Las letras del Tesoro siguen rentando más que los depósitos a plazo. Al menos de momento. A pesar de que estos valores de deuda pública a nueve meses han reducido la rentabilidad ofrecida en meses pasados, lo cierto es que aún abonan a sus tenedores casi un 3,7%, mientras que los depósitos apenas llegan al 2,2%.

La última subasta de letras del Tesoro -esos valores que desataron la locura hace unos meses y que ya están más en manos de familias que de la banca-, celebrada el pasado 16 de agosto, se cerró con una rentabilidad marginal del 3,7% (el tipo de interés medio fue del 3,687%) en el caso de la deuda a nueve meses y una del 3,535% en el de las letras a tres meses (con el tipo de interés medio en el 3,507%).

Un retorno que está muy por encima del que ofrece actualmente la banca por los depósitos a plazo, que es en promedio de un 2,21%, de acuerdo con los últimos datos del Banco de España, publicados recientemente, que son provisionales y que corresponden a junio.

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Es cierto que la rentabilidad de los mismos es ahora muy superior a la que se concedía a finales del año pasado, que era del 0,72% de media, pero sigue estando por debajo de las letras. Por plazos, los depósitos a un año rentan un 2,22%; los de entre un año y dos, un 2,28%, y a más de dos años la rentabilidad cae hasta el 0,83%.

Las letras del Tesoro, en cambio, pagan hasta un 3,535% a tres meses (la última subasta fue el 16 de agosto), un 3,665% a seis meses (8 de agosto), un 3,7% a nueve meses (16 de agosto) y un 3,682% a doce meses (8 de agosto). Es decir, a un año la rentabilidad de las letras del Tesoro supera en casi un punto porcentual y medio a los depósitos.

Las empresas se llevan más

Las familias, por tanto, apenas obtienen rentabilidad de un producto que siempre ha sido un clásico entre los ahorradores más conservadores. Y eso que a las empresas los bancos les abonan más por sus depósitos.

Como reflejan los datos del Banco de España, el interés medio que reciben las sociedades es del 2,75% y la mayor remuneración corresponde a los depósitos a un año, con un 2,78%. Entre un año y dos se les paga un 2,7% y a más de dos años un 0,34%.

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La remuneración a las empresas es también mayor en el caso de los saldos depositados en cuentas a la vista, es decir, en cuentas corrientes y no en productos concretos. Mientras que las familias reciben un interés del 0,12%, las empresas cobran un 0,4%, casi cuatro veces más.

Vistos los datos, es lógico que muchos clientes estén optando por llevar sus ahorros a productos que sí ofrecen rentabilidad, como los fondos de inversión o los seguros de ahorro. Claro que en muchos casos lo hacen incentivados por los propios bancos, que se llevan comisiones con estos productos y con los depósitos no.

Las grandes entidades defienden, por una parte, que productos como los fondos de inversión aportan más valor al cliente y, por otra, que sigue sin resultarles necesario captar depósitos de los clientes para poder financiarse dado que en el sistema hay una gran liquidez.

Es por eso que los grandes bancos no están ofreciendo depósitos a plazo, como sí hacen los pequeños y digitales (Openbank, ING, MyInvestor, EBN Banco, Renault Bank...) y la banca extranjera, que ha tomado la delantera a la banca doméstica al ofrecer intereses de hasta el 4,25% en depósitos contratables desde España.