El camino que emprenderá Nadia Calviño a Santiago de Compostela a mediados del próximo mes puede conseguirle la 'compostelana' europea. La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos regresará a su tierra natal -A Coruña- los días 15 y 16 de septiembre para lograr, si todo sale según prevé el Gobierno, convertirse en la primera mujer y primera española que se ponga al frente del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
La confianza del Ejecutivo en la vicepresidenta se trasluce de sus propias palabras. Este sábado ella misma señaló que España quería apostar fuerte para conseguir el liderazgo de la institución financiera comunitaria. "Dado el calibre de los competidores, el presidente Sánchez y yo vimos en los contactos informales que solamente una candidatura con mi nombre tenía las máximas opciones para prosperar y que cualquier otro candidato o perfil habría sido dar la batalla por perdida", señaló en sus declaraciones realizadas desde Cádiz.
La vicepresidenta es la principal favorita a presidir una herramienta financiera fundamental de la Unión Europea. Desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez consideran que será clave para conseguir el apoyo de los socios comunitarios la gestión de quien ha tenido que ponerse al frente de dos crisis económicas en menos de un lustro que fueron provocadas por causas externas: el coronavirus y la guerra de Ucrania.
La tarjeta de méritos que presenta Calviño comienza con sus datos macroeconómicos: España supera los 21 millones de trabajadores y la tasa de paro bajó en el segundo trimestre al 11,6%, la menor desde 2008. Además, la economía española es una de las grandes economías de la zona euro que mantiene la inflación (2,3% en julio) en torno al 2%, nivel de referencia del Banco Central Europeo (BCE).
Al mismo tiempo, en el segundo trimestre el PIB creció un 1,8%, frente al 4,2% del trimestre precedente. Calviño también ha formado parte del Ejecutivo que creó el impuesto a las energéticas en línea con los planes de la Comisión Europea de potenciar la transición energética.
Los miembros de Economía y Finanzas de la UE tendrán que valorar estos argumentos durante su reunión informal de mediados de septiembre (Ecofin). Allí, en su tierra natal, Calviño necesitará el apoyo de una "amplia mayoría" de Estados miembros si quiere alzarse con la presidencia. Pero no lo tendrá fácil: disputará el puesto con Margrethe Vestager y Daniele Franco.
El nombre escogido se hará formal en el Consejo de Gobernadores del BEI en octubre y la persona entraría en el cargo en enero de 2024, cuando está previsto que culmine el mandato del alemán Werner Hoyer.
Incompatible con sus funciones
Calviño apuesta por su candidatura y este sábado expresó "el honor" que supone que España la presente como candidata a la presidencia del BEI.
Dado que la presidencia del BEI es incompatible con sus funciones de vicepresidenta y ministra, Calviño aseguró que si su candidatura tiene éxito y, por otro lado, Sánchez consigue formar Gobierno, ella seguiría en el Ejecutivo hasta que tuviera que irse por la incompatibilidad.
Esto sería hasta finales de año, ya que la presidencia se asume el 1 de enero. Por lo tanto, si Sánchez consigue echar a andar un Ejecutivo entre septiembre u octubre, tendría que hacer una remodelación en diciembre a más tardar.
Calviño destacó que con esta candidatura España hace "una apuesta fuerte", que da las máximas opciones para tener éxito y conseguir "por primera vez en nuestra historia" la presidencia del BEI e insitió en que presentar otra candidatura habría supuesto "dar la batalla por perdida".
La ministra enfatizó que el nuevo puesto sería asumido en enero de 2024 y que esta candidatura no interfiere "en absoluto" con sus funciones como vicepresidenta primera porque el presidente Sánchez "ha expresado su confianza" y ella su compromiso con él para seguir liderando la política económica del país.
Calviño afirmó que, en caso de lograr la presidencia del BEI, culminaría el esfuerzo que durante cinco años ha llevado a que España tenga "una voz fuerte y el respeto" de la comunidad internacional, poniendo al país en el papel que le corresponde como "cuarta economía de la Unión Europea". También destacó el hecho de que sería la primera vez que una mujer presidiera el Banco Europeo de Inversiones, que ha tenido siete presidentes, "todos hombres y ninguno español".
Principales rivales
La vicepresidenta se enfrenta a varios candidatos, pero destaca, sobre todo, la danesa Margrethe Vestager. La liberal Vestager, que ya se postuló públicamente el pasado mes de junio, es la actual vicepresidenta de la Comisión Europea encargada de Competencia.
Desde que la danesa ascendió a su cargo en Competencia fue la encargada de investigar las ayudas fiscales recibidas por Apple en Irlanda y terminó imponiendo una sanción de 13.000 millones de dólares (11.000 millones de euros). También acusó a Google de favorecer su servicio de comparación de precios, Google Shopping.
Otro candidato a considerar es Daniele Franco, exministro de Finanzas italiano en el Gobierno de Mario Draghi. Franco estuvo a favor de mantener los estímulos hasta superar la crisis de la Covid-19 y fue uno de los impulsores de los fondos europeos Next Generation.
Estos tres candidatos aspiran a presidir una herramienta financiera fundamental de la Unión Europea. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) facilita la financiación de programas de inversión en combinación con acciones de los fondos estructurales y otros instrumentos financieros de la Unión. Esto le ha convertido en el mayor prestamista y prestatario multilateral en el mundo.
Además, ha sido clave en la gestión y puesta en marcha de los fondos Next Generation. De hecho, mediante la adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, España ha dejado en sus manos la gestión de unos 20.000 millones de euros préstamos para las comunidades autónomas.