paso adelante y dos pasos atrás. Si en la cumbre de la semana pasada los líderes europeos lograron un acuerdo de mínimos para intervenir el mercado del gas, los ministros de Energía de los 27 han desandado buena parte del camino y han deshecho la precaria solución de compromiso cuidadosamente tejida tras una maratón negociadora de 11 horas.
Alemania y Holanda vuelven a la carga en su oposición a topar el precio del gas importado y a extender la 'excepción ibérica' a toda la UE, dos medidas que en apariencia habían sido consensuadas por los jefes de Estado y de Gobierno. Ante este retroceso, la presidencia checa ha decidido convocar una nueva reunión extraordinaria de ministros de Energía para el 24 de noviembre.
"Todavía hay algunos Estados miembros que son renuentes, a los que les preocupa este tipo de decisiones", ha admitido la vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, al término de la reunión celebrada en Luxemburgo. Ribera culpa además de los problemas a la Comisión de Ursula von der Leyen por su retraso a la hora de presentar propuestas legislativas detalladas sobre todas estas cuestiones.
[Bruselas dice que 'europeizar' la excepción ibérica ahorraría 13.000 millones en la luz]
"Hay diferentes puntos de vista entre los Estados miembros sobre la posible extensión de la excepción ibérica al resto de la UE", asegura la comisaria de Energía, Kadri Simson. El Ejecutivo comunitario ha presentado a los ministros un análisis de impacto que cifra en 13.000 millones de euros el ahorro en la factura de la luz que podría lograrse con la 'europeización' del modelo que aplican España y Portugal.
No obstante, Bruselas subraya que los beneficios se repartirían de forma muy desigual entre los Estados miembros. Mientras que Francia saldría claramente ganando, Alemania, Italia y Holanda tendrían los costes más elevados para compensar el tope al gas. El Ejecutivo comunitario avisa además del riesgo de fuga de electricidad barata subvencionada a países extracomunitarios como Reino Unido o Suiza.
Ribera ha tratado de aclarar a sus homólogos todas las "dudas" que suscita el modelo ibérico. Les ha detallado que no se trata de subsidiar el gas mediante los presupuestos nacionales ni tampoco se cambia el orden de mérito de las diferentes tecnologías en las subastas mayoristas de electricidad. La vicepresidenta tercera sostiene que el problema de las fugas podría resolverse con un mecanismo de doble subasta (para el mercado interior y en frontera).
Pero las explicaciones de España no convencen a los más reticentes. "Es bueno disponer de este primer análisis de la Comisión sobre el modelo ibérico. Yo todavía tengo muchos interrogantes sobre la seguridad de suministro para Europa y sobre el impacto financiero de este modelo. Y quiero garantizar que no cause un fuerte aumento del uso del gas en Holanda, con fugas hacia Reino Unido", ha dicho el ministro holandés, Rob Jetten.
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Jetten ha pedido fijar nuevos objetivos vinculantes en materia de ahorro energético "porque esa es la forma más rápida de calmar a los mercados".
Ante esta fractura total entre los Estados miembros que emerge de nuevo, ¿cuáles serán los siguientes pasos?. El ministro de Energía checo, Josef Síkela, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, asegura que hay un "amplio apoyo" al tope al gas importado pese a las dudas de Alemania y Holanda. La duda ahora es si se seguirá buscando el consenso o se irá a una votación por mayoría cualificada, que podría aislar a estos dos países.
El objetivo de la presidencia checa es aprobar para el 24 de noviembre el reglamento de emergencia que presentó la semana pasada la Comisión. Una norma que consta de tres pilares: la obligación para los Estados miembros de comprar conjuntamente al menos el 15% del gas destinado a rellenar los depósitos, el primer paso para el tope al gas importado y un mecanismo de solidaridad jurídicamente vinculante en caso de corte de suministro.
"Europa tiene un enorme poder de mercado. Si se permite coordinarse a los grandes actores (del sector), si se les autoriza formar consorcios de compra, entonces el poder de mercado de Europa tendría un impacto", ha dicho el vicecanciller alemán, Robert Habeck. A su juicio, un tope fijo al precio del gas "no es el instrumento adecuado", aunque tampoco cierra la puerta a límites flexibles que eviten movimientos especulativos en el mercado.
Por su parte, la comisaria Simson ha dicho que de momento no tiene previsto dar nuevos pasos. Esperará a ver si hay consenso entre los Estados miembros antes de presentar los detalles sobre el tope al gas o de decidir si propone formalmente extender la 'excepción ibérica' al conjunto de la UE.
La caída del precio del gas en los últimos días ha reducido la presión entre los Gobiernos para tomar decisiones urgentes. Sin embargo, la presidencia checa avisa de que los problemas todavía no han terminado: la UE necesita dotarse de medidas de emergencia para poder activarlas si los precios vuelven a dispararse en invierno.
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